Bares y restaurantes de Mallorca deberán retirar las máquinas tragaperras con luces y sonido para no incitar a jugar

Los restauradores deberán sustituirlas por otras neutras cuando caduquen las licencias - Las salas de juego tienen un año para eliminar de sus escaparates imágenes y reclamos lumínicos

Los restauradores deberán retirar las máquinas con reclamos sonoros y lumínicos.  | EUROPA PRESS

Los restauradores deberán retirar las máquinas con reclamos sonoros y lumínicos. | EUROPA PRESS / redacción. palma

Redacción

Los bares y restaurantes de las islas tendrán que sustituir las máquinas tragaperras que tengan reclamos en forma de luces, colores y sonido por otras neutras que no inciten a jugar. Además, estos aparatos deberán incorporar una pantalla de inicio en la que, antes de empezar la partida, se planteará al jugador una serie de cuestiones relativas a su edad y a los riesgos asociados al juego. Dependiendo de las respuestas ofrecidas, la partida se iniciará o se cancelará. Los expertos consideran que estas máquinas son una puerta de entrada, y muy accesible, para el posible desarrollo de una ludopatía.

Es una de las novedades que incorpora la modificación de la Ley del Juego balear que entró en vigor el pasado sábado con su publicación en el BOIB. «Mientras ningún cliente del establecimiento haga uso de la máquina de juego, ésta permanecerá sin emitir estímulos sonoros o lumínicos, salvo el de un mensaje impreso aconsejando acerca de un entorno seguro del juego y las apuestas», reza la normativa. Quienes incumplan se enfrentan a una multa de entre 3.000 y 30.000 euros por una infracción grave.

En todo caso, la sustitución no será inmediata. Los restauradores podrán mantener las máquinas que no cumplan con los nuevos requisitos hasta que caduque su licencia. Y, aclara la ley, en caso de que venza este año, tendrán de margen para instalar máquinas homologadas todo 2024.

Es una de las novedades que la conselleria de Transición Ecológica y Sectores Productivos ha incorporado a la modificación de la Ley del Juego de 2014, obsoleta como consecuencia de la proliferación de salas de juego y apuestas en la isla, especialmente en barrios vulnerables como Pere Garau. Los 139 establecimientos que operan en la actualidad sitúan a Balears como la tercera comunidad con mayor densidad de este tipo de negocios por habitante.

De este modo, y tal como se había anunciado, la nueva normativa amplía a 500 metros la distancia que debe existir entre un local de juego de centros educativos, de atención sociosanitaria, parques y áreas de juego infantil y juvenil, y recintos deportivos públicos.

Escaparates neutros

También incorpora cambios significativos en cuando a la rotulación de estos establecimientos. Los propietarios tienen un año a contar desde el pasado sábado para eliminar de las fachadas y cristaleras imágenes, rotulaciones y elementos lumínicos que inciten a jugar. Solo podrá aparecer el nombre comercial, la marca del establecimiento y el anuncio o la expresión «salón de juego» o similares.

Asimismo, también ha entrado en vigor la prohibición de publicidad y los actos de promoción de la actividad del juego y las apuestas en todo el territorio del archipiélago.

Cierran siete salas de juego en las islas desde la moratoria de nuevas licencias

Siete locales de apuestas han echado el cierre en Balears desde abril de 2022, cuando el Govern estableció <strong>una moratoria sobre nuevas licencias</strong> para bajar drásticamente la ratio de establecimientos por habitante, que en Balears es una de las más altas del Estado. 

Siete de los 146 establecimientos operativos el pasado abril en Balears han echado el cierre a lo largo de este último año, por lo que restan 139. La moratoria automática de licencias impide nuevas aperturas, y así será hasta que el número de estos negocios se sitúe en torno a los setenta que situarían a las islas en la media nacional.

Hasta no alcanzar esa cifra, la conselleria de Transición Ecológica y Sectores Productivos no abrirá nuevos procesos para conceder licencias. El Ejecutivo autonómico no puede cerrar locales de apuestas que operan de acuerdo a la normativa, por lo que hay que esperar a que sean los propios negocios los que progresivamente extingan su actividad. 

La conselleria que dirige Juan Pedro Yllanes prevé que a lo largo de la próxima legislatura el número de estos establecimientos baje de los cien y se acerque a los niveles de 2000. 

Mallorca vivió durante unos años un ‘boom’ de apertura de salones de juego, con especial incidencia en barrios vulnerables con Pedro Garau. El Govern ha establecido diversas medidas y moratorias para frenar esta expansión. 

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