La mujer asesinada en un coche delante de su hija en es Coll d'en Rabassa recibió más de diez puñaladas

El hombre, que tenía una orden de alejamiento, llevaba la pulsera que alerta si se acerca a la víctima, pero ella no había cogido su dispositivo

El asesino del Coll d'en Rabassa participó en una brutal paliza con palos y cuchillos a un portero de un local de s'Arenal

DM

Palma

George Virgiliu Teianu, el ciudadano rumano detenido por matar a su mujer delante de su hija pequeña mientras iban en coche por es Coll den Rabassa, en Palma, se ensañó con la víctima, a la que propinó más de diez puñaladas antes de sufrir un accidente de tráfico. La víctima le había denunciado recientemente por malos tratos y tenía una orden de protección que prohibía al hombre acercarse a menos de quinientos metros de ella. Cuando cometió el crimen, el hombre llevaba puesta la pulsera de control telemático que detecta si se acerca a la víctima, pero ella no llevaba el dispositivo de alarma.

Teiano mató a la mujer mientras conducía un Peugeot 107 por el Camí de Can Pastilla, a la altura del Coll den Rabasa. En el asiento de atrás viajaba una hija de la pareja, de unos tres años. Al parecer, mientras apuñalaba a la víctima se estrelló contra otro coche. Tanto la niña como la conductora del otro vehículo resultaron heridas. El hombre salió de su coche y trató de escapar a pie, pero fue capturado por la Policía Local poco después. En ese primer momento reconoció que había apuñalado a su mujer.

Cuando llegaron al lugar los equipos de emergencias, la víctima, que estaba sentada en el asiento del copiloto, estaba ya sin vida. Los primeros exámenes forenses detectaron que había recibido más de diez puñaladas, lo que implica que el hombre se ensañó con la víctima.

La fallecida, Rosario Díaz Jiménez, había denunciado al hombre el pasado mes de noviembre por violencia de género. La mujer refirió que había recibido amenazas durante los años de relación, así como agresiones físicas y control sobre ella. Tras ser detenido, se le realizó el test de detección de riesgo y se detectó que tenía un riesgo medio. El juzgado le impuso al hombre una orden que le prohibía acercarse a menos de quinientos metros de ella, y tenía que llevar una pulsera de control telemático que activaría una alarma en un dispositivo que tenía que llevar ella, en el caso de que se acercara.

Cuando se produjo el crimen, el hombre llevaba puesta la pulsera de control, pero la mujer no llevaba el dispositivo de alarma.

George Virgiliu, un delincuente habitual con varios antecedentes y una acusación de intento de homicidio, había salido en libertad bajo fianza el pasado mes de enero, y tenía que acudir cada semana a firmar en la Audiencia de Palma. Algunos testigos que recordaban al hombre explican que era habitual que la mujer le acompañara durante este trámite, de lo que se desprende que habían reanudado su relación a pesar de la orden de alejamiento.

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