Un trabajador es más necesario que un hotelero

Javier Vich, presidente de los hoteleros de Mallorca.

Javier Vich, presidente de los hoteleros de Mallorca. / Manu Mielniezuk

Matías Vallés

Matías Vallés

Los mismos empresarios que predican que un fontanero es más urgente que un Licenciado en Diversidad, Igualdad o Inclusión se muestran reticentes a aceptar que un trabajador también es más necesario que un hotelero. Sin embargo, los datos que cifran el pleno empleo en el 96 por ciento de ocupados señalan que esa meta se alcanza en Balears por debajo de los 28 mil parados, y en la comunidad no llegaban a treinta mil en enero.

Aun con la trampa de los fijos discontinuos escamoteados a las listas del paro, Mallorca disfruta de pleno empleo. Nadie se queda sin trabajo contra su voluntad, otra cosa es que le guste su ocupación o que pretenda utópicamente que el sueldo le pague un alquiler. La anterior presidenta hotelera, María Frontera, se vio obligada a admitir que «es el momento de los trabajadores, ellos escogen donde trabajar». 

Conviene matizar que los trabajadores no lograrán jamás una consideración superior a los hoteleros, véase el álbum del Govern de izquierdas de Armengol, siempre genuflexo ante los empresarios del único sector que no necesita mayor especificación. Ahora bien, un trabajador con casa en Mallorca recibiría tantas ofertas de trabajo como su vivienda en El Idealista. Con todos los respetos, «Soy hotelero y busco empleo» no suscitaría un entusiasmo paralelo. 

La necesidad creciente de trabajadores se traduce en la obsesión empresarial con el absentismo, a la hora de negociar el convenio. El obrero que por primera vez se siente poderoso tiene la tentación de ejercer esa prerrogativa, un comportamiento muy humano pero que hasta la fecha solo estaba al alcance del buen patrón. 

Los hoteleros llegarán a Mallorca desde Singapur si es necesario, véase la venta de Rotana. Al trabajador lo necesitas in situ, y su escasez activa el criterio de demanda de materias primas del capitalismo salvaje, el único que existe. «Aprovechadlo», predicaba la ideóloga Frontera a los solicitadísimos empleados de hostelería. El trabajador de hostelería es el rey, pero esta anomalía jerárquica será yugulada en breve. 

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