Un maltratador amenaza a su mujer ante la Guardia Civil: “La próxima vez le voy a cortar el cuello y voy a llevar la cabeza al cuartel”

Condenado a tres años de cárcel por golpear a su esposa, amedrentarla y quebrantar un alejamiento en Montuïri tras un fatídico San Valentín  

El maltratador condenado, que actualmente está en prisión, durante el juicio celebrado en Palma.

El maltratador condenado, que actualmente está en prisión, durante el juicio celebrado en Palma. / B. P.

B. Palau

B. Palau

La próxima vez le voy a cortar el cuello y voy a llevar la cabeza al cuartel de Vilafranca”. Un maltratador profirió estas amenazas poco después de ser detenido en su casa a las afueras de Montuïri y ante varios agentes de la Guardia Civil tras un fatídico San Valentín. Un juzgado de lo penal de Palma le ha condenado a tres años y dos meses de prisión por golpear a su mujer, amedrentarla y quebrantar una condena que le prohibía aproximarse y comunicarse con ella.

El hombre cuenta con amplios antecedentes policiales. Lleva encarcelado desde mediados de febrero de 2024 tras el fallido día de los enamorados. No es la primera vez que ingresa en prisión. Y ahora suma una nueva sentencia por un delito de malos tratos en el ámbito familiar, otro de amenazas graves y otro de quebrantamiento de condena.

Además, la magistrada le ha impuesto la prohibición de acercarse a menos de 500 metros de la víctima y de comunicarse con ella durante diez años, así como la privación del derecho a la tenencia y porte de armas por tiempo de tres años.

La perjudicada siente una total dependencia emocional respecto de su maltratador. En el juicio, ella reconoció que lo quiere “mucho”. Además, presenta un trastorno de estrés postraumático y precisa tratamiento psicológico.

El encausado ha sido absuelto de maltrato habitual y de coacciones en el mismo procedimiento judicial, ya que no hay prueba de cargo suficiente contra él. En un principio, tanto el fiscal como la abogada de la acusación particular, Vanesa Hidalgo, pedían para él penas que sumaban diez años de prisión por un rosario de delitos vinculados a la violencia machista: malos tratos habituales, quebrantamiento, coacciones, amenazas graves y maltrato. Por su parte, la letrada defensora, María Colom, reclamó su libre absolución.

No podía acercarse a ella

Según se declara probado en la sentencia, que no es firme todavía, el acusado fue condenado a finales de enero de 2024 por un delito de coacciones en el ámbito familiar. Pese a conocer que debido a esta sentencia se le había prohibido acercarse a su esposa y comunicarse con ella durante cuatro meses, semanas después de la condena, durante la noche del 14 de febrero de 2024 la llamó por teléfono diciéndole que la esperaba esa misma noche a fin de celebrar San Valentín. Su mujer se negó a acudir a su casa, ubicada en una zona de campo a las afueras de Montuïri.

Al día siguiente, sobre las doce del mediodía, y a unos dos kilómetros de la citada vivienda, la víctima se encontró con el sospechoso mientras ella conducía su vehículo con dos de sus hijos, dos bebés de un año y dos meses de edad, respectivamente. Él se subió a su coche y fueron su casa, sin que conste acreditado que él la obligara a acompañarle ni que la agrediera en esos momentos.

Una vez en el domicilio, ambos mantuvieron relaciones sexuales consentidas, sin que se haya probado que él la menospreciara y humillara.

Poco después, la joven no quiso seguir manteniendo relaciones sexuales con él e intentó marcharse con su hija de un año en brazos, por lo que el acusado, enfadado y con la finalidad de causarle un detrimento físico, le arrojó dos botellas de cristal que no llegaron a impactarle. Sin embargo, sí que logró luego cogerla del cabello, de forma que la víctima cayó al suelo, donde él le propinó varios golpes en el rostro y el cuerpo.

Como consecuencia de esta agresión, la perjudicada sufrió diversas contusiones en la cara, un edema en el párpado izquierdo, contusiones en muslo y en brazo, por lo que precisó asistencia médica y tardó en curar de las lesiones cuatro días.

Graves amenazas de muerte

Una vez arrestado el maltratador en la vivienda y ante la Guardia Civil, a fin de amedrentar a su esposa, profirió expresiones tales como “voy a cortarle el cuello a esa hija de puta”, según se desprende de la sentencia. “Yo no soy un maricón, no la voy a denunciar, pero la próxima vez le voy a cortar el cuello y le voy a llevar la cabeza al cuartel de Vilafranca”, le dijo.

La magistrada detalla que no ha resultado acreditado que los malos tratos se produjeran desde el inicio de la relación sentimental, desde el año 2009, ni que tampoco hayan sido maltratados sus tres hijos menores. Sin embargo, existe un procedimiento penal en trámite en un juzgado de Manacor contra el hombre por una presunta agresión a su hijo, menor de edad, que cuenta con una orden de protección a su favor.

La mujer depende emocionalmente del acusado, quien es consumidor de cocaína, marihuana y alcohol. La noche de los hechos por San Valentín él había consumido, pero no consta que tuviera afectadas sus facultades físicas y psíquicas. Por ello, la sentencia no aprecia esta circunstancia ni como eximente ni como atenuante.  

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