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La mayoría de los inmigrantes se sienten discriminados, pero solo una minoría piensa en el regreso

Consideran que no reciben un trato igualitario en los servicios públicos, entre sus vecinos y en el ámbito laboral, con magrebíes y subsaharianos como los colectivos con la percepción más negativa

La mayoría de los inmigrantes se sienten discriminados, pero solo una minoría piensa en el regreso

La mayoría de los inmigrantes que viven en Baleares (52%) se sienten discriminados y solo un 34% de ellos piensan que son tratados con consideración por el resto de la ciudadanía. Sin embargo, el deseo de retorno a sus países de origen es muy minoritario y baja todavía más en las segundas generaciones de inmigrantes.

Son algunos de los datos más llamativos que se extraen de la última encuesta de la Fundació Gadeso, que si en su anterior trabajo profundizaba en las percepciones que los ciudadanos nacidos en Baleares tienen de los inmigrantes, ahora cambia de punto de vista. Y analiza las percepciones de estas personas que han venido a vivir a las islas.

En una primera aproximación, solo un 12% de los inmigrantes se considera muy bien tratado por el resto de la ciudadanía de Baleares y un 22% dice sentirse bastante bien tratado. La respuesta mayoritaria, con un 39% de las respuestas, corresponde a los que se sienten poco bien tratados por los habitantes nacidos en las islas, mientras que los que se consideran nada bien tratados, un 24%, se convierte en la segunda opción mayoritaria.

Por origen, los que tienen una percepción peor del trato que reciben en Baleares son los magrebíes y los subsaharianos. Los latinoamericanos tienen una posición intermedia. Y europeos del este y chinos tienen una percepción más positiva del trato que el nativo de las islas les dispensa.

También por nacionalidades, la mayoría, un 37%, entiende que la convivencia depende básicamente de la igualdad de oportunidades, con una valoración más positiva en Europeos del Este y en este caso de subsaharianos. Mientras que un 34% considera que la verdadera convivencia es tener los mismos derechos y deberes que los autóctonos, con un acercamiento a esta posición más favorable en magrebíes, europeos del este y también subsaharianos.

La mayoría del 52% que se siente discriminada, piensa que ese trato no igualitario lo percibe en los servicios públicos (48%); entre el vecindario de su domicilios (42%); en la calle (32%); en el lugar de trabajo (29%); en los discursos políticos (29%); en las redes sociales (29%); en su relación con la policía (16%) y en los medios de comunicación (11%).

La encuesta de la Fundació Gadeso descubre también que la mayoría de los inmigrantes que viven en las islas consideran que tienen más problemas que los nativos por el mero hecho de su origen foráneo, una tendencia del 78% entre magrebíes y subsaharianos; del 68% entre latinoamericanos; del 60% entre europeos del Este y de solo el 43% entre los chinos.

La percepción de los inmigrantes que viven en Baleares, encuesta de la Fundació Gadeso Fuente: Fundació Gadeso | Infografía: DM

Principales problemas

El paro y la precariedad laboral (68%), la economía (60%) y el acceso a la vivienda (60%) son los principales problemas de los ciudadano inmigrantes que viven en Baleares, según se desprende de la encuesta de Gadeso.

Otros problemas que expresan en su convivencia diaria son el racismo y la discriminación (37%); la dificultad para acceder a los servicios públicos al alcance de la ciudadanía (19%), así como la generación y difusión de falsos estereotipos sobre su identidad (9%), ideas que aparecen en la opinión pública y la encuesta de Gadeso asocia al ascenso político de la ultraderecha en las elecciones.

De esta forma, algunas de las preocupaciones de la población inmigrante de Baleares están relacionadas con la coyuntura política que favorece las ideologías de carácter extremista y contrarias a la inmigración.

Gadeso analiza también la voluntad de retornar a sus países de los inmigrantes, aunque en muchas ocasiones ese retorno no es posible por diferentes motivos: la situación de pobreza y conflicto de los países de origen; haber desarrollado en Baleares una carrera profesional fructífera; haber tenido hijos o que la familia que se quedó en el país de origen tenga necesidades económicas.

Por este motivo el deseo real de retorno es minoritario, de un 34% en las primeras generaciones y del 21% en las segundas.

La principal motivación para regresar, que expresa un 36% de los encuestados, es la falta de horizontes laborales en las islas. Y el principal motivo para quedarse, con un 49% de personas que se adhieren a esta justificación, es que la situación en su país todavía es claramente peor.

A tenor de los resultados de la encuesta, la Fundació Gadeso extrae una conclusión adicional. De entrada considera que Baleares no es una sociedad racista, pero a la vez lanza una seria advertencia contra los discursos de odio y de carácter xenófobo que empiezan a calar en la sociedad, un discurso que da respuestas fáciles a problemas de los ciudadanos y que algunas veces capitaliza en los inmigrantes problemas que no tienen que ver con ellos.

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