La policía mallorquina infiltrada entre el independentismo: «Los hay en toda España»

Los tres jóvenes de Baleares fueron captados por una comisaria cuando salieron de la academia para luchar contra el «radicalismo violento»

Uno de los carteles que aparece en el documental de 3Cat.

Uno de los carteles que aparece en el documental de 3Cat. / 3Cat

Guillem Porcel

Guillem Porcel

Tres jóvenes mallorquines dedicaron hasta tres años de su carrera como agentes de Policía a infiltrarse entre movimientos sociales vinculados con el independentismo catalán, hasta que sus propios errores hicieron caer el operativo como un castillo de naipes. Un caso destapado por La Directa y que se resume en la confesión de una de las agentes: «Hay infiltrados en toda España».

El documental Infiltrats de 3Cat ofrece la versión de las víctimas, aunque lo más destacable es la revelación que ofrece la agente mallorquina Maria Isern Torres, quien durante tres años mantuvo una relación con Òscar, militante independentista. Isern habla por primera vez sobre el caso en una conversación que se grabó el día anterior a que se hiciera pública su infiltración, antes de salir en todos los medios, con la particularidad de que ella no sabía que la estaban grabando.

Maria reconoce que es de la misma promoción que los otros tres agentes infiltrados —dos de ellos también son de Balears: Daniel Hernández Pons y Marc Hernández Pon— y que fue reclutada cuando estaba en la academia de Ávila junto a los demás: «Se pusieron en contacto con la gente que era de mi perfil porque había una comisaria, que no sé cómo se llama... Es la unidad de información, se ocupa de terrorismo, de radicalismo violento y, además, de coger información de todos los otros aspectos». El hecho de que todos ellos hablarán catalán fue determinante para elegirles.

La agente mallorquina asegura que no ha pasado «absolutamente nada» de información sobre Òscar a pesar de la relación sentimental que mantuvieron: «Suena hipócrita, pero me has conocido de verdad. Solo te he ocultado que he estudiado criminología y que soy policía. Tú y todo tu entorno está seguro, no he dicho absolutamente nada. Y a ti precisamente te he ayudado de puta madre, te he beneficiado más que perjudicado».

Más adelante, antes de que Òscar decida finalizar la videollamada, Maria confirma que hay infiltrados «en toda España» y pone como ejemplo Salamanca, Málaga y Granada: «Vosotros lo habéis asociado a independentismo, pero no es verdad. Deja de pensar en la puta política y no quieras hacer bombo de esto porque las familias se destrozan. He visto familias destrozadas por esto». Todo esto, además, con la aparición de la madre de Maria, quien supuestamente también participó en la operación: «Lo sabemos todo, lo primero por lo que he venido es por lo buena persona que has sido».

"Considero que me ha violado el Estado"

En el caso de Daniel Hernández Pons, el documental explica que tuvo una relación de pareja con Clara, militante independentista, durante un año. Mientras tanto forjó amistades con otras personas del movimiento independentista. Incluso comienza a tener relaciones con varias mujeres de movimientos sociales y del sindicato CGT.

«Él no paraba de decirme que no le quería lo suficiente, que él me quería mucho y yo a él no porque aún quería a mi ex. Le dije que me apetecía ir a Mallorca para saber de dónde venía. Me dijo que mejor no quedarnos en casa de su familia, pero que tenía un amigo que nos dejaba una casa en Montuïri. Hizo una evolución tanto política como estética: comenzó despolitizado y acabo sabiendo qué decir y dónde decirlo y a quién decíselo», relata Clara, quien también detalla que ahora no puede ir a una manifestación por miedo: «No he vuelto a militar y no estoy preparada para volver. Considero que me ha violado el Estado. Yo le dije que sí al personaje que se había creado, pero no sabía que era un personaje, no hubiera estado saliendo con un policía».

Sin saberlo, Dani estuvo facilitando su geolocalización porque había vinculado su móvil a un correo electrónico de un colectivo social. Además, regaló un pendrive a un compañero en el que se pudieron recuperar imágenes suyas vestido de policía en la academia de Ávila.

En cuanto a Marc Hernández Pons, empezó a distanciarse a finales de 2022, cuando aseguró a sus compañeros que su padre estaba muy enfermo y tenía que volver con la familia, pero diversas personas que le conocían se lo encuentran fortuitamente en Barcelona y descubren que es policía. A partir de ahí se consigue rastrear su pasado como funcionario policial. «Cuando lo descubrimos fue un momento muy duro y fuerte, pensábamos que todo lo que habíamos tejido esos años se rompía. Teníamos miedo y rabia de no saber por qué nos habían hecho esto a nosotros», resume uno de los afectados.

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