Entrevista | Entrevista

Joan Santana: «El temporal de nieve Juliette ha afectado a diez mil hectáreas y más de un millón de árboles»

«Once brigadas de Ibanat y Medio Ambiente con 70 personas están trabajando cada día y en pocas semanas las vías de acceso, infraestructuras y caminos en la Serra estarán restablecidos» - «En el resto de montaña tardaremos meses»

Joan Santana: "Tenemos unas 10.000 hectáreas y más de un millón de árboles afectados por la borrasca Juliette en la Serra de Tramuntana"

Manu Mielniezuk

Joan Santana (Consell, 1981) es ingeniero forestal, lleva años trabajando en la conservación de los bosques de Baleares y desde hace dos años es el Jefe de Sección de Gestión Forestal del Govern. Él, junto a las 11 brigadas del Ibanat, fueron de los primeros en llegar a la zona cero del temporal de nieve 'Juliette' en la Serra de Tramuntana. Más de 70 personas llevan dos semanas trabajando en plena montaña para restablecer caminos y zonas boscosas.

Después de dos semanas del paso de ‘Juliette’, ¿cuál es la situación actual de la Serra?

Estamos en fase de recopilación de información para poder hacer una valoración de los daños que ha provocado este temporal de nieve. No tenemos una zona concreta de daños. En Mallorca ha afectado a dos grandes zonas de la Serra de Tramuntana y después el Puig de Sant Salvador de Felanitx, el Puig de Bonay, el macizo de Randa, que también se han visto afectadas pero no en la extensión de lo que ha sido la Serra. Desde tierra estamos evaluando las fincas públicas y caminos públicos afectados y mediante los medios aéreos estamos intentando cartografiar las zonas dañadas. Creemos que será una extensión muy considerable, con más de 10.000 hectáreas forestales dañadas. Para que os hagáis una idea, en el devastador incendio de Andratx de 2013 se quemaron 2.500 hectáreas.

¿Y la incidencia en la Serra?

En la Serra hemos detectado tres zonas principalmente afectadas: la subida de Caimari a Lluc, que ha quedado afectada en una gravedad alta todo lo que es la Comuna; la segunda zona sería la que va de Lluc a Sóller, la Bassa de Fornalutx, la bajada a sa Calobra; y la tercera zona la de Lluc a Pollença, especialmente las fincas de Mortitx o Feminia que han quedado con todo el arbolado muy destrozado.

¿Qué tiempo calcula para que la montaña vuelva a la normalidad y se restablezca la actividad senderista sin peligros?

En estos momentos se hace muy difícil fijar un tiempo concreto de vuelta a la normalidad. A día de hoy tenemos todavía activada la situación de emergencia, lo que supone que existen carreteras cortadas y limitaciones de accesos a caminos. Ello supone que las brigadas del Ibanat y de la conselleria de Medio Ambiente sigan trabajando en fase de emergencia y básicamente se trabaja para garantizar la seguridad de las personas e infraestructuras y también la protección de incendios para sacar toda la leña que ha caído con el temporal. Yo creo que en pocas semanas las principales vías de acceso estarán restablecidas. Para el resto pasarán meses.

¿Hay estimación de cuántos árboles se han visto afectados?

Entre las 10.000/12.000 hectáreas arrasadas, que estamos intentando conseguir una cifra más exacta, calculamos en más de un millón de árboles afectados. Todo tipo de especies, pero principalmente pinos y encinas dañados en diferentes niveles de gravedad. Ello supone árboles completamente caídos, pero lo que nos encontramos en mayor cantidad son árboles con grandes ramas desgarradas.

¿‘Juliette’ ha sido un fenómeno al que no se habían enfrentado nunca?

Ha sido muy diferente a lo que habíamos vivido. Hasta ahora nos habíamos enfrentado a incendios forestales, donde se quemaba todo, luego tuvimos temporales como el cap de fibló de Banyalbufar, donde provocó la caída del 100% de los árboles por donde pasó. Aquí tenemos árboles caídos y desgarrados y los efectos han sido mucho más extensos. La nieve fue muy densa, se acumuló sobre las copas y su peso, junto a la fuerza del viento, dañó o derribó de forma severa más de un millón de árboles.

Joan Santana, ante las pantallas de la central contra incendios, donde se visualiza la montaña. |  MANU MIELNIEZUK

Joan Santana, ante las pantallas de la central contra incendios, donde se visualiza la montaña. / MANU MIELNIEZUK

¿Qué impresión le dio cuando llegó a la zona cero tras la gran nevada?

Era una imagen devastadora. Es como si hubiera pasado un gigante y con una virulencia enorme hubiera aplastado gran parte del bosque. Sufrimos los efectos de la acción combinada de nieve más viento y ello fue demoledor. Lo que nos preocupa también son las plagas y enfermedades de los árboles tras un temporal de estas características. Muchos de los árboles no han muerto, pero están muy afectados y deberemos controlar si esta afección provoca una explosión de enfermedades como son los perforadores de los pinos, procesionaria, entre otras. En la zona de Lluc hay mucho encinar afectado, mientras que en la parte de Caimari y de Pollença es más pino.

¿Cuántas personas se han movilizado desde el 28 de febrero para las labores de limpieza de los bosques?

