Un atropello mortal e imágenes de descontrol: Baleares tiene seis barcas para vigilar más de 30.000 yates y lanchas en verano
El sector náutico destaca la falta de medios para controlar las aguas del archipiélago y apuesta por realizar más inspecciones, incluso señala que hay zonas de las islas sin efectivos
«Cuanto más tráfico, más accidentes. Se pueden alquilar barcas sin titulación, que son un peligro porque no saben fondear ni conocen la normativa», asegura un piloto de la Marina Mercante
«Hay una masificación tremenda de embarcaciones en verano en las islas. El tráfico marítimo es enorme, sobre todo, de yates. Piensa que hay más de 30.000 embarcaciones de recreo en Balears en los meses de verano para seis barcas de vigilancia y control. Los medios son claramente insuficientes». Así de rotundo se muestra un experimentado capitán de la Marina Mercante que conoce palmo a palmo las costas del archipiélago.
«La escasez de medios personales y materiales es una realidad, especialmente, en verano. Solo hay que ver la flota del Servicio Marítimo de la Guardia Civil y de Salvamento Marítimo», incide el experto. La Guardia Civil del mar cuenta con tres patrulleras grandes, con base en Palma, que operan por todo el archipiélago. Además, dispone de otra embarcación auxiliar más pequeña en Porto Pi y una semirrígida de unos diez metros de eslora en Cabrera. En Eivissa, opera otra embarcación auxiliar de unos nueve metros. «Antes, había una patrullera de 17 metros, pero hoy en día se cubre el servicio con una embarcación auxiliar, insuficiente, con todo lo que ocurre y el volumen de embarcaciones de recreo que hay en Eivissa y Formentera», reconoce un veterano guardia civil. Y es que la situación de Formentera es aún peor, como también la de Menorca. En estas dos islas no hay efectivos del Servicio Marítimo de la Guardia Civil. Se cubren los servicios urgentes desde Eivissa y Palma, respectivamente. «Hay que tener en cuenta que en Menorca hay muchas calas, en verano muchos barcos fondean donde les da la gana, se meten en zona de bañistas», confirma el agente. La Guardia Civil patrulla por las aguas de Menorca en días puntuales. «Son cien millas para ir a Menorca desde Palma y otras cien millas para volver», detalla el guardia civil.
Faltan agentes
La falta de medios personales en la Guardia Civil no es algo nuevo. Lo han denunciado los sindicatos y asociaciones hasta la saciedad. «Faltan agentes. Nadie quiere venir a Balears por el alto coste de la vida y el problema de la vivienda», asegura otro guardia civil vinculado al mar. Así, se hace muy difícil poder cubrir todos los frentes en verano: el chárter ilegal, la pesca furtiva, la incesante llegada de pateras, las motos de agua, yates o lanchas que navegan a una velocidad excesiva o que invaden la zona de bañistas, los siniestros marítimos… En Eivissa, por ejemplo, esta falta de personal en el Servicio Marítimo supone que no están cubiertas todas las horas. Hay días que no hay servicio en las Pitiüses, según explica un guardia civil. Y los refuerzos del verano son insuficientes, confirma el agente.
La carencia de medios en el Instituto Armado es vox populi entre los profesionales del sector náutico. «La Guardia Civil no tiene medios suficientes. A nosotros nos paran mucho y nos hacen inspecciones, cosa que me parece muy bien. Pero hay muchos particulares con barcos que alquilan de forma ilegal y eso se puede consultar por internet. Tendrían que cruzar datos, visitar los portales de internet donde se anuncian. Hay muchos barcos ilegales. A la Dirección General también le faltan medios», subraya el empresario del chárter náutico José María Jiménez, presidente de la Comisión de chárter de la Asociación patronal de empresarios de actividades marítimas, APEAM. De hecho, hace varios días, el director general de Puertos y Transporte Marítimo del Govern, Antoni Mercant, reconoció que solo cuentan con dos inspectores para todas las islas, pero señaló que incrementarán el número de inspectores y la flota. «Se tendría que sancionar más e imponer multas de más de 300.000 euros», comenta Jiménez.
Un piloto de la Marina Mercante incide en esta cuestión. «Faltan muchos medios para realizar inspecciones. Se necesita más inspección. La Guardia Civil lo hace, pero precisa más medios. Tampoco Capitanía Marítima tiene medios suficientes. A la Guardia Civil se la ve en la costa, pero no tienen medios suficientes. Por ejemplo, hace unos días actuaron en el Coll Baix, donde había unas 40 embarcaciones fondeadas. Inspeccionaron solo dos o tres, porque es imposible supervisar todas», apunta.
Rafael Palmer, gerente de la Asociación de Clubs Náuticos de Balears, destaca la falta de medios de la Guardia Civil del mar y de Salvamento Marítimo, insiste en la obligación de cumplir con las inspecciones a las que se tienen que someter las embarcaciones y hace hincapié en que el principal problema actual en las islas es el chárter ilegal. «En Balears hay mucho chárter ilegal, vienen de fuera y no se dan de alta», advierte Palmer.
Más multas
«El problema es que no hay presencia de la Guardia Civil en el mar porque no hay medios. He visto barbaridades en el mar y a la Guardia Civil no la he visto. Yo pediría que haya más presencia, así como más multas ejemplificadoras y más formación», recalca Carlos Petisco, director de la Escuela del Mar, con décadas de experiencia en el sector.
Además, las emergencias marítimas se han disparado este año en las islas. «Al haber más embarcaciones en el mar, hay más peligro y más accidentes», aclara Petisco. Uno de los siniestros más graves es el abordaje de la semana pasada en Cala Bona en el que falleció el joven Guillem Comamala, de 20 años, al ser arrollado por un lujoso yate cuando pescaba con dos familiares en un bote.
