Trabajadores del sector turístico
Las empresas de Mallorca rechazan las demandas sindicales en Hostelería: "Es inviable"
Hoteleros, restauradores y discotecas consideran inviable reducir la jornada por la escasez de mano de obra y elevar los salarios por encima del 5%
La respuesta ha sido unánime desde los sectores hotelero, de bares y restaurantes, y de discotecas: las demandas planteadas por UGT para la firma de un nuevo convenio colectivo en Hostelería el más importante de Baleares con cerca de 180.000 empleados afectados, resultan inviables. Se descarta que se pueda asumir un aumento salarial superior al 5% para este año, pero el punto que más ampollas levanta es la pretensión de rebajar la jornada laboral a las 35 horas semanales en una época en la que las empresas están teniendo serios problemas para completar sus plantillas.
El vicepresidente de Restauración-CAEB, Alfonso Robledo, y el presidente de la asociación balear de ocio nocturno (Abone), Miguel Pérez-Marsá, coinciden en que las peticiones del citado sindicato (mayoritario en el sector) resultan inasumibles, y el segundo las tilda de «carta a los Reyes Magos». La vicepresidenta de la federación hotelera de Mallorca, María José Aguiló, evita pronunciarse a la espera de que se inicien la negociación del nuevo convenio, más allá de recordar que esta patronal ya se opuso a la reducción de jornada hasta las 37,5 horas semanales planteada por la vicepresidenta segunda del Gobierno central, Yolanda Díaz, pero algunos presidentes de zona consultados se suman a la restauración y a las discotecas a la hora de rechazar las peticiones sindicales.
Subida salarial
Para empezar, y ante la reivindicación de UGT de que el alza salarial de 2025 debe de ser superior al 5%, Robledo y Pérez-Marsá la califican de inasumible. Ambos aceptan que hay que mejorar las retribuciones de las plantillas, especialmente ante el elevado coste de vida de las islas, pero ponen de relieve que un incremento tan fuerte en las retribuciones pone en riesgo la viabilidad de muchos negocios, especialmente en el caso de los bares y restaurantes cuya clientela no está vinculada al turismo.
Además, los dos representantes empresariales recuerdan que la temporada de 2024 ha sido para ambos sectores mucho más débil que la de 2022 y 2023, algo que se refleja en que las discotecas tuvieron que acortar los meses de apertura frente a sus previsiones iniciales, y apuntan que los buenos resultados hoteleros no se han visto acompañados por los de la restauración y del ocio nocturno.
El representante de los restauradores afirma que los trabajadores con experiencia ya están cobrando por encima de las tablas salariales del convenio, pero descarta que se pueda aumentar más de un 5% la retribución de un empleado que está todavía en fase de formación.
Incluso los representantes de zonas hoteleras consultados señalan que ese incremento en las retribuciones puede provocar el cierre de algunos negocios, especialmente en la restauración pero también entre las empresas hoteleras de menor tamaño.
Reducción de jornada
Pero el punto que desata los rechazos más radicales es el relacionado con la reducción de la jornada semanal de las 40 horas actuales a las 35, como reivindica UGT, ampliando incluso el pacto estatal suscrito por la vicepresidenta Yolanda Díaz con los sindicatos. Ahí el argumento esgrimido es el mismo y sin fisuras: en un momento en el que hay problemas para completar las plantillas por falta de personal, no se puede reducir el número de horas de las que se dispone a esos empleados.
Uno de los dirigentes hoteleros hace la reflexión de que la propuesta sindical supone renunciar a 20 horas mensuales por asalariado, es decir, 140 en un establecimiento que permanezca abierto solo siete meses al año, y esgrime la imposibilidad de encontrar el personal que pueda tapar esos agujeros.
Pérez-Marsá añade otro argumento: para muchos trabajadores vinculados a la actividad turística los ingresos que consiguen por las propinas superan el salario mensual que reciben de las empresas, por lo que su interés pasa «por trabajar más horas, no menos», teniendo en cuenta además que se trata de empleos estacionales, con varios mese de inactividad durante el invierno.
También Robledo señala que la escasez de trabajadores que se registra en las islas hace imposible que se pueda plantear un recorte en la jornada laboral y afirma que se trata de una propuesta que «no es de sentido común».
Representatividad
Un aspecto que lamentan los representantes de discotecas, bares y restaurantes es que aunque participan en la negociación del convenio, su voto no decide nada, dado que la federación hotelera de Mallorca tiene mayoría absoluta en la representación empresarial (ocho de quince miembros de la mesa), al igual que UGT en la sindical (nueve de quince pendiente de una nueva revisión), y ambas organizaciones tienen capacidad de suscribir un pacto que sea vinculante para todos.
Aunque se ha previsto que el próximo convenio contemple algunas singularidades para la restauración y el ocio nocturno, el presidente de Abone reconoce que éstas difícilmente estarán vinculadas a salarios o jornada. n
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