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Obtén tu licencia de moto acuática en un rato y ponte a 80 por hora

Modelo turístico balear: la procesión interminable de motos acuáticas a la entrada de Port Adriano. La licencia para pilotar un monstruo de 130 caballos y 80 kilómetros por hora se obtiene ‘in situ’ sin examen.

Modelo turístico balear: la procesión interminable de motos acuáticas a la entrada de Port Adriano. La licencia para pilotar un monstruo de 130 caballos y 80 kilómetros por hora se obtiene ‘in situ’ sin examen. / DM

Matías Vallés

Matías Vallés

La gran pregunta del mar turístico balear es, ¿por qué muere tan poca gente en un espacio congestionado, dominado por marineros salvajes o inexpertos y sin vigilancia digna de tal nombre? Debe ser por la enormidad de la superficie acuosa, que se nos escapa a los terrícolas. El vídeo divulgado esta semana por el Gob demuestra que el mayor peligro radica en las motos acuáticas, por su abundancia y por la impericia de sus pilotos o como se diga. Su única utilidad reconocida es amedrentar estruendosamente y exhibir el poderío testicular de sus ocupantes de cualquier sexo, pero vayamos con los datos.

Nuestra propuesta consiste en suprimir las motos acuáticas, sería una bendición para los mamíferos y los peces mallorquines. Los defensores de esta variedad de agresión náutica se encelarán en que se necesita toda una Licencia de Navegación para pilotar un adefesio pasado de revoluciones. Tal vez omitan que el permiso para aterrorizar se obtiene en un solo día, sin necesidad de examen. De hecho, bastan seis horas, dos de presunto curso teórico y cuatro de prácticas. Hay empresas mallorquinas que reducen ese adiestramiento intensivo a menos de cinco horas en su publicidad, y allá cada cual con el crédito que conceda a la seriedad de esta formación incluida la duración exacta, seguro que a un aspirante espabilado le sobra con tres horas. A cambio, el negocio educativo es innegable, un carnet se factura en torno a los quinientos euros en alguna de las escuelas.

Es así como nos vamos adentrando en los inmensos beneficios que generan los inexpertos conductores de motos acuáticas. Con la famosa Licencia de Navegación de obtención expeditiva, nadie se pierde la experiencia. El cliente puede ponerse al mando de un monstruo de 130 caballos, que alcanza una velocidad de 80 kilómetros por hora. Repito que estas cifras figuran cuidadosamente anotadas en la oferta náutica de indudable legalidad.

¿Por qué hay cada vez más motos acuáticas sembrando el pánico en el litoral mallorquín? Vamos con los datos «científicos» y no con las «percepciones», como exige Marga Prohens. El alquiler de un vehículo infernal se eleva a cien euros por hora. O a trescientos euros diarios. O a dos mil euros semanales. Por cierto, con una sospechosa coincidencia de precios que invita a pensar que el «sector» tan amado por la presidenta de Balears tiene el negocio atado y bien atado.

La vida debería ser como las motos acuáticas. Sin exámenes, sin reglas y si tropiezas con algún obstáculo en tu navegación, procura que sea mallorquín para que te eximan de cualquier responsabilidad. En la imagen que hoy nos ilustra, datada esta semana, se contempla la procesión interminable de motoristas en Port Adriano. Los vecinos del Toro ven amenizada su existencia por el melodioso rumor de los vehículos.

Kamala Harris no solo se ríe más que las sucesivas presidentas de Balears, la candidata Demócrata es tan insignificante que no puede afrontar una entrevista en solitario y se presenta en compañía de su guardaespaldas Tim Walz, un Bob Hope tan expansivo que la sustituirá antes de noviembre a poco que se despiste. Lo cual no viene a cuento, pero vamos a enlazarlo con las carcajadas que nos brinda la extrema derecha en Balears. Nos hemos reído a mandíbula batiente con PP y PSOE, pero el partido más cómico de la historia de Mallorca es Vox.

Santiago Abascal no solo preside un partido que tolera que le vote el hoy tránsfuga San Agustín Buades, sino que lo corona diputado. El presidente del Parlament es un bravucón que rompe fotos de mujeres, y de quien Buades piensa que debe dimitir aunque va a votar que no lo dimitan, de acuerdo con la lógica de la ultraderecha. Jorge Campos no solo fue considerado impropio del Parlament que ya es caer bajo, sino que se querella contra Alvise, otra carcajada. Y el responsable de Vox en el Consell, que no se merece ni salir aquí con nombre y apellidos, defiende a los turistas frente a los españoles. Un partido de ultraderecha moderada que apoya el imperialismo de las democracias europeas frente a la patria. Por favor, sigan votando a este engendro, porque la risa es terapéutica.

En Galicia ya han comenzado las manifestaciones turismofóbicas, y eso que todavía no ha empezado la masificación ni la saturación. De hecho, la comunidad recibe quince veces menos turistas que Balears, pero ya nos han dado la lección de cortar el tráfico de coches de alquiler cruzando ininterrumpidamente un paso de cebra. Es mucho más efectivo que la anodina manifestación trimestral de Mallorca. Y no podemos acabar sin trasladarles el lamento del indígena auténtico: «No puedo ir a Formentor, Es Trenc, Sa Calobra o Sóller, he de coger el autobús porque mi coche debe dejar espacio para uno de alquiler, y ahora se pondrán manos a la obra para que no pueda coger la barca, lo veo venir». Ves bien.

Reflexión dominical ideológica: «La diferencia está en que la derecha engaña y la izquierda nos engaña».

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