Fulgencio Coll, entre los nombres que suenan para suceder a Sergio Rodríguez en Vox

Diputados y concejales se mantienen en vilo por el perfil que se pondrá al frente de la secretaría de la formación

Fulgencio Coll, ayer en el despacho de Vox en el Ayuntamiento de Palma.

Fulgencio Coll, ayer en el despacho de Vox en el Ayuntamiento de Palma. / B. RAMON

Irene R. Aguado

Irene R. Aguado

Palma

A 24 horas después de su dimisión, Vox todavía no ha comunicado de forma oficial quién sucederá a Sergio Rodríguez como secretario general del partido en Baleares, aunque se rumorean algunos nombres, como el actual líder de la formación en Palma, Fulgencio Coll. Su nombre suena con fuerza por la afinidad que tiene con la presidenta del partido, Patricia de las Heras, aunque también tiene detractores dentro de la propia formación y hay un sector que no cree que su perfil pueda aunar en una etapa de tensiones internas en Vox. De hecho, a finales de septiembre su ascenso a responsable intermunicipal ya prendió la mecha de una rebelión interna entre los concejales de la part forana.

Los diputados, concejales y otros cargos que todavía no saben cómo se distribuirá el organigrama contienen la respiración por la expectativa de saber quién se pondrá al frente de la secretaría del partido, un cargo que supone la entrada en el Comité Ejecutivo Provincial (CEP), que a su vez es un órgano interno de máxima relevancia a nivel autonómico y que representa a toda la cúpula de la organización.

Sergio Rodríguez, actual portavoz adjunto del grupo parlamentario de Vox (continuará como diputado en el Parlament balear), alegó motivos personales para dejar la secretaría después de seis años en el cargo. Sin perjuicio de dichos motivos, dentro del partido es un secreto a voces las diferencias entre él y Patricia de las Heras, que se acabaron de materializar con la firma del pacto con el Partido Popular para la libre elección de lengua en los centros de Baleares.

Acuerdo con el PP

Según fuentes del partido, Rodríguez, que abandera la facción más dura contra el catalán, no estaba de acuerdo con ceder ante los ‘populares’ para alcanzar un un acuerdo que rebaja al mínimo las exigencias de Vox al contemplar un plan lingüístico «voluntario», solo «en los centros que se acojan» y «en los que sea posible» con tal de atajar la crisis y asegurar el techo de gasto.

La firma del documento, las diferencias dentro del propio partido y el cisma que abrió la polémica en el seno de la organización se ha cobrado no solo la dimisión de Rodríguez, sino también la del diputado Xisco Cardona, que se dio de baja del grupo parlamentario y ahora es diputado no adscrito tras su cese fulminante como portavoz adjunto. Rodríguez, en cambio, mantiene su acta como diputado de Vox pero deja un cargo de máxima relevancia que mantiene en vilo a gran parte del partido.

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