En contra

Joan Maria Thomàs: «Vox no es fascista, es ultraderecha populista»

Joan Maria Thomàs

Joan Maria Thomàs / DM

Matías Vallés

Matías Vallés

Joan Maria Thomàs (Palma, 1953) es catedrático ad honorem de Historia Contemporánea de la universidad tarraconense Rovira i Virgili, miembro de la Real Academia de su disciplina y autor del impagable José Antonio, realidad y mito. Acaba de publicar Postguerra y Falange, sobre la labor del ministro Arrese en el lapso 1941-45.

Para que se haga cargo del tipo de entrevista: «¿Nos conviene estudiar la Falange por si vuelve?».

La Falange es una cosa del pasado. Nos ha de preocupar una nueva extrema derecha que es populista pero no fascista, aunque compartan el ultranacionalismo esencialista español.

¿Cuántas veces al día escucha que hemos vuelto a los años treinta?

Estoy totalmente en contra de esta equiparación histórica. Vox no es un partido de ideología fascista, porque no quiere crear una dictadura, ni tiene un programa imperial como el fascismo de José Antonio, ni utiliza tácticas violentas.

¿Falangista es lo mismo que fascista?

Sí, claramente, es la denominación del fascismo español. No toda dictadura de derechas ni todo comportamiento autoritario son fascistas.

¿Franco fue fascista?

Franco no es un político fascista. Llegó con un golpe de Estado, unió una amalgama de fuerzas a su alrededor y utilizó a los monárquicos, los tecnócratas o la carta católica para mantenerse en el poder. Jugaba y escondía las cartas. Generó un consenso activo y otro pasivo con una parte importante de la población.

¿Franco era falangista?

No, en absoluto. Se autonombra jefe nacional de Falange, para crear luego un partido extrañísimo que es el Movimiento. No lidera su formación fascista como Hitler y Mussolini, monta una coalición autoritaria.

¿José Antonio se reconocería en la extrema derecha actual?

No, porque el programa de José Antonio era una dictadura fascista con un solo partido y un programa de regeneración del imperio que incluía a Portugal y Latinoamérica. Incluso hablaba de Lisboa como capital.

¿José Antonio hubiera evolucionado estilo Meloni?

No me acaba de convencer el paralelismo, pero José Antonio es un personaje mucho más complejo que la figura que nos han presentado. Desde el primer momento intentó soluciones de compromiso y reconciliación, incluida la reforma agraria.

¿Y Meloni?

Es el único caso en Europa donde la extrema derecha populista ha llegado al poder. En ese punto se comprueba que una cosa es el programa y otra la realidad, que obliga a moderarse y a suprimir las recetas radicales. Lo mismo le ocurriría a Vox.

¿Dónde se enteró de la nueva ejecución de Aurora Picornell en el Parlament?

Estaba aquí siguiendo el debate y me quedé sorprendido al ver el manotazo contra el ordenador de una diputada, traspasando una línea que ningún parlamentario debería cruzar nunca, y menos siendo el presidente del Parlament. Es un comportamiento autoritario intolerable.

«Perdí los estribos», dice el presidente del Parlament, ¿cuál es el verdadero Le Senne?

Las personas hemos de tener medios de contención muy asumidos, y no solo en cargos de importancia, sino en nuestra vida cotidiana.

¿Las leyes de Memoria Histórica fueron demasiado lejos?

De ninguna manera. Son necesarias para resolver una asignatura pendiente, y estoy muy dolido de que se deroguen. La Guerra Civil enfrentó al país, con dos represiones y dos memorias. Hay 150 mil víctimas del franquismo y 50 mil de los republicanos, pero los vencedores ya tuvieron la reparación. La extrema derecha remueve esto, pero la reparación de los represaliados por Franco es necesaria para volver a empezar.

¿Dispone de alguna receta barata para resolverlo?

Hacer caso a los historiadores, que tenemos una visión matizada y no sesgada. Es ridículo que Vox hable en Mallorca de «revisionismo rencoroso».

‘Postguerra y Falange’ coincide con la convivencia de Franco y Hitler durante la Segunda Guerra Mundial.

Franco quería entrar en la Guerra a finales de 1940, a cambio de quedarse con el imperio colonial francés, pero no lo consiguió. Después vio que no le convenía. Arrese, figura central de mi libro, adapta el discurso fascista de Falange a postulados católicos y anticomunistas.

¿Dionisio Ridruejo, otro protagonista de su libro, demuestra que el fascismo se cura?

Sí, sí, sí, él y muchos otros que creyeron en una ideología que podría ser útil a su país hasta que cayeron en la cuenta de su error. Para Ridruejo fue fundamental el viaje a Italia, donde descubrió un mundo nuevo.

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