Selectividad 2023 en Baleares: año pre-LOMLOE y con polémica lingüística

Los alumnos que no necesitan nota alta van con la calma de saber que el 97% aprueba

Jóvenes apurando ayer la última jornada de estudio en la biblioteca Ramon Llull.

Jóvenes apurando ayer la última jornada de estudio en la biblioteca Ramon Llull. / B. Ramon

Mar Ferragut Rámiz

Mar Ferragut Rámiz

Desde hoy y hasta el jueves 4.733 alumnos de 2º de Bachillerato Baleares se enfrentarán a la Selectividad. Y Joan Vich es uno de ellos. Ayer, sentado en un banco en la ‘plaza del tubo’ de Palma y mirando su móvil, pensó que igual había encontrado, por fin unos estudios que le interesaban: Ciencia y Tecnología del Mar. Sus padres le dicen que «sea feliz» pero también que estudie algo «con lo que vaya a tener trabajo». Horas antes del inicio de las PBAU, Joan aún buscaba opciones y ese hecho, el no ir a tiro fijo y no tener el objetivo de una nota de corte concreta, le generaba «una presión extra».

Al menos a su promoción no le ha tocado, por los pelos, la LOMLOE, valoraba, una ley con un sistema de evaluación que, según ha oído a sus padres (profesores los dos), «no tiene mucho sentido». El joven así lo indicaba durante un momento de descanso de su jornada de estudio en la biblioteca Ramon Llull, junto a su amigo y compañero del instituto homónimo Marc Sebastián. Ellos son de estudiar en biblioteca. «La presión del grupo te hace centrarte», decía Marc. Joan huía de las distracciones del hogar: mirar el móvil o el ordenador, ponerse a dibujar, el ruido, «la nevera»...

Los jóvenes consultados por este diario desconocían ayer la polémica que se ha generado respecto al reparto de los exámenes en catalán y castellano. «Creo que deberían entregar todos los exámenes en catalán», apuntaba Joan sobre la decisión de la UIB de facilitar las pruebas también en castellano a raíz del recurso de la asociación Plis, «si has hecho la Primaria, la Secundaria y el Bachillerato tendrías que ser capaz de entender unos exámenes en catalán».

Como Marc y Joan, muchos estudiantes llenaron ayer, las bibliotecas de Palma, algunas, como la Ramon Llull y la Josep Maria Llompart con horario especial hasta las 23 horas. En La Misericòrdia había colas para acceder y garantizarse un sitio.

Durante un descanso, Paula Llinàs, alumna de Montesión, admitía estar «más nerviosa de lo que se esperaba», aunque en realidad desde un punto de vista racional no cree que deba estarlo: «Llevamos dos años con esto, vamos preparados». No lo tiene claro, pero por «descarte», cree que se matriculará en ADE. La nota de corte no es alta, con lo que no está preocupada: «Aprueba el 97% de los que se presentan a Selectividad, me niego a ser del 3% restante», decía riendo. Su amiga Carlota Coll, estudiante del Lluís Vives, quiere cursar Odontología en ADEMA y tendrá que esperar a la convocatoria extraordinaria ya que tiene asignaturas suspendidas: «Así tengo más tiempo para estudiar».

Un grupo de alumnas estudiando ayer en la biblioteca de Cort. | B.RAMON

Un grupo de alumnas estudiando ayer en la biblioteca de Cort. | B.RAMON / mar ferragut. palma

Ambas estaban aliviadas de que no les haya pillado la aplicación de la LOMLOE ni los cambios en las pruebas de Selectividad. «Van a salir todos analfabetos con esta ley», consideraba Paula. Las dos valoraban saber a qué atenerse respecto a las pruebas y poder consultar los modelos de exámenes anteriores en vez de tener que ir ‘a la aventura’ con los cambios que supondrá la nueva ley orgánica en la PBAU. Respecto a la polémica sobre la lengua de los exámenes, no sabían nada del tema. «Yo lo voy a hacer todo en castellano», decía Carlota.

«Lo haré todo en catalán, hago menos faltas», señalaba Arancha Espinosa, estudiante del Joan Alcover, que estaba tranquila ya que quiere estudiar Turismo y le basta con sacar un 5 (nota que resulta de ponderar el 60% del expediente de Bachillerato y el 40% de la PBAU): «Siempre soy de estudiar el último día, sin presión no puedo».

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