Mesas contra la saturación turística en Baleares: entre el desencanto y el territorio desconocido
El Govern lamenta la deserción de la entidades que han abandonado el Pacto por la Sostenibilidad y se afanará en que regresen para alcanzar el «máximo consenso»
En febrero llegará la fase de propuestas contra la congestión y el primer decreto de la presidenta Prohens de medidas urgentes para la próxima temporada

La presidenta Marga Prohens arropada por las entidades convocadas el 22 de mayo en la UIB. / Manu Mielniezuk
El anuncio del Govern de que abría un espacio de diálogo para hacer frente a la masificación turística cayó como un soplo de aire fresco. Llegó en la semana de la primera manifestación contra la saturación que llenó las calles de Palma. «Queremos comenzar de cero», dijo la presidenta Marga Prohens el 22 de mayo en el auditorio abarrotado en la Escola d´Hoteleria de la Universitat de les Illes Balears (UIB) y «poner las bases para un cambio de rumbo» cuando «hace mucho ya que crecimiento no es igual a bienestar». Siete meses después del alumbramiento de la mesa del Pacto Social y Político por la Sostenibilidad, a la que se llamó a participar a unas 140 entidades que han estado trabajando en doce grupos de trabajo se han producido un goteo de deserciones.
Las críticas giran en torno a la metodología de trabajo y la falta de transparencia. El Ejecutivo ha tomado nota y espera reconducir la situación para que regresen al pacto, una vez que en febrero llegará la fase de propuestas. Ademas, se recuerda, van hacer público su primer decreto de medidas urgentes «encaminado a combatir la congestión». Se presupone que será el gran anuncio que lleve Prohens a la feria turística Fitur, que se celebra en Madrid a partir del 22 de enero.
En medio del cuestionamiento al modus operandi de las mesas contra la saturación turística también se reconoce que la comunidad autónoma está adentrándose en un territorio desconocido por la elevada participación social para darle una vuelta al modelo económico del archipiélago en un momento en el que «hablar de límites es la mejor manera de defender el turismo y las islas», según la propia presidenta Prohens.
Desde el Ejecutivo se valora que hay más de quinientas propuestas ciudadanas
El melón del desencanto lo abrió el Fòrum de la Societat Civil el 29 de noviembre tras acordar en una asamblea suspender su participación hasta que no haya «una metodología participativa, rigurosa y transparente». Días después integrantes del Fòrum hicieron públicas sus propias razones para abandonar el proceso. Primero fue la Federación de Asociaciones de Vecinos de Palma, apelando al poco peso de los temas sociales y ambientales en beneficio de los intereses económicos del sector turístico. Siguió el GOB criticando la falta de «credibilidad» de las mesas, la deriva hacia «un pacto para que los empresarios salgan triunfantes de la mano del Govern» y que cuestiones claves como la crisis de vivienda «no han sido prioritarias». Y se sumó EAPN – Illes Balears, Xarxa per la inclusió social. Para la red del tercer sector las mesas se limitan «a validar políticas ya decididas».
Ante este panorama los socialistas han señalado al Govern como el responsable de la fuga de las entidades de las mesas de debate y a Prohens por no estar cumpliendo con los compromisos adquiridos.
Abrir la metodología
«Creemos que después de las fiestas de Navidad nos van a llamar para ver cómo se puede abrir la metodología», dice Jaume Garau, portavoz del Fòrum de la Societat Civil. «Esperamos que la recta final del proceso sea diferente. La sociedad civil es importante, tienen que hablar con nosotros. No vamos a dar un cheque en blanco. Si estamos de acuerdo en el diagnóstico hay que decidir el tratamiento, pero ya sabemos por otras crisis que con la bonanza todo se anestesia», advierte Garau.
Desde el Govern se hace hincapié en que el Fòrum lo conforman una treintena de asociaciones y solo se han marchado una parte. Por ejemplo, se cita a los sindicatos o a la Obra Cultural Balear (OCB) que no estaba inicialmente dentro de las mesas y tras pedir su incorporación sigue dentro del pacto. «Lamentamos que haya entidades o asociaciones que hayan decidido salir del Pacto Social y Político por la Sostenibilidad. Trabajamos y trabajaremos para que vuelvan a formar parte de él» porque «el resultado debe ser la transformación de nuestro modelo económico y requiere del máximo consenso social, político y económico».
«Esperamos que la recta final sea diferente. No vamos a dar un cheque en blanco»
El Ejecutivo se escuda en que las dificultades estriban en la puesta en marcha de «una metodología nueva y pionera» y valoran «positivamente cómo se han desarrollado las diferentes mesas y la participación ciudadana con más de quinientas propuestas que han enviado los ciudadanos».
Una vez que todas las mesas han finalizado la fase de diagnóstico «con resultado satisfactorio» ahora llegará en febrero «el turno de la fase de propuestas», explican desde Vicepresidencia. Coincidirá en el tiempo con el decreto de medidas urgentes para combatir la congestión y entre ellas citan la subida de la ecotasa en los meses centrales del verano y su rebaja en temporada baja o el aumento del canon del agua para los grandes consumidores.

