Habla el policía fuera de servicio que detuvo a un hombre que amenazaba a su expareja en Palma: "No me lo pensé, hay que actuar antes de que llegue a ser grave"
Jaime Sempere, policía nacional desde hace más de veinte años, estaba en su día libre cuando detuvo al varón que increpaba a una mujer en la terraza de un bar en el Vivero

Ana B. Muñoz
Miércoles, 22 de enero, pasadas las nueve de la noche. Jaime Sempere, policía nacional desde hace más de veinte años, disfruta de su día libre tomando un refresco en la terraza de un bar en el Vivero con su pareja. Está fuera de servicio y no se imagina que al día siguiente protagonizará titulares de prensa por auxiliar a una mujer y retener al hombre que la amenazaba.
"Fue todo muy rápido. Estaba sentado y vi a un hombre que se acercó a una chica que estaba en la terraza, a unos metros de mí, con otro chico", recuerda el policía. Ahora lo cuenta calmado, desde las oficinas de la comisaría de la Policía Nacional en el Paseo Mallorca, pero en aquel momento se le aceleró el pulso. "El hombre comenzó a gritar, estaba muy alterado. Al principio pensé que solo les explicaba una situación que le había ocurrido, pero me di cuenta rápido de que algo iba mal. Se dirigió hacia ella y comenzó a amenazarla de muerte", continúa.
El hombre —ahora detenido, un varón español de 41 años— empezó a advertir a la mujer de que no debía salir de casa "por su bien". En aquel momento, el chico que la acompañaba se levantó y se encaró con el agresor, que a su vez le empujó. Al presenciar la escena, en cuestión de segundos, Jaime se levantó e intervino: "Ni me lo pensé. Hay que actuar antes de que llegue a ser grave", explica.
"Me identifiqué con el carné y la placa"
"Les dije que se marcharan cada uno por su lado, pero el hombre me increpó y me preguntó quién era. Entonces, me identifiqué con el carné profesional y la placa de policía", recuerda. El agresor no se amedrentó: "Empezó a insultarme, se negó a irse. Así que le pedí a la mujer la orden de alejamiento y le dije que se metiera dentro del bar". Comprobó que la orden estaba en vigor y le pidió al hombre que se identificara. "Se negó y me respondió que se marchaba, pero para ese momento ya había quebrado la orden de alejamiento y había amenazado a la mujer, yo mismo lo vi, no podía irse así como así", asegura el policía.
"Le dije 'no te vas, te quedas aquí', y en aquel momento se abalanzó hacia mí y fue a golpearme", explica Sempere. Por suerte, no pilló por sorpresa a un policía que lleva 23 años trabajando en la unidad de Seguridad Ciudadana. "Le reduje con la mínima fuerza imprescindible, como he hecho en muchas otras actuaciones", aclara. Con todo, durante el forcejeo, que duró unos diez minutos, el policía agradeció que varias personas que presenciaron la agresión le ayudaran a contener al hombre, cogiéndolo por las piernas, mientras él le retenía los brazos.
"Le leí sus derechos como detenido, y mis compañeros llegaron muy rápido. Lo engrilletaron y se lo llevaron a dependencias policiales, yo me fui a hacer el parte médico", añade Sempere. Afortunadamente, las lesiones que sufrió durante el forcejeo no fueron graves, aunque el agresor le pegó varios puñetazos en las costillas, codazos en la zona abdominal, le retorció un dedo de la mano y varios raspaduras con el suelo. "Nada grave, estoy perfecto", matiza Sempere.
"No sabía si llevaba un arma"
Sin embargo, agradece la ayuda que, antes de llegar el resto de policías, le prestaron los testimonios que presenciaron la agresión en el local: "No pude registrarle, no sabía si llevaba un arma blanca encima o incluso peor. Menos mal que el resto de personas me ayudaron a controlarlo", comenta. No es la primera vez que se ve abocado a actuar estando fuera de servicio, aunque nunca en otro caso similar: "Alguna vez he tenido que intervenir fuera de servicio en peleas de tráfico, alguna otra en auxilios humanitarios. La diferencia es que en este caso, cuando actué, la situación no se calmó, el hombre se puso agresivo", lamenta.
La víctima explicó más tarde que el detenido llevaba varios días buscando acercarse a ella y recibiendo llamadas. El hombre incluso le envió un vídeo, la misma tarde de los hechos, en el que se veía el vehículo de la víctima. Quedó detenido como presunto autor de un delito de malos tratos en el ámbito familiar y quebrantamiento de condena.
"La violencia de género es la peor lacra que existe en la sociedad. Hay que estar muy alerta y tener una sensibilidad especial con estos temas", concluye el policía, que a día de hoy es subinspector y jefe de la unidad de Subsuelo y Protección ambiental: "Sé que cualquier compañero, si hubiera presenciado esa situación, hubiera intervenido igual que yo. Nuestra vocación como policías nos lleva a estar de servicio, más allá de la jornada laboral, las 24 horas".
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