Análisis

Mallorca atrae al turismo más violento de Europa

La Policía Nacional en la calle del Jamón para contener altercados.

La Policía Nacional en la calle del Jamón para contener altercados. / DM

Matías Vallés

Matías Vallés

Se cumple una semana del hundimiento con cuatro muertos y numerosos heridos del Medusa Beach Club. El local en primera línea del Bronx de s’Arenal elevó a Mallorca a la primera página de la crónica de sucesos europea. Desde entonces, la isla ha aportado cada día combustible para demostrar que atrae al turismo más violento de Europa.

Una semana después, la autoridad intenta todavía ubicar al Medusa en el mapa, antes de actuar sobre el violento hundimiento de un local en manos extranjeras. La manifestación del sábado quedará simbolizada para la eternidad por un mallorquín maniatado y encadenado violentamente a una inmobiliaria, por supuesto alemana. Las portadas europeas emparentaron el derrumbe y la protesta multitudinaria.

Sin dar tregua, los antidisturbios policiales tenían que desplazarse el lunes a la Calle del Jamón, en el meollo de la Playa de Palma, para disparar salvas contra hooligans alemanes, sin duda la escena que desea contemplar un pacífico turista. Alguien trae a Mallorca a los salvajes, los aloja en sus hoteles y carga la factura de la Policía a los nativos. Más portadas.

La Mallorca violenta reincidió en son Gotleu, con el enfrentamiento violento entre nativos y turistas argelinos, que según la gentil Aina Calvo eran visitantes deseables que enriquecerían la convivencia insular. Por si acaso, ella ha huido a Madrid. No olvidemos el desalojo a la fuerza de los acampados propalestinos del campus, portada el miércoles.

La primera semana del violento derrumbe del Medusa se cerró el miércoles con la detención de ocho animales británicos en Illetes, tras haber ocasionados los desperfectos y agresiones de ordenanza. En todo el mundo, las fuerzas policiales protegen a los turistas de la inseguridad del entorno. Gracias a su empresariado, Mallorca es la primera geografía del mundo en que se debe proteger a los nativos de los energúmenos.

El relato no debe excusar la violencia religiosa ejercida por el obispo hotelero de Mallorca sobre el santuario de LLuc, ni los tres balconing celebrados hasta la fecha, con dos veinteañeros muertos y un descalabrado. Salga a la calle con casco.

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