La negociación de los salarios de los 180.000 trabajadores de la hostelería balear se iniciará el 6 de febrero

El convenio colectivo más importante de Balears, del que dependen los salarios de uno de cada cuatro trabajadores de las islas, ya tiene fecha para el inicio de su negociación. La mesa en la que estarán representadas patronales y sindicatos del sector se constituirá durante el próximo día 6 de febrero, según ha anunciado el secretario general de UGT- Servicios, José García Relucio. Este sindicato denunció el pasado día 2 el acuerdo en el sector de la hostelería, poniendo en marcha el proceso destinado a conseguir un nuevo pacto entre patronales y sindicatos que va a afectar a cerca de 180.000 asalariados, según las estimaciones de esta organización.

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UGT dispone de la mayoría absoluta en la representación sindical, lo que le permite firmar este convenio en solitario aunque tradicionalmente ha ido de la mano de CCOO a la hora de alcanzar acuerdos, y García Relucio pone de relieve que su pretensión es que el próximo sea «el mejor convenio conseguido hasta ahora».

Subida salarial

Desde UGT se reclama que, al margen de la vigencia que finalmente pueda tener cualquier posible pacto, la subida salarial de 2025 para esos cerca de 180.000 trabajadores sea superior al 5%, rompiendo así la barrera conseguida en los dos acuerdos anteriores (en el primer año de aplicación de ambos se alcanzó ese 5%, como en 2023).

Esa reivindicación es justificada por José García Relucio recordando los elevados ingresos que las empresas hoteleras han registrado durante 2024 y la previsión de que 2025 volverá a ser un año excelente para el sector turístico. Desde su sindicato se insiste en que los empleados tienen que beneficiarse de estos buenos resultados, especialmente por el elevado coste de la vida que se registra en el archipiélago.

Reducir la jornada a 35 horas

En el listado de reclamaciones sindicales está también una reducción de la jornada laboral en el sector para situarla en las 35 horas semanales, al margen del acuerdo suscrito recientemente por la vicepresidenta segunda del Gobierno, Yolanda Díaz, y los secretarios generales de UGT y de CCOO en el ámbito estatal, Pepe Alvarez y Unai Sordo respectivamente, para situarla en las 37,5 horas .

La plataforma elaborada por este sindicato incluye una ampliación del periodo garantizado en la contratación de los fijos discontinuos, actualmente de seis meses al año, y que se quiere extender hasta los nueve meses, aunque dependiendo también del tiempo de actividad del establecimiento.

Otra demanda es la adopción de medidas por parte de las empresas para hacer frente al estrés térmico que sufre el personal de cocina y los empleados que trabajan en zonas exteriores durante el verano, como los que atienden los ‘chiringuitos’ situados junto a las piscinas de los hoteles o los camareros en las mesas de las zonas exteriores.

También se plantea un impulso a la formación del personal de estos sectores, al considerar que no se desarrolla a los niveles adecuados.

La importancia de las reivindicaciones presentadas por UGT se explica por el hecho de que es la única organización sindical presente en la negociación con capacidad para suscribir un convenio de eficacia general en solitario al disponer de mayoría absoluta. De los 15 representantes de los trabajadores, en la última negociación UGT disponía de nueve y CCOO de seis, y la primera de estas organizaciones ha solicitado un certificado de representación sindical al considerar que incluso la proporción podría ser en estos momentos de diez a cinco. Algo similar sucede con la Federación Hotelera de Mallorca, que tiene ocho de los 15 representes de la parte empresarial, quedando el resto en manos de los hoteleros de las restantes islas, de la restauración y del ocio nocturno.

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Reacción empresarial

Pese a lo expuesto, desde las organizaciones empresariales vinculadas a este convenio, como son la hotelera, la de restauración y la de ocio nocturno ya se ha advertido que las reclamaciones formuladas por UGT son inasumibles para las empresas, al considerar que muchos negocios, especialmente los pequeños, no pueden asumir un aumento de las retribuciones de ese calado.

Especialmente críticos se han mostrado ante la intención de rebajar la jornada laboral a las 35 horas semanales, especialmente en un contexto de escasez de mano de obra en las islas.