El magnate financiero danés y mayor terrateniente de Banyalbufar, Kim Fournais: «Banyalbufar no ha de ser un nuevo Deià, debe conservar su espíritu»

Kim Fournais, junto a su perro en el hotel Sa Coma, la propiedad más céntrica que gestiona en Banyalbufar / Guillem Bosch
Kim Fournais (Copenhague, 1966) es fundador, consejero delegado y accionista (29%) de Saxo Bank. Al comprar es Rafal, Son Valentí a Branson y el hotel Sa Coma aspira a primer propietario de Banyalbufar. Su fortuna se mide en centenares de millones, tal vez cinco.
Me daba miedo llegar tarde, porque usted alaba la precisión.
Soy yo quien ha llegado con un minuto de retraso. Es importante ser puntual porque si te has citado con otras personas, es una forma de respetar su tiempo. En muchos aspectos de la vida, resulta decisivo hacer simplemente lo que dices que vas a hacer, empezando por llegar a la hora.
¿Ha llegado a Mallorca pilotando su propio avión?
En esta ocasión, sí. A veces vengo a Mallorca pilotando mi avión, en otras ocasiones no lo hago, porque obviamente es caro y existen buenas conexiones. Son tres horas desde Copenhague a Palma, se tarda más en llegar a Jutlandia dentro de mi pequeño país, y también es más caro.
¿Quién es usted?
Soy danés, tengo 58 años, crecí en una familia de clase media. Siempre he amado la naturaleza, la comida auténtica, vivir al aire libre con las personas que quiero, y soy una persona muy apasionada.
Supongo que esta pasión conecta con su faceta empresarial.
Empecé a trabajar en la industria financiera como becario, sin acabar mis estudios de ingeniería. A los 26 años me di cuenta de que se necesitaban instituciones financieras que ofrecieran buenas inversiones a los clientes. Siempre sé detectar lo sitios donde hay mucho que hacer, como me ocurre con Banyalbufar, y donde puede ser fantástico hacerlo.
¿En qué condiciones empezó?
Tenía solo un empleado, hoy somos 2.300 en el Saxo Bank que fundé. Tampoco tenía dinero, solo 70 mil euros. Soy una persona humilde pero que dice las cosas a la cara.
Democratizó usted las inversiones financieras, las puso al alcance de inversores modestos.
Tenemos una base muy amplia, que en efecto empieza con cinco mil euros, y hoy contamos con 1,3 millones de inversores. Nos gusta establecer relaciones de largo plazo. Mi mente trabaja de manera técnica, como un ingeniero, por lo que no soy un banquero tradicional y empecé desde la nada.
Pero hoy es un magnate.
No, he venido aquí en pantalón corto acompañado de mi novia. Soy un modesto trabajador que echa muchas horas, aunque afortunado de tener un trabajo lleno de sentido. En mi cuna no estaba escrito que crearía Saxo Bank, así que no soy un magnate, solo un tipo normal que empezó desde la raíz un negocio que ha ido creciendo durante 32 años y medio.
Está comprando usted casi la tercera parte de Banyalbufar, ¿por qué?
Porque amo este sitio. La Tramuntanaes uno de los parajes más bellos de todo el planeta, por encima de Córcega o Cerdeña. Estar aquí da felicidad a la gente, y este es el primer fundamento. El segundo es que he desarrollado una experiencia similar en la pequeña isla danesa de Vejro. Era un vertedero de chatarra, la he limpiado y la he hecho sostenible.
Estamos ahora en el hotel Sa Coma de Banyalbufar, su adquisición más céntrica.
La familia mallorquina que ha llevado este hotel durante generaciones se ha encontrado en una situación donde les cuesta seguir invirtiendo, y querían vender. Cuando aparezco yo, la gente de Barcelona con la que estaban negociando les metía mucha presión en precio y condiciones. Cerramos el trato en septiembre, y puede ver que siguen viviendo aquí. Esperamos empezar pronto la rehabilitación.
¿Cuándo abrirá el nuevo Sa Coma sus 32 habitaciones?
Se inaugurará en 2026 y será un estupendo cuatro estrellas. Ha de ser restaurado con respeto hacia las tradiciones y materiales de su entorno.
Usted es banquero y científico, ¿ha analizado esta inversión en la Tramuntana bajo dichos términos?
