Muchos jóvenes de Mallorca no pueden ni alquilar una simple habitación por su encarecimiento

Los agentes de la propiedad inmobiliaria de Baleares y el Consejo de la Juventud de España denuncian la imposibilidad para muchos menores de 30 años de emanciparse al no poder pagar más de 500 euros al mes

Los jóvenes de las islas tienen serios problemas para alquilar incluso una habitación.

Los jóvenes de las islas tienen serios problemas para alquilar incluso una habitación. / G. Bosch

Fernando Guijarro

Fernando Guijarro

Palma

«La juventud se está emancipando en peores condiciones y con los precios más elevados de la historia». «Ni siquiera alquilando una habitación en lugar de una vivienda entera las personas jóvenes se libran de dedicar menos del 30% de su salario a una vivienda (...) y en algunas capitales de provincia, como Palma, Barcelona o Valencia la renta mediana supera el 40% del salario mediano joven». Estas son algunas de las afirmaciones que se hacen en el último informe publicado por el Consejo de la Juventud de España y que reflejan los graves problemas que los menores de 30 años tienen para abandonar el domicilio de sus padres.

Con el agravante de que Baleares está entre las regiones donde esta situación es más grave al registrar también uno de los precios más elevados por lo que al simple alquiler de una habitación se refiere, según ponen de relieve el presidente del Colegio Oficial de Agentes de la Propiedad Inmobiliaria de las islas, José Miguel Artieda, y su antecesora en el cargo, Natalia Bueno, que subrayan la dificultad existente en Mallorca para encontrar un cuarto por menos de 500 euros mensuales.

Lo primero que Artieda y Bueno ponen de relieve es que el problema golpea con especial dureza a los jóvenes, pero alcanza igualmente a personas que se acaban de separar y que buscan un alojamiento individual, a los recién llegados de otras autonomías para trabajar en las islas y al conjunto de los residentes que buscan un lugar donde vivir y que no pueden asumir el coste que supone alquilar una vivienda (es muy difícil encontrar algo en Palma por debajo de los 1.200 euros mensuales, por citar un ejemplo). Basta señalar que un reciente estudio de la plataforma Idealista señala que por cada habitación que se ofrece, hay en Palma 91 personas que compiten por ella, la cifra más alta de toda España

José Miguel Artieda-

José Miguel Artieda- / B. Ramón

Precios en Baleares

El citado informe del Consejo de la Juventud de España señala que el precio medio del alquiler de una habitación en España era a finales del pasado año de 380 euros al mes, importe que un reciente estudio del portal inmobiliario Fotocasa, sitúa en cerca de los 500 euros. Pues bien, en el caso de Baleares, este último documento eleva esa cantidad hasta los 576 euros mensuales.

Eso supone que si para no tener problemas económicos la parte del salario que se destina a la vivienda no debe de superar el 30%, los jóvenes del archipiélago se ven condenados en un elevado porcentaje de los casos a dedicar más del 50% de sus retribuciones por una simple habitación, bloqueando las posibilidades de emancipación.

Esta situación se agrava por la celeridad con que se ha encarecido este tipo de oferta residencial. Es en estos momentos un 21,5% más costoso alquilar una habitación en Baleares que hace un año, según el estudio de Fotocasa (el aumento más acentuado de todo el país). Pero además, esa subida alcanza el 50,5% si se compara con los precios de 2021, cuando la media era de 383 euros mensuales.

Solo Madrid, con una media de 611 euros mensuales, queda por encima de Baleares en el precio de alquiler de una habitación.

Eso explica que aunque los jóvenes de las islas presenten una situación laboral mucho más favorable que la media estatal, con unas tasas de paro inferiores a las del conjunto del país y con los niveles de contratación indefinida y a jornada completa más altos de España, sean también los que registran las mayores dificultades para acceder a una residencia, según el Consejo de la Juventud de España.

Emancipación forzosa

Este último organismo considera oportuno hacer una aclaración: la tasa de jóvenes emancipados es en Baleares del 18%, por encima del 17% estatal, aunque la de las islas está evolucionando a la baja. La clave de esta ventaja radica en que la población joven del archipiélago sigue creciendo en buena medida por la llegada de menores de 30 años desde otras autonomías y desde otros países, y se trata de personas «que se ven obligadas a emanciparse de cualquier manera, por lo general compartiendo piso».

Natalia Bueno.

Natalia Bueno. / E. Calvo.

José Miguel Artieda y Natalia Bueno coinciden en que se ha llegado a esta situación de precios desproporcionados por una razón muy simple, y es que la oferta de alojamiento disponible en el mercado es muy inferior a la demanda, lo que permite a los propietarios de los inmuebles seguir encareciéndolos.

Ambos recuerdan que el problema está alcanzando en las islas unos niveles descomunales: hay muy poca vivienda nueva en venta y además a unos precios que superan ampliamente la capacidad del bolsillo de cualquier residente, lo que está haciendo que una buena parte de los mismos acabe en manos de extranjeros de elevado poder adquisitivo. Los alquileres están también en niveles máximos y con muy poca oferta, lo que hace que la posibilidad de conseguir un piso de dos habitaciones en Palma por debajo de los 1.200 euros mensuales sea muy baja. Y a ello hay que sumar ahora el alquiler de habitaciones. Es por ello que Bueno afirma que «o alcanzamos un gran pacto social en materia de vivienda, o no tendremos futuro».

El Consejo de la Juventud de España pone de relieve el grave problema residencial que los jóvenes tienen en Baleares, y destaca que el archipiélago tenía al cierre del pasado año «el segundo alquiler mediano más alto de España: una persona joven tendría que pagar 1.288 euros (mensuales) para poder vivir en solitario, un 22,6% más que el sueldo mediano joven de las islas. Además, el precio de la vivienda libre de compraventa también era el segundo más alto de todo el Estado, de 295.770 euros, el equivalente a 23,5 años del salario joven. Solo para pagar la entrada, una persona joven debería dedicar siete años enteros de su sueldo».

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