"Debe saberse lo que pasa ahí dentro": el testimonio que desde Mallorca inspiró la docuserie para destapar la realidad del Opus Dei
Un correo de la ex Numeraria Maria Roca, afincada en Campos, a la periodista catalana Monica Terribas fue el germen de 'El minuto heroico: yo también dejé el Opus Dei', un reportaje audiovisual en el que participan 13 mujeres con el mismo relato y las mismas vivencias sobre lo que ocurría en la Obra
Roca llegó a estudiar una licenciatura en ciencias domésticas
"A mis padres y a mi hermano les costó mucho que no fuese a sus bodas", lamenta en uno de los capítulos

Maria Roca, durante su entrevista para la docuserie. / MAX
Hace cuatro años, cuando Mònica Terribas dejó 'El matí de Catalunya Ràdio', recibió un correo electrónico de una mujer a la que no conocía donde le relataba el trato abusivo laboral, psicológico y espiritual que había sufrido durante sus años al servicio del Opus Dei. Le contaba que hacía dos décadas que había dejado la Obra, pero que hasta entonces no había podido hablar.
Esa mujer era Maria Roca Blasco, una catalana afincada en Campos, Mallorca, que sirvió como Numeraria para la Obra en España e Irlanda entre 1980 y 2002. Estuvo más de dos décadas al servicio de la institución secular de la Iglesia católica surgida en la España de 1928 de la mano del después canonizado Josemaría Escrivá de Balaguer.
A raíz del correo que Roca envió a la periodista catalana, Terribas decidió investigar más a fondo y encontró muchos más casos de mujeres, de diferentes edades y procedencias, que le explicaban experiencias muy similares dentro del Opus Dei. Cuatro años después, los testimonios de 13 de ellas articulan 'El minuto heroico: yo también dejé el Opus Dei', una docuserie de The Mediapro Studio que Max ha estrenado este viernes 7 de febrero. Las protagonistas del documental proceden de diferentes puntos de España, México, Argentina, El Salvador, Irlanda y Reino Unido, y en los capítulos se han levado a cabo recreaciones con la actriz catalana Claudia Traisac. La Prelatura de la Obra declinó la invitación para participar en el reportaje.
"Mi experiencia podía servir a otras personas"
Maria Roca necesitó más de veinte años para decidirse y hablar públicamente sobre su paso por el Opus Dei. Acepta su pasado y asegura no renegar de la Obra -todavía lleva el llamado 'anillo de la fidelidad' con el sello de su familia, revela en El Suplement, el programa de Catalunya Ràdio- aunque su mayor deseo es tratar de ayudar a las mujeres que están dentro con su testimonio.
"Tienes un cierto temor de que se interprete como que estás yendo en contra de una cosa de la que yo no renegaré. Yo estoy agradecida de haber estado estos años allí. Soy la persona que soy porque he sido numeraria del Opus Dei durante 22 años. No me considero una persona rebotada, pero realmente creo que se debe saber todo lo que hay dentro de la Obra, también para ayudar a las personas que todavía están allí", relataba Roca junto a Terribas en la radio catalana.
En los dos primeros capítulos estrenados del documental -los dos últimos harán lo propio el próximo viernes-, en el que participa junto a otras 12 mujeres, explican entre todas el camino hasta entrar en la Obra. Roca terminó siendo Numeraria hace ya más de 40 años porque así se lo aconsejaban en el centro en el que estudiaba -del Opus Dei-. "En mi familia no había nadie del Opus. Mis padres tenían cierta simpatía porque eran católicos y eran los años 70, cuando esos ambientes eran de cierta seriedad", cuenta Roca en El Suplement.
Con 14 años, como relatan todos los testimonios, desde la Obra empiezan a presionar a las menores para que decidan cuál será su vocación: ser Supernumeraria (poder tener hijos y una vida más alejada de la Prelatura), Numeraria (dedicar su vida y su sueldo a los centros en los que trabajan -o de sus trabajos externos- y se mantienen célibes), Numeraria Auxiliar (equiparable a una empleada del hogar) o Agregada (como las Numerarias, pero sin tener que vivir en centros del Opus Dei).
A Roca otras Numerarias ya le indicaban a esa edad que eso era lo que tenía que ser. Cuenta que, en un momento dado, después de haber pasado por otro centro en Suiza, ella "estaba dispuesta a que, si Dios me pedía esto, yo estaría disponible". Y así fue durante 22 años.
Romper con todo
Una de las experiencias más traumáticas que cuentan los testimonios es la distancia que les hacen tomar con su vida anterior. El Opus Dei se convierte literalmente en su familia y se ven obligadas a dejar todo atrás. "Cuando llegué con la maleta al centro -segregados siempre entre hombres y mujeres-, la directiva venía y te hacía poner toda la ropa encima de la cama y todo lo que tuvieras: ropa interior, cinturones, pendientes... Y te decía: esto sí, esto no", cuenta Roca en la docuserie.
Se desprenden de todo aquello que pueda suponer "exhibir el cuerpo" o constituir pecado. Además, el doloroso alejamiento de sus seres queridos es constante y visible para las internas. "A mis padres y a mi hermano creo que les costó mucho que no fuese a sus bodas", lamenta en el segundo capítulo.
Y es que la pérdida de la familia era visible porque hasta revisaban la correspondencia que enviaban y que les llegaba a los centros. "Yo no sabía que eso era un delito hasta hace poco", confiesa Roca, quien relata como desde la dirección la llamaban para leerles en voz alta las cartas que su madre le enviaba. "Las que yo escribía iban siempre abiertas a dirección y luego ellas ya las enviaban", añade. Incluso en alguna ocasión se encontró con que habían borrado partes de alguna misiva.
Licenciatura en ciencias domésticas
"Había unos estudios, a los que le decían carrera, porque después te daban un papel en el que decía 'licenciatura', que ponía que era de ciencias domésticas. Mis padres se pusieron a reírse cuando se lo conté pero les dije que era como hostelería pero trabajando para los centros de la Obra". Esto fue lo que le ofrecieron a Maria Roca en uno de los centros; una formación específica para las tareas del hogar que después desarrollaría en el mismo centro.
Tal y como se ve reflejado en el documental, una vez se atrevió a preguntar por su contrato de trabajo. Le contestaron que estaba trabajando "para la familia" y que qué era eso de pedir un contrato. "Sueldo no tienes. En las cuentas de la secretaría sale lo que hay asignado para las trabajadoras, pero el sueldo no lo tenías nunca".
Cuando se fue se dio cuenta de que nunca tuvo ni sueldo, ni contrato, ni tampoco estuvo dada de alta en la Seguridad Social.
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