No creo que sea una operación muy científica, porque mucha gente dudaría del resultado económico. Las inversiones en Mallorca se enfocan hacia el turismo de masas y los mallorquines, como usted sabe mejor que yo, no lo aprecian porque supone una invasión de turismo de ruido y borracheras. Este lugar es único, no habrá otro igual, y además necesita algo de inversión.
¿Qué concepto de Banyalbufar tiene usted in mente?
Banyalbufar debe conservar su espíritu, no ha de ser un nuevo Deià, que es desde luego un lugar hermoso pero carece del ambiente de este pueblo. Me gustan sus calles estrechas, que no haya demasiados turistas. La Residencia no tiene vistas al mar, mira esta maravilla de Sa Coma. Y conste que soy solo un extranjero, pero muy respetuoso con la isla.
¿Su objetivo no es transformar Banyalbufar en Deià o Valldemossa?
Llegamos a este mundo y permanecemos un segundo (chasquea los dedos). Si consigues dejar tu huella para mejorar el entorno, puedes darte por satisfecho, aparte de que me gustaría pasar más tiempo aquí, donde nos desplazamos a pie. Quiero para Banyalbufar puestos de trabajo significativos, un turismo significativo, que la comida sea local y no importada de la Península, con los productos que tradicionalmente eran cultivados en la Tramuntana.
¿Para qué compró Son Valentí a Richard Branson?
Son Valentí ha sido una ruina durante no sé cuánto tiempo, lo cual no beneficia a nadie. Si no se restaura, el bello edificio histórico se hundirá y desaparecerá para siempre. Lo rehabilitaremos también con Guillermo Reynés, un proceso que por cierto es muy caro y no puedes llevarlo a cabo sin huéspedes que aporten dinero. A Branson le costó años obtener una licencia hotelera, y aprovechamos la oportunidad cuando lo puso a la venta.
¿Puede ser rentable un hotel pequeño como Son Valentí?
La rehabilitación es un proceso lento y el resultado económico no puede darse por sentado, como decir que si pones diez euros aquí (golpea la mesa), obtendrás cincuenta euros allí. Confiamos en abrir en Pascua de 2027. Serán solo trece habitaciones, porque no puedes ampliar las edificaciones. Y de cinco estrellas, porque no se puede acometer una recuperación de ese tipo si los huéspedes no están dispuestos a pagar.
Usted vive en la possessió de es Rafal, su primera adquisición en Banyalbufar.
Busqué una casa en Mallorca durante veinte años, y me llevó seis años comprar es Rafal que también estaba en ruinas, así que soy una persona a largo plazo.
¿Es correcto decir que Banyalbufar le escogió?
Oh, fui simplemente un afortunado al descubrir este lugar durante una ruta en bicicleta. A lo largo de 25 años había visto muchas partes de Mallorca. La isla tiene lugares deslumbrantes y otros que lo son menos, me parece justo decirlo. Los mallorquines están un poco cansados de turismo, turismo y turismo. Por eso hay que mantener Banyalbufar, pero es imposible lograrlo sin ingresos. En Sa Coma trabajaremos con la antigua familia propietaria que seguirá ligada al hotel, y también con los vecinos que espero que trabajen en mis establecimientos.
Pero usted quiere convertir Banyalbufar en un negocio.
Estoy enamorado de este lugar, no necesito hacer todo esto como inversión. Cuando veo un lugar que debería ser hermoso, que debería ser mantenido, no puedo evitarlo. Aunque no depende solo de mí, espero que la gente vea que somos parte de la solución y que no somos parte del problema.
¿Está abierto a nuevas compras en Banyalbufar?
Nunca digas nunca jamás, pero ahora mismo tengo bastante por digerir. Hay lugares en la montaña de Banyalbufar que antes eran cultivados, con un aceite de oliva extraordinario. Los pinos se han adueñado de esos terrenos. Cuesta dinero mantenerlos, la gente cogía un trabajo en Palma, quizás se empleaban en la industria turística.
¿Su auténtico sueño sería adquirir algún día Son Bunyola?
No, Branson lo lleva y es uno de los mejores hoteles. Tengo una tendencia a hacer más de lo que debería, porque disfrutaría con una vida más relajada. Mi intención no es ser el dueño de todas las fincas, aparte de asumir la responsabilidad con lo que adquieres. Porque si compro Son Valentí o este hotel, me siento obligado a recuperarlos.
¿Está convencido del éxito de sus proyectos?
