Una víctima de maltrato y acoso en Palma: "Se pensaba que al contratarme tenía derecho sobre mí y yo era de su posesión”

Una cuidadora culpa en el juicio al cabeza de familia de acosarla, besarla y tocarla, además de insultarla y maltratarla en Palma

El acusado, que se enfrenta a ocho años de cárcel, niega los hechos: “Todo es falso, blasfemia y mentira. Soy un hombre de los pies a la cabeza. No soy Hannibal Lecter”

El acusado, ayer durante el juicio celebrado en Palma.

El acusado, ayer durante el juicio celebrado en Palma. / B. P.

B. Palau

B. Palau

Palma

“Él se pensaba que, al contratarme, tenía derecho sobre mí y yo era de su posesión. Me tenía asfixiada y agobiada. Hablaba de mí como si yo fuera su mujer. Me presentaba como su prometida, como si fuera su mujer. Me prohibió tener novio. No podía salir de casa sola”. Una cuidadora de origen colombiano y en situación de vulnerabilidad que se trasladó a Palma en junio de 2022 culpó ayer en el juicio al cabeza de familia de la casa de acosarla, besarla y tocarla, además de insultarla y maltratarla durante los meses de octubre y noviembre de 2022.

El acusado, vecino de Palma, negó los hechos de forma rotunda. “Todo es falso, blasfemia y mentira. Soy un hombre de los pies a la cabeza. Yo no soy Hannibal Lecter”, se defendió. Según su versión, la mujer le denunció para regularizar su situación y obtener “una paga”. El hombre únicamente reconoció ante la magistrada que le pegó una bofetada en la cara “para defenderme” después de que esta le atacara y le propinara un puñetazo y le arañara.

La fiscalía reclama para él una condena de casi ocho años de prisión por un delito continuado de agresión sexual, tres delitos de lesiones leves y otro de malos tratos físicos y psíquicos habituales a una persona vulnerable. La acusación particular también solicita las mismas penas, que suman siete años y nueve meses de cárcel, mientras, que la defensa pide la libre absolución de su representado.

El ministerio público suprimió ayer la responsabilidad civil porque la perjudicada renunció a ser indemnizada. “No quiero nada de él. El dinero no me va a ayudar”, subrayó la mujer. “Estoy en tratamiento psicológico. No puedo dormir, no puedo salir a la calle, tengo miedo. Me han quedado secuelas”, aseguró.

La vista oral, celebrada en un juzgado de lo penal de Palma en la sede de Vía Alemania, se prolongó durante toda la mañana. La víctima explicó que llegó a la isla el 26 de junio de 2022 para cuidar a la hija y la nieta del hombre, ya que la primera padece una discapacidad. Según indicó, al principio el trato era muy bueno. “Luego, ya se empezó a insinuar. Me quiso besar. Me decía que quería formar una familia conmigo”, recordó.

Besos y tocamientos

Me llegó a besar en la boca. Y cuando estaba cocinando me agarró de las nalgas seis o siete veces. En ningún momento le di permiso para que me tocara. Esto pasaba cuando yo estaba sola. Cuando empecé el trabajo, me dijo que no podía tener novio. Yo no conocía a nadie en Mallorca, no tenía adónde ir”, reconoció la denunciante.

La joven perjudicada enumeró tres episodios violentos ocurridos en el domicilio familiar donde ella vivía en Palma. Según su versión, el 23 de octubre de 2022 el encausado llegó a casa muy bebido y empezó a aporrear la puerta de su habitación, hasta que el marco de la puerta le golpeó en la frente. “Le dije al médico que me había caído”, detalló la mujer.

El 20 de noviembre, “vino a mi habitación y me dijo que era una zorra que me acostaba con todo el mundo menos con él, me dio una cachetada en la boca, yo le empujé y le dije que iba a llamar a la Policía. Él me dijo que conocía a mucha gente de la Policía”, añadió la joven.

Por último, el 26 de noviembre de 2022, “yo estaba en mi habitación, quería que tuviera relaciones sexuales con él, pero yo no quería; cerré el pestillo; le pegó tres empujones a la puerta, yo lo intentaba evitar, me quedé con el pestillo en la mano, sufrí lesiones en la mano”, admitió la perjudicada.

Él tenía celos, se pensaba que era mi novio. No pude hacer vida normal cuando estuve trabajando. Escribí cartas mandadas hacer por él de agradecimiento y para hacer ver que éramos pareja de hecho para regularizar mi situación”, aseguró la joven, que negó tener problemas con el alcohol.

Autolesiones y consumo de alcohol y drogas

La nieta del acusado dijo que era ella la que se acercaba a su abuelo y se le insinuaba. Según manifestó la menor, la denunciante se autolesionaba y consumía alcohol y drogas. “Lo único que pido es paz para mi familia, lo hemos pasado muy mal”, recalcó ante la jueza.

El sospechoso insistió en que nunca se insinuó, ni la besó ni la tocó. Tampoco le propuso tener relaciones sexuales. “Creo que la trataba demasiado bien. Lo mismo que me ha hecho a mí se lo ha hecho a otros. A ella le interesaba arreglar sus papeles. Nunca le dije lo de ser pareja de hecho ni le prohibí tener novio”, destacó el hombre.

“Ella no podía estar sin beber, tenía problemas psicológicos y el síndrome de abstinencia. Se ponía a gritar en su habitación y los vecinos se quejaban. Una vez le pegué una bofetada para defenderme. No he sido un santo, ya soy anciano. Yo no soy Hannibal Lecter”, concluyó el acusado. El caso quedó ayer visto para sentencia.

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