El expárroco de Can Picafort fue el primer sacerdote expulsado por la Iglesia en España en aplicación de la «tolerancia cero»

Pere Barceló ha sido procesado por otro caso de abusos sexuales a una niña

El caso de Pere Barceló fue el primero en España de expulsión de un sacerdote por parte de la Iglesia católica por delitos de pederastia. Después de décadas ocultando las quejas y denuncias que pesaban sobre el cura a su paso por Burundi (África), Cala Rajada y Can Picafort, en noviembre de 2010 el entonces obispo de Mallorca Jesús Murgui ordenó una investigación a fondo sobre su conducta, y en febrero de 2011 ya lo apartó cautelarmente como rector de Can Picafort. Tras el procedimiento interno, el Tribunal Eclesiástico de Mallorca le declaró culpable «sin ningún atenuante» de haber abusado sexualmente de varias niñas y el 18 de marzo de 2013 condenó a Barceló a la pena máxima en Derecho canónico, la expulsión del sacerdocio.

La institución aplicó así por vez primera en España la llamada doctrina de la «tolerancia cero», implantada por el Papa Benedicto XVI ante el alud de escándalos de abusos sexuales cometidos por el clero católico en todo el mundo. Su sucesor Francisco ha seguido implantando medidas en ese sentido, y de hecho la sentencia eclesiástica contra el expárroco de Can Picafort fue dictada coincidiendo con el inicio del pontificado del actual Papa.

En dicho texto, se admitía abiertamente que frente casos como el de Pere Barceló, la Iglesia «con frecuencia miraba hacia otro lado, disimulando los hechos que aparecían», por «corporativismo». «Hoy en día se habla de tolerancia cero ante los comportamientos abusivos», proseguía el fallo, que también incluía una petición de «perdón a las víctimas» por parte de los jueces eclesiásticos.