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«Los oligarcas le hacen una peineta a Europa con yates como el ‘Tango’»

Alex Finley nació en Denver (Colorado, Estados Unidos) y está basada en Barcelona. Periodista, fue oficial de la CIA en el directorio de Operaciones, novelista satírica de éxito y, como experta en las variantes del espionaje ruso, una autoridad citada por ‘The Economist’ en los yates de oligarcas requisados

Alex Finley

Alex Finley / DM

Matías Vallés

Matías Vallés

Para que se haga cargo del tipo de entrevista: «¿Es Alex Finley, espía de la CIA?»

Exespía, oficial del directorio de Operaciones entre 2003 y 2009. Fui contratada porque trabajaba de periodista especializada en relaciones internacionales, y surgió la oportunidad.

¿Fue un reclutamiento de película?

A veces pienso que debería inventar una historia más emocionante, porque fue bastante aburrido. «Hey, tú tienes un conocimiento de estos asuntos, ¿no te interesaría trabajar con nosotros?» Es decir, como la contratación para un empleo normal, sin hombres misteriosos que se presentan vestidos con gabardinas.

¿En qué consistía su trabajo en la CIA?

No había tanta diferencia entre el trabajo que hice como periodista o en la CIA. En ambos casos trataba con la información que alguien probablemente no debería haber suministrado, y la hacía comprensible para sus lectores respectivos. Solo cambió la identidad del cliente.

¿Corrió aventuras emocionantes?

Me temo que no fueron como las de James Bond o Jason Bourne. Era un trabajo de oficina, en el que debía validar la información recibida y tramitarla para que tuviera utilidad.

¿Por qué abandona la CIA?

Hubo razones personales y profesionales. Me afectó contemplar la Guerra contra el Terror entre bastidores, darme cuenta de lo que le estaba ocurriendo a mi país. La catarsis fue mi primera novela, Victor entre los escombros.

Así lanza su actual carrera literaria.

Resulta que a la gente le gustó el primer libro, y me pidieron otro. La serendipia me ofreció a Donald Trump y la interferencia rusa en las elecciones.

Se mueve siempre en el terreno de la sátira.

Porque había aprendido con mi trabajo que el mundo es un lugar absurdo, por lo que la única manera de abarcarlo y aceptarlo consiste en reírse de él, en abrazar sus contradicciones.

Sus novelas le familiarizaron con el funcionamiento del Kremlin.

Putin lanza un mensaje de coexistencia a sus oligarcas: «Podéis dedicaros al pillaje y robar, pero a cambio tenéis que apoyarme». Una de las variantes de esta colaboración es la inversión estratégica en desestabilizar las democracias occidentales, mediante operaciones concebidas con ese propósito. Y un yate es imprescindible para un oligarca.

¿Por qué concede tanta importancia a los yates de oligarcas?

Los yates como el Tango aprehendido en Mallorca cuestan mucho dinero, por lo que funcionan como un símbolo. Los oligarcas le hacen una peineta a Europa con estas embarcaciones, exhiben su poder a domicilio.

No hablamos solo de barcos.

Son mucho más que simples yates, se erigen en estandartes de la impunidad de los oligarcas, en la prueba de que pueden usar un sistema democrático y abusar de él para sus intereses propios.

¿Qué tiene de particular el ‘Tango’?

Es interesante por tratarse de los pocos requisados por un Gobierno, el estadounidense, junto al Valerie inmovilizado en Barcelona. El propietario del Tango es Viktor Vekselberg, a quien se ha vinculado con las elecciones estadounidenses. Una compañía de su primo efectuó una aportación económica a la campaña de Trump. El magnate quería levantar un Silicon Valley en Moscú, y estuvo relacionado con el MIT.

La mayoría de yates de billonarios rusos se mueven en el ámbito mediterráneo.

Porque los oligarcas desean pasar su tiempo en nuestros países, navegando durante el verano por aguas de Mallorca o Ibiza, educando a sus hijos en escuelas de Londres, comprando villas en el sur de Francia. No quieren vivir en la Rusia que saquean, ni les apetece navegar por los mares del Norte.

¿Los yates de oligarcas se emplean para actividades ilegales?

Es un aspecto muy discutido y no he visto las pruebas, pero el Flying Fox fue relacionado con el tráfico de armas. También hay rumores de que son utilizados para traficar con obras de arte valiosas o para el lavado de dinero negro. La infraestructura de servicios náuticos ofrece múltiples oportunidades, también participan sus intermediarios. Están corrompiendo nuestro sistema.

¿Funciona la incautación de yates?

Por supuesto, ha sido un toque de alarma para darse cuenta del peligro que corremos.

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