El Govern saca de nuevo a concurso las obras de la residencia dependientes de Son Dureta, a medias tras la quiebra de la constructora

Tras la paralización total de los trabajos durante un año, el proyecto sociosanitario podrá reanudarse en la primavera de 2025 con un presupuesto de 6,2 millones de euros

Vista de las obras inacabadas de la residencia para mayores dependientes de Son Dureta

Vista de las obras inacabadas de la residencia para mayores dependientes de Son Dureta / Miguel Vicens

Miguel Vicens

Miguel Vicens

La conselleria de Familia y Asuntos Sociales del Govern convocó ayer el concurso para terminar las obras de la residencia de mayores dependientes de Son Dureta, en Palma, cuyos trabajos se paralizaron hace un año tras la quiebra de la constructora adjudicataria, Levantina, Ingeniería y Construcción (LIC), dejando a medias un proyecto presupuestado en 10,4 millones de euros que fue diseñado por los arquitectos Toni Montes y Laia Isern.

Las empresas interesadas en terminar las obras que faltan para concluir la residencia de mayores dependientes, ubicada en la calle Illes Balears de la urbanización de sa Teulera, deberán presentar sus propuestas antes del próximo 27 de enero de 2025, según los plazos de la licitación, así como ajustarse a un presupuesto de 6,2 millones de euros.

La idea de la conselleria de Familia y Asuntos Sociales es que las obras puedan empezar en la primavera de 2025,  lo que permitiría al nuevo adjudicatario finalizar durante 2025 el 40% del proyecto que todavía falta, cumpliendo de esta forma con los plazos para abonar su coste con fondos europeos.

La constructora Levantina, Ingeniería y Construcción (LIC) presentó concurso de acreedores en el juzgado Mercantil de Valencia el pasado 14 de junio, dejando el edificio inacabado cuando faltaba todavía un año de obras, así como una deuda con el Govern. Ante el incumplimiento, y tras solicitar un informe al Consell Consultiu, el Govern decidió resolver el contrato con la empresa valenciana para poder abrir un nuevo proceso de licitación, como finalmente ha hecho.

Vista del edificio inacabado de la residencia de mayores de Son Dureta, cuyas obras llevan un año paralizadas

Vista del edificio inacabado de la residencia de mayores de Son Dureta, cuyas obras llevan un año paralizadas / Miguel Vicens

Según el relato de la conselleria de Familia y Asuntos Sociales, la empresa constructora empezó a ralentizar los trabajos en noviembre de 2023, cuando recurrió al preconcurso de acreedores. Y en enero de 2024 los detuvo completamente, aunque en aquel momento todavía con la esperanza de poder retomarlos. Pero ante la imposibilidad de reestructurar su deuda, Levantina, Ingeniería y Construcción (LIC) recurrió al concurso el pasado 14 de junio.

En cuanto a la reclamación económica a la empresa, el Govern ya aclaró en julio que es por el incumplimiento no porque hubiera recibido todos los pagos, aunque asume que tendrá que esperar al encontrarse la empresa sometida a la administración concursal, asumida por la empresa Tecea Assurance.

Recreación del aspecto final de la residencia, en una vista desde el bosque de Bellver, según el diseño de los arquitectos Toni Montes y Laia Isern

Recreación del aspecto final de la residencia, en una vista desde el bosque de Bellver, según el diseño de los arquitectos Toni Montes y Laia Isern / Miba ARchitects

Una residencia de 120 plazas con dos alas residenciales

La residencia de Son Dureta para mayores dependientes, cuyas obras empezaron en marzo de 2022 sobre un solar de 5.900 metros cuadrados, situado entre el viejo hospital de Son Dureta y la antigua sede del 112, en la urbanización de sa Teulera, levanta un edificio de tres plantas que dispondrá de 120 plazas públicas

El proyecto, de 10,4 millones de euros, es obra de los arquitectos Toni Montes y Laia Isern, que estructuran el edificio en dos alas residenciales y una zona intermedia común, con espacios para compartir en la planta baja y los principales servicios asistenciales en la primera planta. 

La distribución ideada por los arquitectos se organiza en seis pequeñas comunidades para facilitar la relación entre los residentes. La fachada más acabada es la que da al bosque de Bellver, sobre un zócalo de hormigón visto para salvar el gran desnivel. Y la más retrasada es la que limita con la calle Illes Balears

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