Investigación

Los microplásticos no son la principal amenaza de los peces

La Universitat de les Illes Balears y la de Santiago de Compostela determinan que el agua del mar podría ser la fuente más destacada de ingesta de aditivos o componentes de plásticos como el bisfenol A o los ftalatos

El estudio ha sido publicado recientemente en la revista científica ‘Science of Total Environment’.

El estudio ha sido publicado recientemente en la revista científica ‘Science of Total Environment’. / UIB

Un estudio de la Unviersitat de les Illes Balears (UIB) y la Universidad de Santiago de Compostela ha revelado que la ingesta de microplásticos por parte de los peces no es la vía principal de exposición a sustancias contaminantes.

Así se desprende del estudio publicado en la revista Science of Total Environment elaborado por investigadores del grupo de investigación en Análisis por Inyección en Flujo y Análisis de Trazas (FI-Trace) y en Ecología Interdisciplinaria de la UIB y del Aquatic One Health Research Center (Arcus) de la Universidad de Santiago de Compostela.

El trabajo, según informó la UIB en una nota de prensa, revela que los microplásticos podrían no ser la fuente principal de exposición a ciertos compuestos químicos peligrosos, como el bisfenol A y los ésteres de ftalato, que se encuentran en muchos productos de plástico de uso cotidiano.

Asimismo, apuntan que los microplásticos, extendidos por todos los océanos, son perjudiciales para la vida marina, puesto que pueden causar lesiones físicas cuando los peces, aves u otros animales los ingieren. Además, estas partículas pueden transportar sustancias químicas tóxicas añadidas durante la fabricación del plástico, como el bisfenol A y los elésteres de ftalato.

En este sentido, exponen que la comunidad científica ha mostrado preocupación por el hecho que estos compuestos puedan entrar en la cadena alimentaria a través del consumo de pescado y representar un riesgo potencial para la salud humana.

Para entender este riesgo potencial, los investigadores diseñaron un experimento que simula el proceso digestivo de los animales marinos y exponiendo los microplásticos a los fluidos gástricos de los peces se observó cuál era la cantidad de bisfenol A y ftalatos que desprendían los plásticos.

El experimento simula el proceso digestivo de la fauna marina. | UIB

El experimento simula el proceso digestivo de la fauna marina. | UIB

Los resultados mostraron que solo los compuestos hidrofílicos, es decir, los que se disuelven fácilmente con agua, se liberan en cantidades significativas dentro de los peces. Así, los compuestos como el dimetil ftalato, el dietil ftalato y el bisfenol A son los que se disuelven rápidamente de los materiales plásticos y contribuyen a la contaminación del medio acuático.

Uno de los descubrimientos destacados del estudio es que la ingesta de microplásticos por parte de los peces no parece que sea la vía principal de exposición a sustancias contaminantes, sino que la fuente de exposición más importante para los peces proviene directamente del agua del mar, donde estos compuestos químicos están disueltos.

No obstante, los investigadores remarcan que los residuos plásticos que se encuentran en el mar continúan siendo una de las fuentes principales de contaminación para estos compuestos químicos.

«Nuestros resultados sugieren que a pesar de que los microplásticos representan un riesgo para los organismos marinos, su papel en la exposición a sustancias químicas orgánicas como los plastificantes es menor de lo que pensábamos hasta ahora», ha asegurado el investigador principal del grupo FI-Trace, Manuel Miró, quien ha agregado que la mayor parte del bisfenol A y de los ftalatos que ingieren los peces provienen probablemente del agua.

Por último, el estudio pone de relieve la necesidad de continuar investigando los efectos de los microplásticos y de los compuestos químicos asociados al medio ambiente. «Entender de donde provienen estos compuestos nocivos y cómo afectan a los ecosistemas marinos es esencial para desarrollar estrategias que protejan tanto la fauna como la salud humana», concluyen.

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