La jefa de los servicios jurídicos de PortsIB indica que la empresa ganadora del concurso de Calanova incumplía los pliegos

Un licitador que perdió el concurso destaca en el juicio que la adjudicataria no cumplía una norma del pliego

“Legaza quería que fuéramos ágiles mirando las ofertas, pero no hubo presión de ningún tipo”, asegura un funcionario

El exconseller Carlos Delgado y el antiguo secretario general de Turismo, Joaquín Legaza, en el juicio en la Audiencia de Palma.

El exconseller Carlos Delgado y el antiguo secretario general de Turismo, Joaquín Legaza, en el juicio en la Audiencia de Palma. / B. Ramon

B. Palau

B. Palau

Palma

La jefa de los servicios jurídicos de Ports de les Illes Balears reconoció en su declaración judicial que la oferta de la empresa ganadora del concurso de la concesión del puerto de Calanova en 2013, Port Olímpic Calanova SL, “contravenía los pliegos”.

Ayer al mediodía se escuchó su testimonio en el juzgado de instrucción durante la séptima sesión del juicio que se celebra en la Audiencia de Palma contra el exconseller de Turismo Carlos Delgado (PP); su mano derecha y antiguo secretario general de la Conselleria, Joaquín Legaza; su actual socio de despacho, el abogado Carlos Gelabert; y otras tres personas más, todas ellas acusadas de prevaricación y tráfico de influencias por el presunto amaño en la privatización del puerto de Calanova. Según la fiscalía, Delgado favoreció a la empresa Port Olímpic Calanova SL, de la que era socio y administrador su abogado y amigo personal, Carlos Gelabert.

La jurista aseguró que la oferta de la sociedad ganadora contravenía los pliegos respecto al cuadro de amarres y así lo hizo saber. “No se habían cumplido las bases del concurso”, subrayó. Su criterio coincidió con el de la interventora. La testigo también reconoció que al principio del concurso y durante la tramitación no supo nada de la relación de amistad que existía entre el entonces conseller de Turismo y uno de los licitadores, Carlos Gelabert, que resultó el adjudicatario finalmente.

Según su versión, se actuó “con muchísima prisa” y no se siguió el procedimiento conforme a la normativa portuaria.

La jefa de los servicios jurídicos de PortsIB se refirió a los recursos de reforma que presentaron dos licitadores que perdieron el concurso. “No sabíamos que se habían interpuesto esos recursos. Me trajeron la propuesta ya firmada, era sí o sí, no se podía cambiar. Se debería haber suspendido la concesión y estimar los recursos. Y el consejo de administración debía ratificarlo. Yo dije que no lo veía, no fue conforme a la ley de puertos”, manifestó la testigo.

“Me vinieron las propuestas de resoluciones ya firmadas antes de mis informes. No veía normal que los recursos se hubieran tramitado allí, se tendrían que haber tramitado en Ports, yo no lo vi normal”, recalcó la jurídica.

Empresario perjudicado

Uno de los licitadores que perdió el concurso se quejó de que la empresa ganadora incluyó unos amarres para unas embarcaciones de más eslora, que no deberían haber sido admitidos. “Generaban un volumen muy importante de ingresos”, señaló, en detrimento del resto de aspirantes. “Sin estos amarres no hubieran podido ofrecer un canon tan alto”, agregó.

El empresario perjudicado hizo hincapié ante el tribunal de la sección primera en que la adjudicataria “incumplía una norma del pliego”, ya que su oferta de canon era temeraria, porque superaba en más del 25% la media del resto de ofertas. “Tendrían que haber sido excluidos”, apuntó. “Pusimos un recurso de reposición y se desestimó. No sentimos defraudados por el concurso”, manifestó el testigo.

El hombre recordó que Carlos Gelabert y su socio, su compañero de despacho, ambos acusados en el caso Calanova, trataron de negociar con ellos la venta de sus participaciones de la empresa. “Teníamos un gran cabreo”, se sinceró.

Por su parte, otro empresario que perdió el concurso coincidió al indicar que la oferta de canon de Port Olímpic Calanova SL “era temeraria”. Según indicó, “me parecía desproporcionada”. El testigo fue contundente. “Los pliegos eran clarísimos. No se podía modificar el cuadro de amarres”, detalló. Su empresa también formuló un recurso de reposición que fue desestimado. Según su versión, la empresa ganadora no cumplía con el pliego. “Los técnicos del Govern y del señor Legaza estaban a favor del cambio del cuadro de amarres. En cambio, los técnicos de Ports decían que no, que no se podían modificar los amarres. La mayoría eran del Govern y no de Ports. Además, a los ganadores les dejaron enmendar cuando no se podía, ¿por qué? Pues no lo sé”, se lamentó el testigo.

Funcionarios

Un funcionario de la Conselleria rememoró que en aquellas fechas hubo un debate importante sobre el cambio en el cuadro de amarres. “Mi criterio surgió tras escuchar los dos argumentarios. Me convenció uno de ellos. Por eso, voté a favor del licitante que hacía esta modificación de amarres”, aseguró.

Otro técnico indicó que el secretario general, Joaquín Legaza, les pedía agilidad. “Legaza quería que fuéramos ágiles mirando las ofertas, pero no hubo presión de ningún tipo”, remarcó. Otro funcionario del Govern lo confirmó: “Yo no tuve ninguna presión”. El juicio del caso Calanova continúa hoy con nuevas declaraciones de testigos.

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