Un payés de la Serra de Tramuntana: «El temporal ha arrasado, no sé si todas mis ovejas están vivas»

Agricultores y payeses han visto sus fincas «destrozadas» por la masacre de la borrasca | La comarca se ha convertido en un hervidero de operarios que intentan arreglar los daños

Uno de los puntos de control ayer en la Serra de Tramuntana.

Uno de los puntos de control ayer en la Serra de Tramuntana. / PERE JOAN OLIVER

Irene R. Aguado

Irene R. Aguado

El paso de la borrasca Juliette ha dejado gran parte de los municipios de la Serra de Tramuntana con un aspecto desolador. El temporal ha dejado árboles destrozados y tumbados en el suelo, socavones inesperados o placas de hielo, y el impacto ha sido catastrófico en la vegetación natural y algunos cultivos. Ayer era el tema de conversación entre vecinos y residentes de la comarca, que tratan de cuantificar los devastadores daños en sus casas y fincas.

Lo contaba ayer el payés ‘pobler’ Toni Crespí, visiblemente nervioso al hablar del «desastre», en uno de los puntos de control justo antes de acceder a su finca cerca de Lluc: «Es impresionante, por mucho que lo cuente, si uno no lo ve, no se lo imagina». Al agricultor le temblaba la voz mientras admitía que todavía no ha logrado comprobar si todas sus ovejas «están vivas» después del paso del temporal.

«Ha arrasado con todo, parece de película. Es como si hubiera pasado un huracán que se lo ha llevado todo», comentaba mientras trataba de retratar con palabras las devastadoras imágenes que ha visto. «En mi finca ha arrancado de cuajo varios árboles, entre ellos dos encinas tan grandes que me cuesta entender cómo ha sido posible», añadió. Aunque es difícil evaluar el total de daños, Crespí está seguro de que costará tiempo repararlos.

Justo eso mismo comentaba un operario de una compañía de red móvil en la zona: «De momento lo prioritario es restablecer el servicio a las personas que se han quedado incomunicadas. Pero arreglar el total de daños creo que va a costar meses», aseguró mientras trabajaba por la zona. Juliette también ha dejado daños muy importantes en el cableado de telefonía y electricidad. La comarca se convirtió ayer en un hervidero de operarios y empleados circulando arriba y abajo mientras intentaban arreglar los destrozos.

Uno de ellos confirmó a este diario que todavía quedan unos 200 hogares, aproximadamente, que no tienen luz, repartidas por varios municipios. Según este trabajador, el servicio se va restableciendo a medida que los vehículos de las compañías pueden acceder a las casas, y las personas que todavía no tienen corriente son las que han quedado aisladas por caminos obstruidos con árboles y ramas.

De hecho, desde la propia dirección general de Emergencias afirman que la prioridad es que se pueda volver a acceder de forma segura a los caminos que ahora mismo están inaccesibles. Los daños en el medio natural son otra historia: por el bosque «parece que ha pasado un tifón», comentan los vecinos que han visto los árboles arrancados y los cultivos destruidos.

En algunas zonas no hay olivo que no registre daños, y en otras hay encinas y pinos en la misma situación. Los afectados serán quienes tengan que asumir los costes de troceo y retirada de ramas y troncos. Por motivos como este el Consell de Mallorca ha habilitado por la vía de urgencias unas ayudas por valor de 6,5 millones de euros para ayuntamientos y particulares afectados por el temporal.