Opinión

No paga el Estado, paga usted

Marga Prohens, presidenta del Govern

Marga Prohens, presidenta del Govern / B. Ramón

Matías Vallés

Matías Vallés

Afirmar que el Estado «me paga la pensión» equivale a presumir de que «el banco me paga la luz», con la diferencia de que los manejos intestinales de las instituciones financieras son mucho más oscuros que los gubernamentales. Presumir de que «el transporte es gratuito» conduce a concluir que «el restaurante es gratuito», porque el cliente se ha limitado a mostrar una tarjeta de plástico.

La subida de las pensiones y la gratuidad de los transportes públicos es sufragada a escote por los ciudadanos, con consecuencias relevantes en una economía con ricos como la mallorquina. España es uno de los países que brinda un mayor porcentaje de cobertura gratuita a las clases pudientes. Es escandaloso que un porcentaje minoritario, pero reseñable, de los usuarios de autobuses y trenes en Mallorca no abonen ni una cantidad mínima por el trayecto.

El capitalismo extractivo también preferiría pagar, porque ha detectado la trampa futura de unos servicios públicos que hoy solo se abonan una vez, vía impuestos. Si el ciudadano dispone de la salud, la educación y el transporte gratuitos, se abre el camino para la renta básica universal que compense la codicia con la contemplación, por no hablar del derecho también universal a la pereza. De ahí la degradación deliberada de la escuela, el hospital y el autobús, para demostrar que todavía hay clases.

Resuelto el conflicto económico, cabe atender a la espuma política. Sánchez aprende de Trump que las imputaciones penales no lastran al candidato cuando son disparatadas. Y el Govern inhibido también podría aprender de un Gobierno menos que minoritario, casi insignificante, pero que consigue domesticar tanto al asilvestrado Puigdemont como al adocenado Feijóo. El elector castiga a quien no toma decisiones, porque el voto tampoco es gratuito.

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