Las familias optan por utilizar libros de segunda mano y fotocopias para reducir gastos en la vuelta al cole
La Federación de Asociaciones de Padres y Madres de Alumnos (FAPA) pide un sistema de reutilización de libros en los centros educativos y reconsiderar el IVA en el material escolar ante la subida de los precios
Cada septiembre, miles de familias se enfrentan a un problema que parece complicarse cada vez más: la vuelta al cole. Este año, la preocupación es palpable en la mayoría de los hogares. Con un aumento generalizado de los precios en productos esenciales como libros, mochilas y uniformes, muchas familias se ven obligadas a buscar alternativas para que sus hijos puedan comenzar el curso con todo lo necesario sin dejar sus finanzas en números rojos.
Cristina Conti, presidenta de la Federación de Asociaciones de Padres y Madres de Alumnos (FAPA) de Baleares, enfatiza la importancia de la reutilización como una de las claves. «Las familias deben insistir, y los centros educativos también, en que se establezcan sistemas de reutilización de libros. Es la clave para un real ahorro a inicio de curso, que los libros sean reutilizables», señala Conti.
Sin embargo, a pesar de que este enfoque podría aliviar las finanzas familiares, no siempre es fácil de implementar. «Nosotros pedimos a la Consellería que debería ser de obligado cumplimiento un plan de reutilización de libros en los centros educativos, al menos en los públicos. Pero la realidad es que las familias no tienen, ni voz ni voto en decidir instaurar un programa de reutilización; esto depende del centro educativo», explica la presidenta de la FAPA.
Conti también destaca que, aunque algunos centros educativos han adoptado programas de reutilización con éxito, otros no lo consideran una prioridad debido a la falta de recursos o de horas de liberación para los docentes que deberían gestionar estos programas. «Cuando el programa está instaurado, el ahorro es tan grande que el coste es ridículo para las familias y la satisfacción es total para todos. Es indiscutible, y no entendemos por qué no se impulsa realmente desde la administración», afirma.
Las dificultades para hacer frente a la vuelta al cole no son solo estadísticas; son una realidad diaria para muchas familias. Marta López, madre de dos hijos en primaria (4º y 6º), ha tenido que ingeniárselas junto con otras madres para poder cubrir los costes. «Nosotras compramos un solo libro, que suele ser de segunda mano, y luego hacemos fotocopias para el resto de los niños. No es lo ideal, pero no tenemos otra opción con la subida de los precios», comenta López, quien además subraya el problema de que muchas veces los libros cambian de un año a otro, lo que imposibilita reutilizarlos entre hermanos.
Arantxa Pons, madre de un hijo en 2º de ESO, se enfrenta a un problema diferente pero igualmente agobiante: el material escolar. «Uno de los mayores problemas para mí son los estuches y todo el material que los profesores piden», explica Pons, que cada vez que le llega la lista de material, es un «golpe al bolsillo». A la mallorquina no le da para comprar todo lo que piden y le toca hacer sacrificios en otras áreas, «como aplazar el pago de algunas facturas en septiembre», concluye.
Laura Molina, madre de dos hijos en 3º de ESO y 1º de Bachillerato, ha desarrollado una estrategia propia para lidiar con los gastos escolares. «Yo siempre vendo los libros de mis hijos de segunda mano al final del curso, porque si no lo hago, no me alcanza para comprar el material para el nuevo curso». Molina intenta guardar los libros del hijo mayor para que los use el pequeño, pero el problema es que las editoriales cambian cosas cada año, o se cambia de libro, y ya no sirven. «En esos casos, no solo no puedo reutilizarlos, sino que tampoco los puedo vender porque, claro, nadie quiere un libro que ya no se utiliza», explica Molina.
Finalmente, Isabel Rodríguez, madre de una niña en 5º de primaria, ha tenido que cambiar sus hábitos de compra por completo debido a la subida de precios. «Siempre he comprado libros de primera mano, pero este año no me queda otra opción que buscarlos de segunda mano. No puedo pagar todo el material de golpe». El año pasado, Rodríguez no pudo completar la lista de compra de su hija hasta diciembre. «Fue frustrante ver cómo todos sus compañeros ya tenían todo desde el primer día, y ella tenía que esperar», prosigue. Este año, con la subida de precios, Rodríguez teme lo peor y comprar poco a poco, dice, es la única solución que tiene.
El aumento de los precios de materiales como el papel y los cuadernos, combinado con la falta de reutilización, hace que los gastos escolares sigan siendo una carga pesada para las familias. Conti también apunta que «el IVA del material escolar, que es del 21%, debería reconsiderarse, especialmente en un contexto donde la educación debería ser gratuita».
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