Igualdad

La UIB asume el lenguaje inclusivo de la CRUE: ‘ser humano’ en vez de ‘hombre’

Ha participado en una guía de recomendaciones

El rectorado admite que el tema crea discusión: «El debate está vivo, pero no nos hacemos sangre»

Estudiantes en el campus de la UIB de la carretera de Valldemossa

Estudiantes en el campus de la UIB de la carretera de Valldemossa / B. Ramon

Mar Ferragut Rámiz

Mar Ferragut Rámiz

Palma

En el marco de la Conferencia de Rectores de Universidades Españolas (CRUE), la Universitat de les Illes Balears (UIB) ha participado en la elaboración de una guía de «recomendaciones básicas» para promover un uso no sexista del lenguaje en el ámbito universitario.

El texto defiende como «fundamental» utilizar un lenguaje libre de sexismo en el ámbito universitario: «Somos un espejo en el que la sociedad se mira. Formamos a profesionales de distintos ámbitos y tenemos que ser conscientes de que nuestro lenguaje habrá de ser vehículo de conciencia social y de igualdad».

Entre otras cosas el documento propone evitar el masculino genérico y buscar alternativas (ser humano, humanidad o persona en vez de hombre; alumnado en vez de alumnos....); usar el femenino inclusivo en grupos donde haya más mujeres que hombres (las enfermeras); y también invita a «reflexionar» sobre el sexismo en el lenguaje llamando la atención sobre algunos hechos (como los vacíos léxicos: «La palabra ‘genias’ no existe a pesar de ser gramaticalmente correcto», señala el texto).

La UIB, representada por Capilla Navarro, directora de la Oficina d’Igualtat d’Oportunitats entre homes i dones (OIO), ha formado parte del grupo de trabajo de la CRUE que hace medio año aprobó esta «Guía de recomendaciones para un lenguaje adecuado».

En la academia el uso del lenguaje inclusivo genera resistencias y discusión entre los que creen que es un paso necesario para contribuir a la igualdad y entre los que desde el ámbito de la filología velan por la corrección y el ajuste a las normas gramaticales.

«En la UIB este debate está vivo, pero no nos hacemos sangre», indica el vicerrector de Planificación Estratégica, Internacionalización y Cooperación, Marcos Nadal, que entiende esta confrontación de ideas como algo natural y enriquecedor: «Es un debate que está vivo, y eso es lo interesante que suceda en una universidad, la pluralidad de opiniones, y la lengua no es un tema que quede exento del debate».

«Desde la serenidad», explica a este diario, «hay que buscar el equilibrio entre el interés en el uso correcto de la lengua y el interés en la visibilización de la mujer y lo femenino». Estos intereses «no siempre están alineados», pero, defiende Nadal, «hay que buscar un equilibrio». El vicerrector señala además que las recomendaciones de la CRUE son «básicamente las mismas» que hace la Xarxa Vives, red de universidades de los territorios de habla catalana, en su trabajo Criteris mulilingües per a la redacció de de textos igualitaris (documento redactado por miembros de los servicios lingüísticos, el de la CRUE nace de personal de los departamentos de Igualdad).

El texto arranca recordando que, siguiendo lo que marca la ley de igualdad de 2007, las universidades ya han introducido diferentes estrategias para sensibilizar sobre la importancia de un uso adecuado del lenguaje desde la perspectiva de género. Esta última guía responde a esta obligación, y también busca contribuir a los objetivos de igualdad marcados por la Agenda 2030. El documento define el lenguaje sexista como el uso de expresiones que invisibilizan o excluyen a las mujeres, «reflejando un modelo androcéntrico que refuerza la desigualdad».

La guía recomienda visibilizar a las mujeres en determinados cargos nombrándolas explícitamente; aplicar términos inclusivos como ‘profesorado’; emplear formas impersonales; evitar artículos innecesario... Se insiste en buscar fórmulas que no usen el masculino genérico: construcciones en voz pasiva o con sujeto omitido (en vez de ‘el alumno debe presentar el trabajo mañana’ decir ‘el trabajo debe ser presentado mañana); emplear el gerundio o infinitivo....

En los formularios y avisos escritos se aconseja evitar las barras de género, optando por ‘nombre y apellido’ en lugar de ‘sr./sra.’, por ejemplo. En lugar de empezar el curso con un ‘Bienvenidos’, se recomienda ‘Os damos la bienvenida’.

Personas no binarias y algunas reflexiones

La ‘Guía de recomendaciones para un uso adecuado del lenguaje’ aprobada por la CRUE también hace mención a la manera más adecuada para dirigirse a las personas no binarias. El documento recoge que una opción es el lenguaje no binario indirecto: evitar las palabras que evidencien el género y en su lugar modificar la frase y utilizar palabras neutras o cambios gramaticales (Por ejemplo decir ‘¿Te has preparado?’ en lugar de ‘¿Estás preparada/o?’). El lenguaje no binario directo sería usar el femenino anteponiendo la palabra persona o personas o preguntar con qué pronombres se identifica: «Referirse a las personas por los nombres que ellas mismas eligen es básico para respetar la dignidad humana».La guía llama también a reflexionar sobre aspectos de la lengua castellana, como los «vacíos gramaticales» (no existe la palabra ‘genia’, no hay sinónimo de ‘hombría’ ni término equivalente a ‘primera dama’); la «dualidad de significados» (ser un ‘zorro’ es positivo, ser una ‘zorra’ tiene un significado peyorativo; algo ‘cojonudo’ es bueno, algo aburrido es un ‘coñazo’) y la «invisibilización de las mujeres» con el uso del masculino genérico: «Frases como ‘La historia del hombre’ en vez de ‘del ser humano’ transmite la idea de que las mujeres no han sido agentes de la historia ni sujetos de derechos».

Tracking Pixel Contents