Núria Riera trabaja demasiado

Núria Riera ejercía de portavoz del PP mientras ejercía

Núria Riera ejercía de portavoz del PP mientras ejercía / PP

Matías Vallés

Matías Vallés

Escasean los ejemplos de presunta corrupción en que la denuncia se efectúa en beneficio de la acusada, en este caso a favor de la salud de Núria Riera. La portavoz del PP en el Consell se desloma durante cuarenta horas de trabajo funcionarial a la semana, un compromiso suficiente para dejar exhausto a cualquiera. A continuación, invierte otras cuarenta horas en la portavocía y sus esclavitudes ineludibles, hasta redondear ochenta horas que no recomendaría ni Michael Douglas a los tiburones de ‘Wall Street’.

La presunta corrupción camina por senderos trillados, para levantarse como en este caso 130 mil euros públicos, en el PP de la iniciativa privada. Sin embargo, Núria Riera trabaja demasiado para agenciarse esa suma, y debe entender la denuncia de su sobreesfuerzo como una liberación que redundará en su felicidad. Ya tuvo que darse de baja de un empleo, adivinen cuál, mientras seguía ejerciendo el otro.

Tampoco el PP debe exagerar en la defensa de la exconsellera que dobla en sueldo a Prohens, aunque quizás no sea este el mejor ejemplo de desempeño laboral. El empresario del partido y de la pluriempleada, a veces llamado ciudadano, se planteará que si la Administración puede prescindir alegremente de una trabajadora sin resentirse, ¿cuántos son los efectivos sobrantes?

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