Salvamento Marítimo ha intervenido en 141 incidentes más este año en Balears que en 2023, a fecha 28 de agosto de 2024. «La tendencia a lo largo de los años es ascendente. Cada vez hay más emergencias en el mar», admite José Ramón Crespí, jefe del Centro de Coordinación de Salvamento Marítimo de Palma. «Cada vez hay más volumen de embarcaciones de recreo en las islas», dice Crespí.
La flota de Salvamento Marítimo
Salvamento Marítimo cuenta con seis embarcaciones de intervención rápida, tres de ellas en Mallorca, cuyas bases están en Alcúdia, Portocolom y Puerto Portals. Las otras tres naves se encuentran en Maó, Ciutadella y el puerto de Eivissa. Además, hay que añadir un remolcador que es itinerante pero que normalmente está en Palma, un helicóptero con base en la capital balear y dos lanchas semirrígidas gestionadas por Cruz Roja con voluntarios en Sóller y el puerto de Sant Antoni (Eivissa). De forma complementaria, hay que sumar una tercera lancha con voluntarios de Cruz Roja, que este año está operativa los fines de semana de julio y agosto en el puerto de La Savina, en Formentera. Respecto a los medios personales, Salvamento Marítimo dispone de más de cien profesionales.
«Con los medios que tenemos podemos solventar todas las emergencias», indica el jefe de Salvamento, José Ramón Crespí. «Los medios son proporcionales a las emergencias actuales y se revisa la necesidad de más recursos con frecuencia», añade Crespí.
Por su parte, un experimentado navegante alerta de que la isla de Formentera no dispone de embarcación de Salvamento Marítimo, pese al volumen de yates que hay en sus aguas en verano. Se trata de la única isla habitada en España, exceptuando La Graciosa, que no cuenta con una embarcación y tripulación de Salvamento. Desde Formentera, se ha reclamado tener una barca de intervención rápida, las conocidas como Salvamar, y otra de la Guardia Civil.
Si se tiene en cuenta la longitud de costa, Balears también resulta perjudicada con el despliegue de medios. Por ejemplo, Euskadi, con 133 millas de costa, dispone de tres embarcaciones Salvamar, un remolcador y un helicóptero con base en Santander. En cambio, las Pitiüses, con 151 millas de longitud de costa, solo tienen una Salvamar en Eivissa para las dos islas, además de la barca de Cruz Roja.
En ocasiones, en pleno verano se solapan algunas emergencias, por lo que hay que priorizar aquellos casos en los que haya riesgo para las personas a bordo de la embarcación. A todo ello, hay que sumar el fenómeno creciente de la migración irregular, con sucesivos rescates de embarcaciones precarias en alta mar.
Masificación en el mar
La saturación náutica ya no es exclusiva de Eivissa ni de Formentera. «Es Trenc, es Carbó o Portals Vells sufren la masificación de yates. No puedes ni llegar a contar los barcos que están fondeados. Van y vienen. Esta masificación aumenta las posibilidades de que haya más accidentes. Normalmente, las personas que gobiernan estas embarcaciones son inexpertas. Es gente que está de vacaciones, que alquila un barco y está más relajada de lo habitual», explica un capitán de la Marina Mercante.
Pep Giner, piloto de la Marina Mercante, coincide con el capitán. «El sector está muy masificado. La navegación se complica mucho en las islas. Hay mucho tráfico en verano. La elevada presión turística hace que la náutica haya evolucionado. Todo el mundo quiere navegar. Y, cuanto más tráfico, pues más accidentes. Ahora, se pueden alquilar barcas sin titulación. Parece una cosa muy sencilla, pero no lo es. Te vas a es Trenc y hay mil barcos, gente nadando, navegantes sin experiencia, kayaks, yates mal fondeados», comenta Giner.
Los pescadores profesionales no son ajenos a la masificación. «Nosotros también lo sufrimos. En verano hay 30.000 ‘artefactos flotantes’ en Balears y nuestra flota es de 260 barcas profesionales. La proporción es ridícula. Nuestra normativa de seguridad es más exhaustiva que la de la náutica de recreo porque somos pesca profesional. La mayoría de accidentes son con barcos de recreo, salvo casos puntuales como el pescador que desapareció en Formentera y luego fue rescatado en la dana de agosto», indica Domingo Bonnín, patrón mayor de Palma y presidente de la Federación Balear de Cofradías de Pescadores. Bonnín también señala otro abordaje ocurrido el 12 de julio cerca del Cap de ses Salines que estuvo a punto de acabar en tragedia. Un catamarán que llevaba pasajeros partió por la mitad un llaüt profesional de pesca. Los dos pescadores salieron ilesos tras ser rescatados por el catamarán, pero su barca se hundió. «Pocas cosas pasan sabiendo lo que hay. La gente no es consciente. Se creen que saben navegar, pero el mar es un medio hostil», alega Bonnín.
Aumentar la zonas de restricción de velocidad en las islas
Un capitán de la Marina Mercante apunta que, ante la dificultad de poner límites, una idea podría ser aumentar las zonas de restricción de velocidad, lo que implica modificar la legislación nacional y también la autonómica.
Un veterano guardia civil apuesta por realizar más inspecciones en puertos. Alerta de que levantar acta a los navegantes extranjeros no sirve para nada si no tienen casa en España.
Un piloto de la Marina Mercante critica la falta de formación generalizada en la náutica de recreo y la falta de experiencia, por lo que apela a la responsabilidad individual del navegante. Según él, las barcas sin titulación suponen un peligro ya que desconocen la normativa y no saben fondear. Los puertos deportivos evitan estas naves. «Son una aberración», dice un empresario.
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