Entrevista | 30 aniversario del Club Diario de Mallorca

Iñaki Gabilondo: «España es cuarenta veces más libre que hace 30 años, pero existe una paranoia inquisitorial»

«Ser presidente de la República como dijo Yolanda Díaz es una barbaridad y me incomoda, nunca el humor gallego había llegado tan lejos», afirma el periodista, que el lunes estará en el Club Diario de Mallorca

El periodista Iñaki Gabilondo, el pasado verano en Palma. |

El periodista Iñaki Gabilondo, el pasado verano en Palma. | / Guillem Porcel

Guillem Porcel

Guillem Porcel

Después de casi medio siglo anunció en 2021 que dejaba la radio. Maestro del oficio y referente de varias generaciones, llega este lunes a Palma para participar en una conversación junto a Matías Vallés en el que será el acto principal de la celebración de los treinta años del Club Diario de Mallorca

¿Vio la entrevista de Jordi Évole a Yolanda Díaz? La vicepresidenta dijo que le gustaría que usted fuera el presidente de la República.

Nunca el humor gallego había llegado tan lejos. Me incomoda. No deja de ser una boutade, una barbaridad. Lo malo es que te coloca en medio del escenario donde llueven los tomatazos. Estás tan tranquilo en tu casa y, de repente, te conviertes en el protagonista. Fue una fantasmada de Yolanda.

¿Qué le hubiera preguntado si fuera usted el entrevistador?

No voy a juzgar la entrevista. Tal vez hubiera intentado descubrir más detalles de su plan político porque se discutió mucho sobre la bronca con Podemos. Como no la conozco de nada y solo he estado con ella diez segundos, me hubiera interesado por conocer de forma más precisa su programa ya que ocupa un lugar central en la política española.

¿Sumar y Podemos están condenados a entenderse?

Si no llegan a entenderse habría que llevarlos al manicomio a todos. Están manifestándose unas diferencias y unas hostilidades brutales que terminarán, por razones de necesidad, poniéndose de acuerdo. Se están autolesionando de forma grave. Es inevitable que confluyan, aunque van a llegar con los restos después de estar destrozándose.

Mikel Ayestarán afirma que el periodismo actual apunta más al corazón que al cerebro.

Como las empresas periodísticas están en una situación muy angustiosa desde el punto de vista financiero y económico, están buscando más atajos directos hacia el corazón y menos hacia el cerebro. Para llamar tu atención con la búsqueda de likes. Esto demuestra que hay una obsesión desesperada para llegar ahí a través del impacto emocional.

¿Se puede hacer un buen periodismo siendo precario o cobrando mil euros al mes?

Claro que afecta y claro que se puede. El ejemplo perfecto es que se está haciendo ahora mismo, pero con dificultades imponentes. Es una tarea heroica. Una vez que los medios, por esas dificultades económicas, han limitado las actividades que cuestan más como los enviados especiales, los corresponsales o los reporteros y optan por caminos más simplificados. Esto hace más difícil el periodismo. A pesar de eso se sigue haciendo, aunque más cuesta arriba y con una mayor dificultad.

¿Cómo ve la situación política en Balears?

Está todo muy igualado. No sé cómo acabará, pero los sondeos apuntan a que Comunidades como Balears estarán en el alambre. Tengo una buena opinión de Francina Armengol, pero sé que hay una disputa muy aguda y dura. Los resultados son bastante inciertos. Yo sigo muy de cerca y con gran cariño lo que sucede en las islas porque tengo una casa en Menorca desde hace 34 años. Los vaticinios que me llegan son muy ajustados, así que no me voy a mojar.

¿Qué puede decantar la balanza?

Solo sé que se está jugando cada vez más con el tema de la identidad o la lengua. Me gustaría que todos los partidos se pusieran de acuerdo para mirar de forma compartida el futuro del turismo, hasta qué punto puedes estar jugando fuera de la lógica. Las decisiones que pueda tomar el Gobierno sobre la vivienda pueden tener un impacto directo. Aunque el anuncio de 43.000 viviendas públicas puede, teóricamente, afectar de forma especial a Balears, donde se vive con tanta preocupación este tema.

¿España era más libre hace 30 años?

Hacer una comparación entre esas épocas es absolutamente absurdo. La sociedad ha avanzado en todos los sentidos de una forma extraordinaria. Pero en los últimos tiempos se ha producido una especie de paranoia inquisitorial en el mundo entero que ha producido disparates como querer corregir Lo que el viento se llevó, las obras de Shakespeare o controlar lo que es políticamente correcto. Ha habido un ataque histérico que me está resultando ridículo. Hemos evolucionado muchísimo y tenemos una visión mucho más abierta, por lo que es totalmente paradójico. Estamos siete pisos por encima de la España de la transición en amplitud mental, de miradas y de derechos. No se puede ni comparar. El país es cuarenta veces más libre que hace 30 años y, sin embargo, por debajo se está produciendo una ofensiva de vigilancia.

¿La nostalgia puede ser peligrosa?

Sin duda. Existe una nostalgia del pasado y se ha apoderado de mucha gente. A medida que se ha complicado la vida a causa de la globalización o de las nuevas tecnologías, se han roto muchas certidumbres y vivimos un estado de inquietud ante tantas novedades. De ahí esa nostalgia de regreso al seno materno, que es completamente insensata. Aunque es humanamente comprensible porque es el regreso al cálido recuerdo del pasado. Siempre es el terreno más perfumado que hay, aunque ese tiempo pasado hubiera sido un espanto. Es una actitud defensiva ante la incertidumbre.

Cuando se habla de polarización política algunos afirman que es lo mismo Vox que Podemos.

No son lo mismo, pero en la polarización política estamos llegando a extremos muy peligrosos porque hacen imposibles los acuerdos. En la sociedad actual los problemas son de tal envergadura que resultan prácticamente inabordables sin acuerdo. Necesitamos miradas más poliédricas, cruzadas. Sin acuerdos no habrá soluciones. El problema de la vivienda o de los recursos hídricos no puede resolverlos un solo partido, por mucha mayoría absoluta que tenga.

¿Cómo valora la visita de Juan Carlos I a Sanxenxo?

Me espanta que la relación entre la Casa Real y el rey emérito sea tan lamentablemente mala. Porque este tipo de juegos deberían tener algún anclaje acordado con Zarzuela. El desencuentro me parece lo peor de todo. Tuve la ocasión de conocer muchas cosas durante los primeros años de su reinado y he viajado a muchas de sus visitas por todo el mundo, y siempre seré muy positivo a la hora de enjuiciar aquellos años. La reconciliación nacional fue muy importante. El tiempo posterior ha sido lamentable. Lo peor ha sido que, siendo abanderado y líder de la concordia del país, se ha convertido en un factor de discordia que divide a la sociedad.

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