Cada día desde Medio Ambiente tenemos entre 60 y 80 personas del operativo de extinción de incendios trabajando en la Serra. Son agentes de medio ambiente, brigadas y técnicos de Ibanat, capataces y gente de coordinación de la central de incendios. Durante la primera semana se trabajo desde primeras horas de la mañana hasta la noche.

¿Era necesaria la llegada de la UME a bombo y platillo?

La UME forma parte de unos medios extraordinarios que ofrece el Estado. En una comunidad donde no tenemos las infraestructuras para cuando se producen este tipo de nevadas y la UME nos ofrece cuatro vehículos quitanieves, es absurdo no aprovechar estos medios. En una emergencia tiene cabida todo tipo de ayudas de las diferentes administraciones. Ahora, la coordinación es más difícil, ya que tienen otra forma de trabajar por su condición de militar y nosotros somos personal civil. En este caso no tuvimos problema alguno.

¿La aparición de la UME parece que eclipsa el trabajo de los efectivos del Govern?

Es la crítica que hace el personal que trabaja sobre el terreno. A todos nos gusta que se nos reconozca el trabajo que hacemos y es evidente que cuando vienen medios extraordinario se les da una visibilidad también extraordinaria que puede eclipsar la labor de las otras brigadas. Los medios de comunicación también deberían poner en valor tanto el trabajo de la UME como el que hacen los efectivos autonómicos. Nuestra gente está especializada en la lucha contra incendios, pero curiosamente en los últimos años hemos actuado básicamente en temporales: Sant Llorenç en 2018, el cap de fibló de Banyalbufar en 2021, el temporal de Menorca y de Eivissa en 2020 y ahora en el Juliette. Hay que poner en valor el activo que tiene el Govern para movilizar a personal cuando ocurren este tipo de fenómenos.

¿Qué pensó al ver a gente bajando con esquíes en Mallorca?

Fue algo muy sorprendente. Siempre he pensado que la gente debe disfrutar de la naturaleza, mientras se haga con respeto, con seny y sentido común. Si lo hacen sin poner en peligro sus vidas y las del personal que trabajan o que les debe rescatar, lo respeto.

¿Qué les diría a los que, pese a la advertencia de no acudir a la Serra, subieron a ver la nieve?

Pues que no solo ponen en peligro su propia vida, también la de los rescatadores y la gente que trabajamos para evitar los peligros. Debemos hacer un llamamiento a la responsabilidad y cuando se dice que no se puede acceder, que no intenten pasar. Hace unos días estábamos trabajando en la carretera de Caimari a Lluc, que el tráfico está cerrado, y pese a ello unos ciclistas se saltaron el control del cierre y estuvo a punto de suceder una desgracia. Mientras estábamos cortando árboles por poco no cayeron sobre los ciclistas. Es imprescindible que la ciudadanía haga caso a las administraciones.

¿Qué se hará con la madera caída por el temporal?

Perderemos una gran oportunidad si no somos capaces de poner en valor y comercializar esta madera como combustible, como una fuente de energía renovable, y más ahora que tenemos el precio de la energía disparado. Nuestro objetivo es intentar dinamizar el sector privado para que esta biomasa se pueda triturar y poner en el mercado para alimentar calderas y estufas de biomasa. Hasta el momento estos intentos han fracasado. De los temporales de Menorca, Eivissa y Banyalabufar prácticamente no se pudo aprovechar nada debido a que los costes de extracción eran más elevados que el producto y la biomasa se trae de la península. Creo que esto está cambiando, cada vez hay más calderas de biomasa instaladas y hay más demanda. Se trata de una fuente de calor muy válida e importante para la isla que debemos aprovechar.

¿La leña que ha dejado el temporal puede ser un peligro para los incendios en verano?

Ahora mismo nuestra principal obsesión es llegar a la época de incendios en las mejores condiciones tras el temporal. No será posible eliminar el 100% de la vegetación muerta. Por ello es nuestra principal preocupación en estos momentos. Las ramas de los árboles que han caído estarán secas y será un peligro en verano.

¿Es cierto que, pese al consumo de territorio de Mallorca, los bosques van creciendo?

Es así y se entiende cuando comprobamos que se ha reducido la superficie destinada a la agricultura. Se ha incrementado la superficie forestal en todo el Mediterráneo. En Balears, en los años 70 el 26% de nuestros territorio era bosque y, según los últimos datos que tenemos de 2010, estamos hablando del 44%. El bosque lo que ha hecho es recuperar su espacio que años atrás le habían quitado para la agricultura. Es bueno tener más masa forestal, pero también es un peligro para los incendios.

Incendios «El objetivo es actuar cuando son pequeños»

El pasado verano fue de los mejores de la historia de Balears en cuanto a incendios forestales. Al respecto Joan Santana explica que «nuestro objetivo es actuar cuando los incendios son pequeños y todavía no han cogido su fuerza». El ingeniero forestal relata que mediante el despacho automático y la central de coordinación se ha avanzando mucho los últimos años: «En los incendios siempre hay un factor de suerte, pero la suerte hay que buscarla. Es más fácil la extinción en casos sin viento como ocurrió el pasado año».

Suscríbete para seguir leyendo