Mezcla de caos y belleza en la Serra de Tramuntana tras el paso de la borrasca Juliette

Los trabajadores del Govern se esfuerzan en solucionar los daños causados por el paso de la borrasca ‘Juliette’ - La carretera por la Tramuntana sigue cerrada porque todavía no es un tramo seguro para los conductores

VÍDEO | Más de 150 trabajadores del Govern se esfuerzan en solucionar los daños causados por el paso de la borrasca Juliette en la Serra de Tramuntana

B. Ramon

La nieve que se acumuló hace dos semanas por la Serra de Tramuntana, en Mallorca, tras el paso de la borrasca Juliette, va poco a poco deshaciéndose, a medida que va aumentando la temperatura. Sin embargo, la mejoría del tiempo de estas últimas horas todavía no es suficiente para eliminar toda la nieve y el hielo acumulado, que pese a que ha sido retirado hacia ambos lados de la calzada, todavía es peligroso que los coches circulen por esta zona, porque existe la posibilidad de que se suelte alguna rama partida y pueda provocar algún accidente no deseado.

La carretera que va desde el mirador de ses Barques, pasando por toda la Serra de Tramuntana y llegando hasta Caimari, lleva casi dos semanas cerrada al tránsito, pero ello se debe a que se está trabajando a contrarreloj para retirar todos los elementos que pueden poner en peligro la seguridad de los vehículos.

Más de 150 personas están trabajando en la zona porque es necesario actuar en todos los árboles que no han aguantado la fuerza del viento y corren el peligro de caer. Los trabajadores llevan casi dos semanas intentando poner a punto la carretera, conscientes del interés que existe para los ciudadanos poder disfrutar de la nieve. Y precisamente para evitar la llegada masiva de conductores a la Serra durante estos días, debido a la presencia de la nieve, se mantiene cerrada la carretera y con toda seguridad no se abrirá hasta la próxima semana, por lo que es absurdo intentar acercarse a la zona, porque la Guardia Civil prohíbe transitar por la carretera.

La nieve acumulada en las montañas, poco a poco, se irá derritiendo. La parte positiva de ello es que el agua llegará a los embalses de Cúber y Gorg Blau, que en estos momentos están casi llenos. Pero la parte negativa es que el hielo, al ir derritiéndose, se extiende y con ello empuja algunos elementos que estaban inestables. Al moverse dichos elementos, que sobre todo son ramas caídas y piedras, podrían caer sobre la carretera, aumentando el peligro de las personas que transitan por estos tramos. 

Josué Díaz, técnico del área de Emergencias del Govern, que ayer mostró a los medios la situación actual de la Serra de Tramuntana, detalló que todavía existe mucho trabajo por realizar, por lo que no se puede establecer una fecha concreta sobre el día que se podrá transitar por la carretera. Y es que los encargados de recuperar la situación que tenía la Serra antes de la llegada de la borrasca Juliette tienen muy claro que la seguridad de las personas está por encima de cualquier otro interés y que la carretera no se abrirá hasta que no exista el convencimiento absoluto de que no existirá ningún peligro al circular por este tramo montañoso.

Esta época del año suele ser el momento en el que los encargados del mantenimiento forestal realizan las tareas necesarias para evitar en lo posible que se puedan producir incendios forestales durante los momentos de más calor. Sin embargo, los daños naturales que ha provocado la borrasca lo que ha hecho es, no solo retrasar esta tarea de prevención, sino que ha ido acumulando mucho material combustible, en forma de ramas y árboles caídos, sobre todo en las fincas particulares. Sin embargo, en estos momentos es prioritario para los servicios de emergencia, no solo cortar las ramas partidas por las rachas de viento, sino también retirar todo este material para evitar que pueda facilitar que se propague el fuego ante un hipotético incendio forestal.

Desde la Guardia Civil también se hace un llamamiento a la población para que no intente estos días subir en coche a la Serra, que si bien es cierto que el paisaje es espectacular, no vale la pena correr un peligro innecesario, porque la carretera de momento sigue sin ser segura. Y es que se da por seguro que a medida que se vaya deshaciendo el hielo, muchas de las ramas de las fincas montañosas que se han partido, irán cayendo y siempre existe la posibilidad de que alguna de ellas golpee un vehículo.

Y es que de momento el hielo y la nieve se resisten a derretirse, a pesar de que estos días las temperaturas son mucho más altas, para que la Serra de Tramuntana pueda recuperar el mismo aspecto que tenía antes de que se viera envuelta por el frío y el viento que arrastró la borrasca Juliette, cuyo paso por la isla se recordará durante mucho tiempo.  

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