Un abuelo de Mallorca denuncia que el manual de Historia que emplea su nieta en el instituto omite el concepto “república”

Domingo Sanz comunica a Educación la deficiencia en el glosario de uno de los libros más usados en los institutos de Mallorca y recoge más de cien firmas 

La conselleria le contesta que contacte con la editorial

Domingo Sanz muestra el libro, usado en muchos institutos de España.

Domingo Sanz muestra el libro, usado en muchos institutos de España. / B. Arzayus

M. Elena Vallés

M. Elena Vallés

Domingo Sanz trae consigo el libro de texto que empleó hace dos cursos su nieta en la asignatura de Historia de cuarto de ESO, un libro que sigue vigente este año académico que está a punto de finalizar. «Fíjate en el glosario, no aparece el concepto república y en cambio sí tres acepciones distintas de monarquía: absoluta, constitucional y parlamentaria», enumera el también politólogo afincado en Esporles.

Este abuelo, preocupado por los contenidos de historia de España que iba a recibir su nieta pero también otros jóvenes de entre 15 y 16 años, comunicó a la conselleria de Educación este déficit en el manual de Santillana que utilizan no sólo en el IES de Santa Maria del Camí, donde estudia su familiar, sino en otros muchos centros de la isla, con el fin de obtener una respuesta oficial del órgano educativo competente en las islas y la posibilidad de solventar «esa omisión, olvido o error».

Además de escribir a la conselleria, Sanz contactó de inmediato con Memoria de Mallorca al conocer también que muchos alumnos de cuarto de ESO (entre ellos, su nieta) no llegaban a recibir contenidos sobre la guerra civil y el franquismo «porque no daba tiempo» exponerlos en clase ante la concentración de temario que debe impartirse en el último curso de la educación obligatoria.

Ante ello, la asociación memorialista entendió que era necesario averiguar y elaborar un estudio sobre qué contenidos de historia de España se estudian y cuáles dejan de impartirse en las aulas de cuarto de ESO en la isla. Una solicitud dirigida a Educación que hacía referencia al curso 2020-2021. «La respuesta de la conselleria fue indecente. Les dijeron que simplemente no disponían de esa información», estalla Sanz. A lo del manual y la elusión del concepto república en el glosario, contestaron que el caso se remitía a inspección educativa.

En la batalla por conseguir datos y una aclaración sobre la memoria histórica que se imparte en las aulas, se elaboró otro escrito en el que la lucha se ampliaba a otras 113 personas que firmaron y que se implicaron en la cuestión gracias también al analista y articulista Rafel Borràs. En diciembre se volvió a insistir a la conselleria con otro texto y 116 apoyos. Entre los firmantes cabe citar a Agustí Villaronga, José Castro, Ferran Gomila, Josep de Luis, Cecili Buele o Miquel López Crespí, «personas que se preocupan e implican en la calidad de la educación que se imparte a los jóvenes», asegura Sanz.

La respuesta de Educación se hizo esperar hasta el pasado 28 de marzo. «Ha sido decepcionante», considera Sanz. «Nos escribieron diciéndonos que dirigiéramos nuestro escrito directamente a la editorial correspondiente con el fin de proponerles las modificaciones que consideremos oportunas», cuenta. En la contestación, el departamento que ha tenido a Martí March al frente argumenta que la adopción de libros de texto y demás materiales corresponde a los órganos de coordinación didáctica de los centro públicos. «El uso de ellos no requieren de la previa autorización de la Administración educativa. En todo caso, éstos deberán adaptarse al rigor científico y al currículo aprobado», recoge la respuesta. Asimismo señalan que la edición de libros de texto no requiere de autorización de la conselleria de Educación, pese a que la ley asegure que la supervisión de los libros de texto y otros materiales curriculares es competencia de las administraciones educativas.

Sanz no ha querido salir a la palestra hasta ahora ni hacer pública la respuesta de Educación «porque había un periodo electoral y pensaba que no era lo más adecuado».

En cuanto a la editorial del manual, este diario ha contactado con Santillana a través de la delegación balear enviando varias preguntas sobre el glosario del libro y la ausencia del concepto república que al cierre de este edición no han sido contestadas. Lo que sí ya se conoce es que este volumen queda descatalogado de cara al próximo el curso, para el que se ha preparado nuevo material adaptado a la Lomloe.

La preocupación de este abuelo y politólogo, y otras 116 personas más, además de Memoria de Mallorca, sobre qué se está estudiando en las aulas sobre república, guerra civil española y franquismo se agudizó cuando Sanz leyó un artículo en Nueva Tribuna del pedagogo y profesor de la Facultad de Educación en la Universidad de León Enrique Javier Díez Gutiérrez, donde argumenta a partir de datos analizados por su grupo de investigación que la memoria histórica es la gran olvidada en la escuela.

«Entonces empiezo a investigar los contenidos curriculares de Historia en cuarto de ESO y descubro que se explica el siglo XIX y XX de la historia mundial y la española. Como van por orden, la historia española del XX queda coja. Y se dejan de exponer contenidos en clase a partir precisamente de la II República hasta la actualidad», señala Sanz. «Al revisar los libros de texto también observo que el tratamiento de dichos contenidos es excesivamente equidistante en relación a los golpistas del 36 y los que ocupaban legalmente el Gobierno», advierte.

VÍDEO | La memoria histórica en las aulas de Mallorca

B. Ramon

Su sospecha de que existe un déficit educativo importante respecto a la memoria histórica en las aulas se acrecentó con la respuesta de la conselleria a la petición de Memoria de Mallorca de averiguar qué centros sí habían impartido ese periodo y cuáles no. «La conselleria debería saber si los profesores cumplen con los contenidos curriculares», abunda. «Deberían poder solicitarla a los centros educativos en cualquier momento. Esa información debe figurar en las memorias que redactan los profesores a final de cada curso».

Sanz asegura que él y muchos de los firmantes de la petición a la conselleria retomarán el tema ahora que se constituirá un nuevo Govern tras las elecciones. El interlocutor «debe ser la nueva conselleria, nosotros no tenemos que hablar con la editorial que suponemos que por error ha eludido el concepto república», asegura. «Lo que queremos conseguir es que Educación dé orden a Santillana para que modifique el texto e introduzca el término y lo haga inmediatamente en el soporte digital. Y que informe a todos los centros de este déficit en el manual y ordene añadir una adenda con la definición de república que da por ejemplo la RAE», subraya.

«Esta cuestión está por encima de los resultados electorales porque estamos hablando de conceptos científico-históricos que es inadmisible que no se recojan en el glosario de un libro escolar», insiste. «Lo peor de este asunto no es tanto el error de la editorial como los dos años que ha tardado en contestar la conselleria», considera. «Confiábamos que lo iba a solucionar, pero se nos ha acabado la paciencia», sentencia.

La presidenta de Memoria de Mallorca Maria Antònia Oliver ratifica lo expuesto por Sanz. «Lo único que hemos conseguido en el ámbito educativo es la introducción en la nueva ley autonómica de educación de la necesidad de que se traten contenidos sobre memoria democrática y derechos humanos en el currículum escolar», explica. «Esta normativa aún no se está aplicando, pero supongo que sí se hará efectiva el curso que viene. No obstante, al haberse producido cambios con las elecciones, habrá que verlo», advierte. «En cualquier caso vamos a estar vigilantes para que no se retroceda en memoria histórica y creemos que en el ámbito educativo la memoria democrática debería ser una cuestión más transversal y no consistir únicamente en un tema de la asignatura de Historia», concluye.

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