Tribunales

Piden 10 años de cárcel a un expolicía por intentar matar a su mujer en Son Servera

La Fiscalía sostiene que el hombre trató de asfixiar a la víctima con una bufanda el 8-M de 2018 porque no quería que saliera con sus amigas

El acusado, en los juzgados de Manacor tras su detención en marzo de 2018.

El acusado, en los juzgados de Manacor tras su detención en marzo de 2018. / Guillem Bosch

Marcos Ollés

Marcos Ollés

Un exagente de la Policía Local de Son Servera se enfrenta a una petición de 10 años de cárcel por intentar matar a su mujer. La Fiscalía sostiene que el acusado, en activo cuando ocurrieron los hechos pero ya jubilado, trató de asfixiar a la víctima con una bufanda y cuando esta logró escapar le dio puñetazos y cabezazos y la amenazó con una navaja. Le acusa por un ello de un delito de homicidio en grado de tentativa. La Audiencia Provincial de Palma ha señalado una vista previa del juicio para el próximo viernes.

Los hechos ocurrieron el 8 de marzo de 2018, Día Internacional de la Mujer, en el domicilio donde convivían el policía, de 59 años, y su mujer. Siempre según el relato del ministerio público, hacia las cuatro de la tarde ambos se enzarzaron en una discusión porque él no quería que ella saliera con sus amigas. La víctima le replicó que seguiría quedando con ellas y el acusado reaccionó de forma agresiva. La cogió de los hombros y la llevó por la fuerza al baño, mientras le gritaba: «Eres una puta de mierda, no vales nada».

El acusado agarró entonces la bufanda que llevaba puesta la mujer, apretó con fuerza para asfixiarla y la llevó a la cama. La víctima consiguió zafarse y escapar, pero el hombre fue tras ella y le dio un puñetazo en la cara y un cabezazo en la nariz. Acto seguido, empuñó una navaja y le dijo: «Lo tengo que hacer. Aunque vaya a la cárcel, yo a ti te mato». La perjudicada le dio entonces un empujón y salió corriendo del domicilio, refugiándose en casa de una amiga que vivía cerca. Tuvo que ser atendida en un centro médico por las lesiones sufridas.

El hombre fue detenido esa misma tarde por la Guardia Civil y el juzgado de guardia de Manacor acordó su ingreso en prisión provisional, aunque quedó en libertad una semana después.

El policía, según la información recabada entonces, había protagonizado ya varios altercados y sus superiores habían decidido retirarle el arma y destinarlo al punto verde. Unos meses después se le concedió la jubilación.