Sé lo que quiero hacer, pero no sé todavía si podemos encontrar la gente apropiada, si podemos lograr que funcione. Lo único de lo que estoy seguro ahora es de que voy a invertir un montón de dinero, pero ignoro si algún día será una buena inversión, para ser completamente honesto. Quizás podamos enseñar el camino a otros sobre la manera de producir más energía limpia, o de aprovechar el agua de las lluvias intensas que se pierden en el mar.
Pero usted es un hacedor, no un soñador. O dicho de otra forma, a mí no se me ocurriría invertir en la Mallorca sobresaturada.
Jajaja. Pero a menudo el ancho de banda de las personas se limita a que o bien aman algo o bien lo odian. No cabe en una discusión racional afirmar que desprecias la actividad que paga el 85 por ciento de las facturas de Mallorca. No es inteligente, deberías plantearte cómo puedes transformarlo en algo que te guste. Puedo entender que la gente esté descontenta por el aumento de precios de la vivienda, o porque la isla entera desborde de turistas. Al final decidís vosotros los mallorquines, pero prefiero preguntarme por qué viene tanta gente. Pues porque es una isla preciosa.
Una isla al límite, asfixiada.
Si pensáis que la situación está arruinando Mallorca, tal vez los mallorquines podríais estudiar cómo afrontarla de otra manera. Y mi esperanza, por lo que quizás también soy un soñador, es que ayuda tener a alguien como yo, a ese estúpido danés que ha llegado hasta aquí con la capacidad de llevar a cabo algunas inversiones.
Usted mismo repite que necesita ayuda.
No puedo conseguir que esto funcione sin el apoyo de los residentes, ni si la gente se sienta con los brazos cruzados y dice que «no, no, no, usted es solo un extranjero loco que está comprando toda Mallorca, y es un magnate y demás». He trabajado toda mi vida, como usted y como quienes van a leernos. Después de crecer sólidamente en mi empresa, pienso que iniciar otros negocios no es un crimen, excepto si empleas a niños para que trabajen en una mina o si vendes drogas.
En los comunicados que escribieron usted y Branson tras la compraventa de Son Valentí, parecían prácticamente hermanos.
Para ser honesto, nunca me he encontrado con Branson en persona, solo hemos hablado por teléfono. Le admiro porque Son Bunyola también era una ruina, y ahora atrae a visitantes de calidad y da empleo a Banyalbufar. Ha invertido mucho, se ha enfocado en mejorar el entorno, por lo que espero tener buenas relaciones con él.
Será más difícil tranquilizar a los vecinos de Banyalbufar sobre sus intenciones.
Espero alcanzar un grado satisfactorio de colaboración. Hemos tenido reuniones con la alcaldesa. Entiendo las sensibilidades diversas, pero la alternativa sería que no invirtiéramos nada aquí, y no sé si a la familia propietaria de este hotel le iría bien.
En el lenguaje estadístico que utiliza para sus inversores, ¿cuál es la probabilidad de que Mallorca pueda cambiar?
Hay un cien por cien de que pueda hacerlo. De hecho, es el único camino posible y yo soy optimista, pero no puedo hacerlo solo. En 2025 es irracional que la energía sea producida en gigantescos motores diesel situados alrededor de Palma. Me gustaría formar parte de un proyecto que atraiga mejor turismo. Magaluf y Alcúdia tienen su sitio y crean riqueza, pero quizás podamos conseguir que Banyalbufar no se convierta en Deià.
¿Cómo se afronta esa revolución?
Al final, y en mi humilde opinión, necesitas a gente como yo. Es un ecosistema, Branson ya ha liderado algunos proyectos, y Son Valentí será una iniciativa para gente que aprecia el silencio y las vistas.
Se está colonizando el entorno ultrasensible de la Tramuntana.
Es muy importante que la Tramuntana esté protegida, para que no acabe como Magaluf. Sin embargo, para recuperar zonas como Banyalbufar necesitas a los visitantes, que aportan el dinero imprescindible. Por eso me parece absurdo concluir que los inversores, son superfluos. Algunas cosas funcionan mejor que otras, pero los sistemas ‘win win’ exigen colaboración.
¿Cómo valora la reacción de los vecino de Banyalbufar hasta hoy?
Superpositiva, pero ignoro lo que dicen cuando no estoy delante.
Dicen que las cervezas ya son más caras en el pueblo.
No he vendido una sola cerveza, y tiendo más a recuperar la agricultura, porque he trabajado en una granja. En general, se habla mucho de los problemas, y se olvida mencionar las soluciones. En cuanto al balance futuro, lo único seguro en este mundo son la muerte y los impuestos, como dijo Benjamin Franklin.
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