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«Añoraremos mucho a Cañellas, si lo comparamos con el PP actual»

Licenciado en Letras y Derecho, doctor en Filología Catalana, Josep Maria Quintana (Alaior, 1950) fue registrador de la propiedad en Ciutadella y Valencia, figura clave en la gestación del Estatut de Balears y miembro del primer Consell Consultiu. Académico, participó en la fallida Operación Roca.

Josep Maria Quintana

Josep Maria Quintana / Manu Mielniezuk

Matías Vallés

Matías Vallés

Para que se haga cargo del tipo de entrevista: «¿Balears existe?»

Sí. Somos una comunidad, no cabe plantearse la existencia porque no hay otra posibilidad que Balears, hemos de tirar hacia adelante.

¿Es el Estatut que nos merecemos?

Es el mejor al que podíamos aspirar, teniendo en cuenta quiénes somos. Al no ser reivindicativos, no podemos aspirar a los estatutos de Cataluña o el País Vasco.

Cuando se habla de Estatut, nos referimos al de Cataluña.

Un empresario madrileño me dijo que «en España hay dos parlamentos, el estatal y el catalán. Los demás, copian». Así que hicimos lo que pudimos. Quisimos ir por el 151 de la Constitución y nos obligaron a la vía lenta, como era normal. Nos adaptamos a todo.

Menorca tiene la mitad de población que Ibiza, y un diputado más.

Al afrontar el Estatut, las población respectivas eran de 60 y 65 mil habitantes. Hoy es una situación inaguantable, agravada por Matas al crear el consell de Formentera. He defendido públicamente que se ha de retocar, concediendo dos diputados adicionales a Ibiza y uno a Mallorca, que ya está muy discriminada.

¿Cómo podría arreglarse esa disfunción?

Reformando la Ley Electoral con un acuerdo de buena voluntad, sin renunciar al sistema proporcional. Habría que añadir tres diputados a los 59 actuales.

El voto de un menorquín vale por cuatro mallorquines.

Efectivamente, así es el acuerdo a que llegamos, por el miedo que teníamos a Mallorca. Buscábamos la paridad, pero Félix Pons nos dijo que era imposible. El País Vasco es el único caso absolutamente paritario que hay en España, el valor de un voto en Cuenca también multiplica al que tiene en Madrid.

El PP quería que Ibiza y Menorca sumaran tantos diputados como Mallorca.

No solo el PP estatal, sino Abel Matutes cuando era la cabeza del partido en Balears. Teníamos miedo de que los mallorquines nos pudieran dominar.

Sin embargo, el president/a ha de ser mallorquín.

Es lógico por el peso demográfico. También es difícil que un menorquín o ibicenco sea el número uno en una lista nacional, de nuevo solo Matutes lo ha logrado.

¿Se vota por islas o por ideologías?

Por ideologías, y no sé si por partidos concretos. En Menorca no se ha votado nunca en clave insular.

Menorca es la isla más roja de Balears.

Siempre lo ha sido, mantiene una tradición más izquierdista desde la República. Por eso el PSOE ha gobernado el Consell en todas las legislaturas, con una sola excepción. En una isla de tradición industrial, la izquierda es más fuerte.

¿Es lógico que Mallorca disponga de Govern y Consell?

Mira, dije una vez que eso no tenía sentido, y Maria Antònia Munar me lanzó a los caballos. Es absurdo y nos hubiera ido mejor a las islas menores, pero quedó constitucionalizado cuando la Carta Magna recogió que «cada isla tendrá su Consejo». Le debemos esa introducción a Raimundo Clar, nunca se lo hemos agradecido lo suficiente.

En el Parlament no se menciona al Estatut.

No lo sigo mucho, ni confío demasiado en la capacidad de los políticos actuales, pero siempre he creído en el Estatut, que está por encima de los diputados. Como jurista, prefiero una mala ley a la anarquía.

¿Cuál es el gran error del Estatut?

No te sabría decir, tal vez no haber resuelto bien la financiación, aunque tampoco le correspondía. No recibimos lo que deberíamos, se necesita un sistema ecuánime.

¿El Supremo actúa de poder legislativo?

Ya ha actuado. Estaba obligado a rectificar la sentencia del procés y no lo ha hecho, por una unanimidad que debería sorprenderme, pero tampoco me sorprende. El Supremo hace quarts i parts .

¿Menorca volverá a ser francesa?

No creo que suceda. Hay muchos proyectos franceses, hasta que se cansen y vendan. En Europa hay libertad de comercio, deberían recordarlo quienes quieren prohibir las ventas a extranjeros, y Menorca es una isla muy virgen y atractiva. Debo decir que los compradores franceses han recuperado una actividad agrícola que los aristócratas menorquines habían abandonado.

¿Verá una España federal?

Me gustaría, pero no lo creo. En los setenta, los perdedores comían con los vencedores, sin represaliados. Añoraremos mucho a Cañellas, si lo comparamos con el PP actual. Con el de Bauzá, por ponerlo claro, que creó un problema donde no lo había.

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