Airbnb ataca las normativas contra el alquiler turístico del Gobierno y las comunidades
La plataforma digital llama a reconsiderarlas y que se deje de considerar su actividad el "chivo expiatorio" de la crisis de vivienda

Airbnb reclama a Madrid que su modelo turístico refuerza una economía basada en el turismo masivo de la industria hotelera.
Airbnb se ha puesto a la defensiva y recurre a su discurso de la economía colaborativa para atacar al Gobierno y a las comunidades autónomas por sus «estrictas normativas» sobre el alquiler vacacional que ponen en riesgo el beneficio de esta actividad en las zonas rurales y para «miles de familias que alquilan su vivienda de manera ocasional». La plataforma comercializadora reclama que se deje de señalar ese modelo turístico «como el chivo expiatorio» ante la crisis de vivienda.
La compañía estadounidense, en un comunicado difundido ayer, sale al paso contra los anuncios del Gobierno de Pedro Sánchez para controlar el alquiler turístico — quien señaló directamente a la empresa, «sobran Airbnb y faltan viviendas» — y también contra «el lobby de los hoteles» que «se ha esforzado en trasladar el mensaje de que los alquileres de corta duración son la principal causa de la escasez de vivienda, masifica las ciudades y perturba los vecindarios».
Para la compañía norteamericana las «estrictas normativas» sobre los alquileres de corta duración en España ponen en riesgo 30.000 millones de euros, o el 2 % del PIB, que correspondería al gasto total de los turistas que se hospedaron en viviendas en 2023 y 400.000 empleos. También advierte del alto coste que puede suponer para las familias y el daño que hará al desarrollo de zonas rurales, el pequeño comercio y la economía española en general «sin solucionar los desafíos de la vivienda y el turismo de masas».
Airbnb sostiene que se han implementado regulaciones estrictas sobre el alquiler turístico «a menudo de manera reactiva e ignorando los datos reales sobre la enorme huella que los hoteles dejan allí donde están presentes, la mayoría áreas ya abarrotadas por su propia oferta, esquivando la proporcionalidad regulatoria y su responsabilidad sobre el turismo de masas».
La plataforma critica que el modelo del Gobierno refuerza una economía basada en el turismo masivo de la industria hotelera «concentrado en las ciudades y la costa». Para defender su actividad recurre a un estudio de Oxford Economics y sostiene que prohibiciones generales como en Barcelona, Nueva York, Madrid o Palma «a menudo conducen a externalidades negativas», que afectan a los anfitriones, «que con esos ingresos costean sus hogares», y los trabajadores que dependen de los ingresos del alquiler turístico. Además, considera que si baja la oferta de viviendas turísticas por las restricciones regulatorias subirán los precios de los hoteles y se restará competitividad al sector.
«Airbnb comprende que pueden existir ciertas áreas populares entre los turistas en las que hay viviendas que se dedican exclusivamente al turismo y que constituyen una parte relevante de la oferta total de vivienda. En los casos donde los datos muestran que eso es así, Airbnb está dispuesta a trabajar con los gobiernos para hacer cumplir regulaciones específicas», dice Jaime Rodríguez de Santiago, director general de Airbnb Marketing Services, SL para España y Portugal.
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