Finca Serena, la antigua 'possessió' escenario del famoso crimen de Puig Moltó: asalto, homicidio y garrote vil

Los nuevos dueños le cambiaron el nombre al hotel para alejarlo del atraco que conmovió a Montuïri y a toda Mallorca en 1948

Aquel suceso terminó con la vida de Miquel Nicolau Balaguer, 'l’amo' al que hirieron de muerte dos atracadores

Vista de Finca Serena, la possessió Puig Moltó, escenario del asalto que terminó con un homicidio en 1948,

Vista de Finca Serena, la possessió Puig Moltó, escenario del asalto que terminó con un homicidio en 1948, / Único

Myriam B. Moneo

Myriam B. Moneo

Palma

 La polémica que rodea a Finca Serena, el hotel cinco estrellas de Montuïri que tiene un expediente de infracción urbanística por varias obras ilegales y otro en marcha en el Ayuntamiento de la localidad por las quejas vecinales por ruidos y fiestas en la propiedad, lleva a recordar la leyenda negra que rodea a la antigua possessió mallorquina. Fue el escenario del famoso crimen de Puig Moltó, el atraco ocurrido en la tarde del 8 de diciembre de 1948 en el que resultó herido de muerte Miquel Nicolau Balaguer, l’amo de la finca.

“La gente de Montuïri vivió atemorizada durante muchos años y veía ladrones por todas partes. 'Tanca la porta que no vénguin lladres’", se repetía una y otra vez”. Así concluía su crónica en 2008, en el sesenta aniversario del suceso, Biel Gomila, histórico corresponsal de Diario de Mallorca en el municipio.

La alcaldesa de Montuïri, Paula Amengual, también lo tiene muy presente. La víctima de homicidio era su bisabuelo. Miquel, su esposa, Rosa Mascaró Gomila, y sus tres hijos, Rafel, Montserrat y Miquel, vivían en la finca. Amengual, su hermano Cristòfol y sus primos Catalina y Miquel Ribas Nicolau plasmaron en un trabajo de investigación aquella historia que “con el paso de los años” había adquirido "un tono peliculesco cargado de mitos". Reconstruyeron los hechos con información de la causa militar, fuentes orales y las glosas de 1949 (de Catalina Pocoví Mayol, 'Xiva') y las publicadas en 1970 (Bartomeu Miralles Rossinyol 'Poeto'). A continuación un resumen de su pormenorizado relato.

“La gente de Montuïri vivió atemorizada durante muchos años y veía ladrones por todas partes"

La noche de los hechos estaban en la possessió Miquel, su esposa, Jeroni Rigo Amengual, el pastor, de 18 años, y Miquel Martorell Pocoví, el porqueret, de 12 años, testigo presencial con el que pudieron hablar los investigadores.

Los ladrones

Aquel asalto que protagonizaron Joan Ribas Rosselló (s'eivissenc), de 32 años, y Andreu Trobat Llabrés (es Saboner), de 29 años, residentes en Palma, fue "el reflejo de la situación de miseria y hambre que se vivía en Mallorca" en los años cuarenta, declararon a este diario los autores cuando presentaron su informe en las Jornades d'Estudis Locals de Montuïri, en 2009. También el historiador Guillem Mas escribió un libro sobre la trascendencia en la sociedad mallorquina de aquel crimen en la primera mitad del siglo XX.

Andreu Trobat conocía la finca de Puig Moltó porque había vivido en un predio vecino e iba "a jugar con los hijos de los colonos". Días antes de la Purísima, como era costumbre, Miquel Nicolau fue a cobrar los "porc grassos" al bar Cas Maonès de Palma. Por la venta de los cerdos obtuvo 40.000 pesetas (unos 240 euros). Se especuló con que Andreu Trobat pudo ser testigo de aquello y con su cómplice (juntos había atracado en agosto la finca de Son Macià, en Marratxí) planeó el nuevo atraco en la finca de Montuïri. La fecha elegida fue el día 8 porque al ser festivo habría poca gente en las casas de la possessió. Trobat le pidió a Ribas que llevara su pistola y él se encargaría de portar porras.

Trobat le pidió a Ribas que llevara su pistola

El día de autos esperaron a que los hijos de los amos se fueran al pueblo y entraron en la cocina al grito de: "¡No se muevan!". Dispararon al aire para asustar a sus víctimas, sin embargo, Miquel Nicolau se enfrentó a los ladrones, se produjo un forcejeo y le ordenó al pastor que fuera a buscar la escopeta de la casa. Así lo hizo y disparó hiriendo a s'eivissenc en una pierna. Los ladrones huyeron. Como habían llegado en bicicleta es Saboner subió a la suya a su compañero y se fueron por la carretera de Pina, hacia Palma. Después le abandonó, pero antes le cortó el cuello para evitar que le delatase, sin lograr su objetivo, sobrevivió.

Miquel Nicolau  Balaguer, 'l'amo' de Puig Mol´to, la víctima.

Miquel Nicolau Balaguer, 'l'amo' de Puig Moltó, la víctima, bisabuelo de la alcaldesa de Montuïri. / Familia Nicolau

Quien estaba malherido era l'amo. Pidió a los dos jóvenes que fueran a Montuïri a buscar ayuda. A gritos regaron la noticia en el pueblo: "¡Han matado l'amo des Puig Moltó!".

Miquel Nicolau fue trasladado a la clínica del doctor Rotger, en Palma. Estaba gravemente herido y el 14 de septiembre falleció a causa de peritonitis.

Detención y juicio sumarísimo

La Guardia Civil detuvo al día siguiente del atraco a Andreu Trobat en su casa en Palma, mientras su compañero se recuperaba de las heridas en el Hospital Provincial. "La maquinaria judicial se puso en marcha" y el 10 de diciembre ya hubo "constancia de que la causa se había de instruir por trámites de juicio sumarísimo por orden de la Autoridad Judicial", explica la investigación. El delito, "atraco a mano armada haciendo uso de arma de guerra en descampado, con nocturnidad y uso de antifaz", previsto en la Ley de Bandidaje y Terrorismo. La condena, pena de muerte, una indemnización de 50.000 pesetas (unos 300 euros) y correr con los gastos del hospital. La causa se falló en Consejo de Guerra, el 20 de diciembre.

Paula Amengual reivindica que no se dé la espalda a la toponomia mallorquina.

El 28 de enero de 1949, a las siete de la mañana, los dos asaltantes fueron ejecutados por garrote vil. Miquel, el hijo pequeño de Miquel Nicolau pidió ser el verdugo, sin lograrlo. Y es más, al final solo fue capaz, por la impresión, de presenciar una de las ejecuciones. La viuda y sus hijos siguieron su vida en Puig Moltó, "pero nunca más hablaron de este tema". Esta historia de la sociedad mallorquina de la posguerra representa "el hambre, la pobreza y la implacable justicia franquista", concluye la investigación de la familia de Miquel Nicolau.

La alcaldesa de Montuïri no oculta su desazón porque Único Hotels, la cadena propietaria de Finca Serena, haya enterrado el topónimo histórico en un alarde de disociar el presente del hotel de lujo del crimen de su bisabuelo acontecido en la propiedad. Paula Amengual reivindica que no se dé la espalda a la toponimia mallorquina.

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