Indignación entre los afectados por el cierre de 3B's: "Hemos perdido miles de euros"

Los afectados por el cierre de las tiendas de muebles 3B's han alzado la voz esta mañana en una manifestación a la que han acudido más de 60 personas, todas ellas perjudicadas por la empresa que ha cerrado sus dos establecimientos dejando a los clientes sin respuesta alguna con productos ya pagados.

Entre ellos había casos muy dispares, pero con un denominador común: en su momento compraron un mueble (la tienda estaba especializada en sofás, sillones, camas y colchones) y antes de recibirlo las dos tiendas han cerrado sin previo aviso ni explicaciones.

Los afectados por el cierre de 3B's se manifiestan ante las puertas de la tienda en la calle Aragón

"Estoy enferma y llevo cuatro meses sentada en una silla porque no tengo sofá"

Antònia Tomás compró un sofá por un precio de casi 1.600 euros el 25 de mayo. Lo financió con la compañía Cetelem sin saber que eso sería un punto a favor para recuperar su dinero. Después de cuatro meses de espera, no ha recibido el sofá: "Nos dijeron que la segunda semana de julio lo traerían a casa. Después se retrasaron una y otra vez, hasta que empezamos a olernos que pasaba algo. Dejaron de contestarnos a los correos, ni teléfono ni WhatsApp. Unos días después cerraron por supuestas vacaciones, y ya no han vuelto", lamenta la mujer. El establecimiento de la calle Aragón, número 45 —la empresa tiene otra tienda en el número 33 de calle Manacor que también ha cerrado— tiene ahora un cartel que indica que está cerrado por "motivos familiares".

"Tengo fibromialgia y dos vértebras rotas. Gasté el dinero en un sofá porque lo necesito, pero llevo cuatro meses sentada en una silla con dolor", añade Tomás, que ha puesto una denuncia en la Policía Nacional y tiene pensado sumarse a la denuncia colectiva que interpondrá la plataforma de afectados. "Por suerte, he hablado con la financiera e intentarán parar los cobros", celebra la mujer junto a su familia en la manifestación.

"Me dejé la factura en la tienda"

El caso de Ana María Oliver, que llega desde Algaida acompañada de su hermana a la manifestación, es un poco más complicado porque el día que compró unos canapés para su cama, el 1 de julio, se dejó la factura de compra en la tienda. "Estaba hablando con la dependienta, miré un sofá muy bonito, me despisté y me dejé los papeles en la tienda", lamenta Oliver. Pagó más de 500 euros con tarjeta y, afortunadamente, su banco le ha ayudado a extraer un comprobante del pago para demostrar que efectuó la compra, aunque la factura que olvidó es el principal documento que pide la policía y la plataforma para sumarse a la denuncia. Con sus 81 años de edad, duerme en un colchón en el suelo porque no ha podido comprar otro canapé.

"Nos prometieron que el sofá estaría en casa en julio"

Francisca Jiménez, otra de las afectadas presente en la manifestación, también ha tenido que aguantar varias mentiras hasta que ha visto la barrera del negocio bajada. "Nos acabamos de comprar un piso y nuestra familia quiso regalarnos un sofá", relata junto a su pareja. "El 11 de junio hicimos el encargo con financiación, y nos prometieron que el sofá estaría en casa a finales de julio", recuerda.

Desde entonces, ha llamado una y otra vez, y los dependientes y comerciales han tenido multitud de excusas para justificar la desaparición del dinero. "Cada vez que llamaba me daban información contradictoria. Un día mi sofá estaba en el puerto de Palma, y al día siguiente seguía en la fábrica", cuenta. Hasta que dejaron de contestar, y cuando acudió a reclamar a la tienda física el primer día después de las supuestas vacaciones de la empresa, se la encontró cerrada.

Ese mismo día puso una denuncia en Consumo, y pocos días después en la Policía Nacional. Fue de las primeras denuncias que se interpusieron por este asunto: "Queremos soluciones ya. En el grupo estamos desesperados, entre todos hemos perdido miles de euros".