Los integrantes del grupo de trabajo sobre servicios e infraestructuras, mesa coordinada por el director general Pep Aloy. / CAIB
En este sentido, hay que recordar el rechazo desde el sector hotelero a estas políticas del PP. «Al igual que otros miembros implicados en las mesas —dice la vicepresidenta ejecutiva de la Federación Empresarial Hotelera de Mallorca (FEHM), María José Aguiló— no consideramos adecuado que se anunciaran medidas como la modificación de la ecotasa estando todavía en pleno proceso participativo». La patronal hotelera forma parte de seis de las doce mesas. «Desde el principio hemos valorado positivamente el hecho de aunar diferentes interlocutores y plantear un sistema de trabajo estandarizado para todos los grupos», continúa Aguiló, en «un proceso que no ha sido ni sencillo ni rápido», pero al que hay que dar «un voto de confianza. Forma parte de la nueva gobernanza desde la perspectiva de un destino turístico líder y es una oportunidad que no debe desaprovecharse tanto por el bien de la comunidad como por la convivencia».
Para la vicepresidenta de la FEHM «la mayor dificultad de las mesas estriba en la gestión de las expectativas sobre la iniciativa». Por lo demás, señala factores «plenamente identificados» en diversas mesas «por parte de múltiples actores como son la necesidad de mejorar los servicios de transporte público, las infraestructuras, el acceso a la vivienda, el control de toda la oferta ilegal, la conservación del litoral y los espacios naturales, así como potenciar la vertiente cultural e identitaria de las islas con medidas adaptadas a la realidad y las necesidades de cada una».
«El proceso no ha sido ni sencillo ni rápido», pero hay que darle «un voto de confianza»
Desde la patronal del alquiler turístico dBalearesrs, Habtur, se considera que las mesas se deberían haber organizado «por sectores y temáticas» y que después el comité de expertos que cerrará el proceso las pusiera en común, considera su gerente, Maria Gibert. Lamenta cómo los partidos en la oposición han politizado las reuniones. Así las cosas destaca que es «la primera vez que se pone en marcha un proceso de este calibre y se podrán corregir errores. Ha sido un currazo. Tenemos que esperar a ver el resultado y cómo acaba la fase de diagnóstico» para llegar a las propuestas, «que las tenemos».
La presidenta de CAEB, Carmen Planas, enfatiza que han brindado su apoyo «desde el primer momento» a este «ambicioso pacto en busca de propuestas valientes y de consenso para la transformación del actual modelo económico». La líder de la gran patronal resalta que «está siendo un proceso complejo, de eso no hay duda pero enormemente participativo. Esperamos que nuestras propuestas, algunas reivindicadas desde hace varios años, sean tenidas en cuenta». «Todos deberemos aceptar», prosigue Planas, «que no podemos solo pensar en un nuestro bien personal, en el de cada sector, sino en el bien común. Los resultados tendrán sacrificios, seguro, pero deben ser beneficiosos para todos de forma global y especialmente para mejorar el bienestar de los ciudadanos de Baleares».
«Confusión de cuestiones»
«En las mesas se están confundiendo algunas cuestiones fundamentales al mezclarse el diálogo social con la negociación colectiva», advierte José García Relucio, secretario general de Servicios en UGT. «Las cargas de trabajo, el absentismo o la productividad tienen que ver con la negociación colectiva. Estamos en desacuerdo con que se incluyan estas cuestiones». También lamenta «la pérdida de tiempo discutiendo el método y nada más, no me extraña que haya entidades que se vayan». El sindicalista critica que hay mesas que «se hacen ingobernables, y no digo que tenga la culpa el Govern» o que se tratan temas similares. «Soy bastante escéptico en el diagnóstico y seremos críticos con las propuestas», avisa.
Desde CCOO Xisco Mellado, secretario de Participación Institucional y Comunicación, comparte las críticas con la metodología de trabajo que se traduce en «mesas desiguales». «Participé en la asamblea del Fòrum y desde el respeto dije que no había que salirse del Pacto, sino estar en stand-by. Por la vena sindicalista en las negociaciones somos los últimos en levantarnos de la mesa».
El primer cuestionamiento a la metodología diseñada por el economista Antoni Riera, director de la Fundación Impulsa y nombrado por el Govern coordinador del comité de expertos que canalizará las propuestas para elaborar un documento final, vino de otro economista, Aleix Calveras, participante en tres mesas como representante de la UIB. «Mantengo mi crítica inicial, habría que haber partido de propuestas de expertos y no al revés» y a partir de ahí debatirlas. «La búsqueda de consenso se complica cuando hay posiciones encontradas, lo que lleva a diluir el diagnóstico». Calveras destaca «la buena actitud» de los directores generales del Govern al frente de las mesas. Como crítica «menor» señala la falta de actas o que las propuestas les llegaban a aquellos y luego las compartían. El profesor de la UIB observa que se ha producido «un cierto cansancio» entre los participantes como muestra que se ha ido reduciendo la asistencia en los grupos. «Es el resultado de generar un debate desde cero en lugar de partir de una propuesta abierta».
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