El jurado popular queda incomunicado para deliberar sobre el doble crimen de sa Pobla
La magistrada presidenta del tribunal ha entregado este mediodía el objeto de veredicto en la Audiencia de Palma
La fiscalía solicita la prisión permanente revisable y otros 25 años de cárcel para Ali Khouch por dos asesinatos y aborto por estrangular a su esposa embarazada y al hijo de ambos, de siete años, en mayo de 2021

El acusado del doble crimen, Ali Khouch, tapado con una capucha oscura, en el juicio en la Audiencia de Palma. / Ana Belén Muñoz Martín
El jurado popular que ha enjuiciado desde el pasado 17 de enero en la Audiencia de Palma a Ali Khouch, de 39 años, por asesinar a su esposa, Warda Ouchene, de 28 años y embarazada de 21 semanas, y al hijo de ambos, de siete años, en el domicilio familiar en sa Pobla el pasado 16 de mayo de 2021, ha quedado incomunicado hoy a primeras horas de la tarde para deliberar sobre el doble crimen.
La magistrada presidenta del tribunal ha entregado este mediodía el objeto de veredicto en la Audiencia Provincial a los miembros del jurado. Previamente, se lo había facilitado a las partes personadas para que mostraran su conformidad.
El tribunal popular deberá analizar ahora las pruebas practicadas durante las seis sesiones del juicio y pronunciarse y decidir si los hechos constituyen dos asesinatos, uno de ellos en concurso con un delito de aborto, como mantiene la fiscalía y las acusaciones, o bien son dos delitos de homicidio, uno de los cuales, en concurso con aborto, como sostiene el abogado defensor.
El ministerio público reclama la pena de prisión permanente revisable y otros 25 años de cárcel para el acusado. Se trata del primer caso en la historia de Baleares en el que se pide la condena de prisión permanente.
Por su parte, la defensa solicita doce años de cárcel para Ali Khouch, quien el primer día de juicio reconoció que estranguló a su mujer y a su hijo, pero alegó que actuó drogado y bebido y que tenía sus capacidades afectadas por el consumo de cocaína y alcohol. En el turno de la última palabra, admitió que sabía que Warda estaba embarazada y pidió disculpas: “Me siento destrozado por dentro por todo lo que he hecho. Pido perdón a todos”.
¿Ha habido confesión y drogadicción?
Los miembros del jurado deberán resolver si concurren o no las circunstancias atenuantes de drogadicción y colaboración con la Justicia y, si las aprecian, en qué grado. Los peritos señalaron que no había pruebas objetivas que acreditaran que Ali el día de los hechos hubiera consumido estupefacientes.
Además, el tribunal popular tendrá que dilucidar, entre otras cuestiones, si el encausado maltrataba de forma habitual a su esposa, como mantiene el letrado de la familia de las víctimas, que ejerce la acusación particular, y también la Abogacía de la comunidad autónoma, personada como acusación popular, quienes añaden un delito de maltrato habitual a Khouch. El padre de Warda y otros parientes confirmaron que la joven sufría violencia machista. “Warda no podía decir ni mu en casa, si decía algo, él le pegaba, él era como un monstruo en casa”, aseguró el progenitor de la fallecida. “Él era como el alcalde de la casa”, manifestó uno de los hermanos de la víctima.
El jurado seguirá incomunicado todo el tiempo que sea necesario en Palma hasta alcanzar un veredicto.
Los hechos enjuiciados tuvieron lugar hacia las once de la noche del 16 de mayo de 2021, según el fiscal. El acusado se enzarzó en una discusión con su mujer, Warda Ouchene, en el domicilio familiar situado en la calle Santa Catalina Tomás de sa Pobla.
El hombre cogió un cincel y le propinó un golpe en la cabeza a la mujer, tras lo que forcejeó con ella y la estranguló. Fue, sostiene la acusación, “una muerte agónica”. Ali cometió el crimen ante el hijo que tenían en común, un niño de siete años al que también estranguló.
Tras los asesinatos, el encausado cerró la puerta con llave y se marchó de sa Pobla a Palma. Al día siguiente, hacia las cuatro de la tarde, envió un mensaje a uno de los hermanos de su mujer avisando de que Warda estaba muerta en casa. La alerta movilizó a sus parientes y a los servicios de emergencias. Luego, llamó a la central de la Guardia Civil para confesar los crímenes y entregarse en Palma. Desde ese día, Ali Khouch permanece preso. En el juicio se mostró en todo momento cabizbajo y ausente.
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