Tomeu Barceló: "En educación las leyes o las metodologías no importan tanto, lo esencial es la relación docente-alumno"
Profesor y filósofo, secretario general de la conselleria de Educación con el Govern anterior, Barceló publica ‘Educar al lado’, un recordatorio de la importancia de la relación maestro-alumno como elemento clave para favorecer el aprendizaje. Defiende que la competencia emocional debe estar en la escuela y aboga por flexibilizar los contenidos

Tomeu Barceló, con un ejemplar de 'Educar al lado', editado por Desclée de Brouwer / M.F.
PREGUNTA: ¿Por qué consideró importante publicar ‘Educar al lado’?
RESPUESTA: Me pareció importante trasladar el enfoque centrado en la persona y la filosofía de la experiencia al ámbito educativo. Ahora que la educación está tan cuestionada y necesitada de cambio, sentía una obligación moral de proponer un modelo educativo diseñado para un futuro incierto y complejo. Esto implica explorar qué estrategias pueden utilizar los docentes para preparar a los alumnos para ese futuro.
Ahora hay mucho debate sobre metodología, pantallas... ¿su aporte va más allá, hacia una forma de estar en el aula?
Sí, la metodología es accesoria, lo importante es la relación educativa que el profesor establece con los alumnos, cómo se vincula con ellos y qué actitudes adopta para crear las condiciones adecuadas para el aprendizaje. Da igual si usas Montessori o pantallas, la esencia es la relación. Hoy no podemos dar por hecho que todos los alumnos estén motivados. Cuando un alumno se siente vinculado a su maestro, se siente motivado para aprender. Este vínculo emocional es clave y requiere una transformación personal del docente, desarrollando empatía, congruencia y una actitud que motive a los alumnos.
¿Este libro puede ser un recordatorio para los docentes que se queman con el día a día, la burocracia, las leyes...?
Sí, es un intento de volver a la esencia de la educación. Esa esencia no se basa en metodologías, contenidos o burocracia, sino en las relaciones humanas. Los maestros facilitan el aprendizaje y el proceso educativo a través de estas relaciones, no hay que olvidarlo.
Menciona a Adela Cortina, que habla sobre cómo los educadores se sienten impotentes para transmitir conocimientos. La cita es de 2008, ¿ahora, aún peor?
Sí. Antes, la educación se basaba en un modelo en el que el docente era transmisor y el alumno un receptáculo. Hoy eso no tiene sentido, el conocimiento está socializado, el reto es enseñar a los alumnos a seleccionar información, criticarla y aplicarla.
¿Por qué cree que hay esa sensación de que la educación está peor que nunca?
Aunque la educación ha mejorado mucho, por ejemplo, en alfabetización y escolarización hasta los dieciséis años, hoy el reto es diferente. Antes se educaba para un futuro determinado, con valores muy claros. Ahora tenemos un futuro incierto y complejo, con cambios tecnológicos, sociales y de valores. Esta incertidumbre genera crisis. Además, las decisiones políticas a menudo utilizan la educación como una herramienta de poder, lo que añade tensiones.
¿Se nos olvida que el sistema educativo es la institución más influyente?
La educación tiene un impacto enorme en todo el mundo. Por eso, en el libro hablo del enfoque centrado en el alumno, lo que implica escucharlo, entender sus necesidades y adaptarnos para facilitar su aprendizaje
¿Cómo influyó Carl Rogers en su visión de la educación?
Su planteamiento centrado en la persona me marcó. Su modelo se basaba en que cualquier profesional de la relación de ayuda, ya sea un educador, terapeuta o médico, debía establecer unas condiciones facilitadoras (empatía, consideración positiva incondicional y coherencia) para que la persona ayudada pueda desplegar sus potencialidades inherentes, crecer y aprender.
¿En qué consiste el otro pilar del libro, la filosofía de la experiencia de Eugene Gendlin?
Gendlin defendía que lo que nos afecta en nuestro entorno lo sentimos en nuestro cuerpo como una “sensación sentida.”. La clave está en identificar estas sensaciones, comprenderlas y darles un significado para avanzar. Si logramos que las actividades escolares conecten emocionalmente con los alumnos, podemos facilitar un aprendizaje más profundo y significativo y hay que diseñar las actividades pensando eso.
Las situaciones de aprendizaje y la LOMLOE iban por aquí, ¿no?
Efectivamente. Otra cosa es que luego se sobredimensiona todo y eso te apena. Pero si volvemos a lo esencial, genera un entorno propicio para el aprendizaje.
¿Un buen maestro es un buen maestro al margen de la ley que toque y lo que diga el sistema?
La escuela la hacen los maestros. Durante el franquismo las leyes eran las que eran y aun así había buenos maestros que usaban la metodología Freinet, Montessori o experiencial.
Propone relativizar el contenido y trabajar más las competencias emocionales, cuando crecen las voces (de pedagogos, profesores y familias) que precisamente reclaman más contenido, ¿cómo ve esta reacción?
Es una contrarreacción que quiere volver a un sistema instructivo que hoy no tiene ningún sentido. Nuestra labor es formar ciudadanos competentes ante un futuro complicado, que sepan aprender a aprender y a gestionar sus emociones. La gestión emocional no puede estar fuera de la escuela. Centrar el sistema educativo solo en los contenidos no es educar. Los contenidos están organizados por temarios, hay debates sobre añadir más horas de ésta o aquella materia... así el profesor tendrá más tiempo para terminar el temario, pero ¿los alumnos lo aprenderán realmente? Eso es lo importante, y no que el profesor termine el temario. Por eso debemos centrarnos más en las competencias y no tanto en los contenidos. No digo que no sean importantes, pero están muy interrelacionados y seguimos con una educación dividida en materias aisladas en lugar de trabajar por proyectos.
Usted estaba en Educación, ¿qué opina de los nuevos currículos hechos por el actual equipo?
Van hacia atrás. Quitan horas de libre disposición, eso quiere decir que no confían en los docentes, que son los que conocen el contexto de su centro y organizan la enseñanza según lo que necesitan sus estudiantes, no en función de lo que marquen los objetivos oficiales. Además, imponer un sistema rígido de asignaturas separadas no tiene sentido.
Pero es cierto que los resultados de las últimas evaluaciones del sistema educativo balear han sido muy negativos
Veremos qué pasa en los resultados de dentro de dos años... Nos enfocamos demasiado en el resultado de las pruebas y no en mejorar los procesos. Si observamos las pruebas internacionales, casi todas están basadas en competencias. Entonces, ¿por qué tenemos malos resultados? Porque tenemos una educación centrada en los contenidos. Si diseñáramos una educación más competencial, probablemente tendríamos mejores resultados.
Suscríbete para seguir leyendo
- Dos de los 20 municipios con más criminalidad de España están en Mallorca
- Así era en los años 60 una de las zonas más turísticas de Mallorca
- L'Osteria aterriza en Mallorca con sus pizzas de 45 centímetros
- Un frente frío pone en alerta a Mallorca: lluvias, tormentas y granizo
- Este es el calendario por pueblos para explicar la legalización de viviendas en suelo rústico
- Aumentan las críticas de Baleares a la decisión del Gobierno central de tumbar el registro obligatorio para los agentes inmobiliarios
- Estas son las zonas más seguras para vivir en Mallorca
- ¿Cuándo se celebra el Carnaval 2025 en Mallorca? Fechas y ‘rues’ más destacadas