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BOULEVARD

Valtònyc se queda fuera de la amnistía a los independentistas de Bruselas

El PSOE pide la dimisión del director de Emergencias por incomparecencia; puede adjuntar la ubicación de los cargos socialistas mientras morían trece personas en la ‘torrentada’ de Sant Llorenç

Puigdemont y su protegido Valtònyc posan en Bruselas en 2018 con motivo del estreno de la película ‘Miss Dalí’ de Ventura Pons. EFE

El rapero mallorquín Valtònyc, que hoy reivindica la prioridad de llamarse Josep Miquel Arenas, huyó cinco años atrás a Bruselas. Su destierro en la capital belga supera con creces los tres años y medio que le impuso el Tribunal Supremo por enaltecimiento del terrorismo (dos años), injurias graves a la Corona (un año) y amenazas al hoy diputado estatal Jorge Campos (seis meses).

Valtònyc fue apadrinado y cobijado en Bruselas por Carles Puigdemont. Contó con el apoyo jurídico de Gonzalo Boye y Jaume Alonso-Cuevillas, abogados del expresidente catalán. Decenas de fotos testimonian la incorporación del artista al círculo independentista bruselense. En la imagen que hoy nos ilustra, el político y su artista protegido posan en Bruselas en 2018, con motivo del estreno de la película Miss Dalí de Ventura Pons. Según el mallorquín, «que Puigdemont y yo compartamos trinchera es el reflejo de que vivimos un momento excepcional».

La vinculación se extiende al ramo laboral. Valtònyc trabaja como diseñador de páginas web para CatGlobal, firma vinculada al procés. El mallorquín es uno más de lo familia, y este mismo año reconocía su importante deuda con los políticos bruselenses, de Puigdemont a Lluís Puig. El destino compartido obliga a plantearse cómo afectaría al artista la amnistía en ciernes a los independentistas catalanes, a cambio de facilitar la continuidad de Pedro Sánchez.

A pesar del largo trayecto compartido con los independentistas, Valtònyc se queda fuera de la amnistía en los términos en que se está negociando con Junts o Esquerra. Los responsables de la confección del texto legal por parte de PSOE/Sumar confirman que la peripecia del artista mallorquín se distancia de sus compañeros de residencia forzosa en Bruselas. La exclusión es radical según los implicados, y la suerte del rapero se remite a un indulto que ya fue solicitado por Podemos pero no resuelto en la pasada legislatura.

Aunque la situación está bloqueada hoy mismo, solo un mallorquín puede interceder por la suerte de su compatriota. Se trata por supuesto de Vicenç Vidal, el primer nacionalista en alcanzar el Congreso aunque sea a lomos del caballo prestado de Sumar. Su autenticidad, frente al pactismo ventajista del PSOE, está cargando de tareas al exalcalde de Esporles:

1) Exigir a los socialistas la cogestión de Son Sant Joan según exigía el difunto REB (a ver qué piensa la megapresidenta Francina Armengol al respecto, se conforma con preservar la denominación catalana).

2) Traer de vuelta a Valtònyc amnistiado desde Bruselas.

Hablando del PSOE, este partido ejemplar exige la dimisión del actual director general de Emergencias, Sebastià Sureda, por estar «tomándose un café en sa Ràpita en el peor momento del temporal». Los acusadores pueden adjuntar como prueba la ubicación de los altos cargos socialistas, empezando por Cata(lina) Cladera como responsable de catástrofes del Pacto, mientras fallecían trece personas en la torrentada de Sant Llorenç. Será la primera vez que desvelan su secreto mejor guardado.

La garantía más segura de que la policía no acuda a una queja por ruido, consiste en formularla ante la policía. A cambio, el denunciante deberá aportar sus datos detallados y su DNI. Dado que la autoridad no tiene la menor intención de personarse y de que el acusador queda fichado, se expone a un pleito bumerán por denuncia falsa, así que Cort cumple con su cometido por partida doble. Ampara al infractor y deja expuesta a la víctima. La pretensión de la patronal de restauradores de demandar a los sacrificados vecinos por amenazas es más factible de lo que parece, por ausencia de pruebas. Esto ya ocurría con la izquierda defensora del franquismo de sa Feixina.

La ejemplar exposición comisariada por Judit Vega y consagrada en el Castell de Bellver al arquitecto José Ferragut, ofrece muestras arrasadoras del amor del autor de La Porciúncula por su isla. En una carta al director de Diario de Mallorca publicada el 25 de noviembre de 1964, y Franco no muere hasta 1975, demanda que se acabe con «el mal ya endémico en la isla: los ‘desaguisados urbanísticos’ y el ya viejo sistema de desprecio de la opinión pública». Seis décadas más tarde, la única diferencia es que ningún arquitecto se atrevería a firmar ese manifiesto clarividente.

Reflexión dominical geórgica: «Los políticos que olvidan las enseñanzas de las elecciones están condenados a repetirlas».

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