Los ciudadanos de Baleares fuman menos que antes de la pandemia

En 2022, de la mano del turismo, reflotó y se vendieron 51 millones de cajetillas en las islas, pero la cifra queda lejos de los 86 millones de 2019

El año pasado la venta de cigarrillos, picadura, tabaco de pipa y puros movió 416 millones de euros.

El año pasado la venta de cigarrillos, picadura, tabaco de pipa y puros movió 416 millones de euros. / B. Ramon

Mar Ferragut Rámiz

Mar Ferragut Rámiz

Baleares fuma menos que antes de la pandemia. La crisis sociosanitaria de la covid-19 supuso una caída muy acentuada de las ventas del tabaco en el archipiélago (de hecho, las islas experimentaron la bajada de ventas más acentuada del país) y aunque en 2022 las cifras de las expendedurías han crecido con fuerza siguen lejos de llegar a las ventas registradas en 2019. En concreto, ahora se venden unos 14 millones de cajetillas menos al año que antes de la pandemia.

Así, en todo 2022, año en que se ha recuperado del todo la actividad turística y se han vuelto a batir récords de visitantes, se vendieron en Baleares casi 72 millones de cajetillas frente a los 86,6 millones que se vendieron en 2019, antes de que estallara la pandemia que paralizó al mundo entero.

En 2021 la covid aún marcaba nuestras vidas, pero el turismo volvía a cobrar fuerza y ya se notó un incremento respecto al año anterior, ya que se vendieron 61,1 millones de cajetillas frente a las 55,3 de 2020, según las estadísticas del Mercado de Tabaco hechas públicas por el ministerio de Hacienda y Función Pública.

El descalabro en la venta de tabaco por la pandemia se notó en todo el país y en 2020 cayeron un 8,1% de media a nivel estatal, pero es que en Baleares la caída fue de un 36%.

Con esa caída, el Estado ha dejado de recaudar muchos millones en impuestos (aunque el tabaco en España siga siendo más barato que en el resto de Europa). En Baleares, el año pasado la venta de cigarrillos, picadura, tabaco de pipa y puros movió 416 millones de euros: son 30 millones más que en 2021, pero 57 menos que en 2019.

Los datos que difunde Hacienda coinciden con el informe del Observatorio del Cáncer, que muestra que en Baleares en 2022 un 20% de la población fumaba a diario, tres puntos porcentuales menos que en 2019 (proporción y la evolución igual que la media española).

¿Por qué Baleares fuma menos que antes de la crisis sanitaria? ¿Hay más conciencia sobre los temas de salud? ¿Es por que hay medidas que se adoptaron para evitar la propagación del coronavirus, como la prohibición de fumar en las terrazas, que se han quedado?

Para José Reyes, presidente de la Asociación Española contra el Cáncer (AECC) en Baleares, entre las razonas «hay un poco de todo». El médico constata que «cada vez hay más conciencia del daño que produce el tabaco en la salud, incluso entre los propios fumadores, hasta el punto que un 80% de ellos valoran positivamente las medidas restrictivas». Reyes cree que medidas como prohibir fumar en las terrazas ayudan, pero sobre todo desde la AECC defienden la concienciación y el acceso a la información veraz.

Antes de la alteración de las cifras que supuso la pandemia de la covid-19, el archipiélago ya había iniciado una tendencia a la baja en la venta de cajetillas, mientras en general en el país las cifras seguían al alza. El momento de inflexión fue 2017: se vendieron 89,3 millones, frente a los 90,5 de 2016.

Los cigarrillos de cajetilla sigue siendo el formato más vendido, si bien es cierto que mientras la venta de cigarrillos iniciaban su camino de descenso en 2017, el tabaco de liar, que es más barato y comenzó a popularizarse en la crisis de 2008, iba incrementando sus ventas año tras año (eso sí, con un peso muy inferior en el conjunto del mercado de tabacos).

Tabaco de liar

En 2018, en Baleares se vendieron 309 toneladas de picadura, el año siguiente ya fueron 17 más. En 2020, con la covid desatada y la actividad económica paralizada durante varios meses, las cifras bajaron un 29%, hasta las 224 toneladas.

En 2021, las ventas del tabaco de liar empezaron a recuperarse, llegando rozando las 242 toneladas y 2022 se cerró con 282 toneladas vendidas. Igual que ha pasado con las cajetillas, el fin de la crisis sanitaria ha supuesto cierta recuperación de las ventas, pero sin llegar a las cifras prepandemia.

Respecto al tabaco de liar, el doctor Reyes recuerda que no es menos dañino. Desde la AECC tratan de combatir este mito y subrayan que de hecho el de liar «es más adictivo y más tóxico que el cigarrillo de tabaco industrial». Insisten en que contiene más monóxido de carbono y nicotina y se ha comprobado que fumando este tipo de cigarrillos existe mayor riesgo de llegar a tener cáncer de laringe, esófago, faringe y boca.

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