Problema de la vivienda en Baleares: «Si no conoces a un mallorquín, es imposible alquilar una habitación»

Los isleños luchan para poder emanciparse a pesar del drama de la vivienda

Gracias al boca a boca, algunos han encontrado inmuebles a precios razonables, mientras que los más desafortunados batallan para sobrevivir mes a mes

Miquel Àngel Martínez vive en un piso en Palma y tiene que destinar más de un 50% de su salario para pagarlo.

Miquel Àngel Martínez vive en un piso en Palma y tiene que destinar más de un 50% de su salario para pagarlo. / B. Ramon

Pere Morell

Pere Morell

Palma

«No quiero vivir en un zulo junto a cuatro personas, me niego a tener que aceptar esto cuando tengo un sueldo que considero digno».

Es la voz del drama, el clamor de la gran mayoría de mallorquines que batallan para poder vivir en una vivienda digna sin tener que marcharse de su tierra natal.

«Irme a vivir solo es imposible, es inasumible si no cobras más de 2.000 euros», explica Marc Núñez. «Tendría que destinar un 70% de mi sueldo, sin incluir la luz y el agua, casi no te queda para vivir», sentencia el joven.

Los agentes de la propiedad inmobiliaria de Baleares subrayan la dificultad de encontrar una habitación por menos de 500 euros. Vivir solo es una opción que no se pueden llegar a plantear muchos residentes. 

«Llevo un año buscando piso, y sin mirar páginas web, solo de boca a boca, lo mínimo que encuentro es pagar 400 euros por una habitación junto a cuatro personas más», detalla Mateu Fiol. «Si quieres empezar a vivir con más calidad de vida o más intimidad, empieza a ser inasumible», puntualiza.

Paula Alou vive en Felanitx gracias a que conoce a gente de la zona. | PERE MORELL

Paula Alou vive en Felanitx gracias a que conoce a gente de la zona. / PERE MORELL

Vivir en Magaluf

Marina Cardiel estuvo seis meses buscando un piso para alquilar en Mallorca. Tenía la complicación añadida de que tiene dos perros: «Tras tanto tiempo, lo más barato que encontré fue en Magaluf, donde estoy trabajando actualmente», asevera.

Cardiel tuvo que ir a vivir a la zona más famosa de toda Mallorca por parte de los amantes del alcohol: «El alquiler me cuesta unos 1.000 euros al mes más los gastos y la tasa de basuras, en un piso que no llega a los 50 metros cuadrados», asegura. «Además, me pidieron un aval de 5.000 euros, pero es lo que hay, es lo único que encontré», sentencia.

Miquel Àngel Martínez convive con su compañera de piso en Palma. El joven tiene que destinar más de un 50% de su salario para poder pagarse la habitación.

«Trabajo de repartidor y creo que me va a ser imposible llegar a vivir solo sin ningún compañero de piso», apunta. «Lo más barato en Palma son unos 800 euros, en una habitación o un estudio, aparte de esto tienes que pagar también la fianza y gastos». «Si no es el piso de un familiar o de un amigo, lo veo impensable», sentencia.

Martínez avisa de los riesgos de irse a vivir con personas desconocidas: «No siempre tienes alguna amistad que quiera venir a vivir contigo y acabas conviviendo con gente que ni conoces», reconoce. «Esto es un problema, porque en una entrevista no vas a saber nunca cómo es la otra persona, si va a ser sucia, si vas a poder vivir con ella o si hace barbaridades».

El joven observa que es una «burrada» que se haya normalizado «pagar 400 euros por una habitación mientras se cobran unos 1.100 euros al mes de sueldo». Además, no ve solución al problema: «Los pisos siempre serán más caros, porque aunque sigan subiendo el precio lo seguiremos pagando», añade.

«Necesitamos un sitio para vivir y no todos pueden estar toda su vida en la casa de sus padres, hay gente que no puede volver con sus progenitores, esta no debería ser la solución a nuestros problemas», sentencia el joven.

Martínez se acaba lamentado de que lo único que queda para poder vivir de forma digna es el «boca a boca» o «invertir una barbaridad». Ya que, si no, «es totalmente imposible independizarse».

El piso más barato que encontró Marina Cardiel  fue en Magaluf. | PERE MORELL

El piso más barato que encontró Marina Cardiel fue en Magaluf. / PERE MORELL

Boca a boca

Los únicos que pueden ver la luz al final del túnel son los mallorquines que conocen a un familiar o a un amigo que alquila un piso.

«Tuve un golpe de suerte con un piso que me llovió del cielo en Felanitx. Una propietaria consciente de la situación me alquiló a muy buen precio», explica Paula Alou. «Nadie se puede creer lo que pago por el piso», manifiesta.

Alou asegura que la casera la conocía: «La mujer no quería alquilar el piso a desconocidos porque había tenido problemas antes, prefería tenerlo más barato, pero con la tranquilidad de que yo se lo cuidaría».

Alou decidió no dejar pasar la oportunidad aunque no la buscara: «No estaba buscando piso, pero este lo cogí volando, porque sabía que algo con estas condiciones no se volvería a repetir, fue un gran golpe de suerte», explica.

«Al final solo puedes alquilar un piso en Mallorca si conoces a un mallorquín», sentencia. 

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