Desaparecidos en la ruta argelina a Mallorca: ¿Dónde está Timcite?

Una familia busca a su hijo al que perdieron el rastro tras embarcar en una patera hacia Mallorca - Tampoco localizan a los migrantes que viajaban con él

El abogado Yassine Labiad habla con su padre, Brahim El Amine.

El abogado Yassine Labiad habla con su padre, Brahim El Amine. / Pere Joan Oliver

Jaume Bauzà

Jaume Bauzà

«Timcite salió de Orán el 5 de octubre a las dos de la madrugada. Se marchó sin decirme nada. Avisó a su hermana con un mensaje de móvil cuando ya estaba en la barca, justo antes de salir. Le pidió que le perdonáramos, pero que tenía que marcharse. Y desde entonces no hemos vuelto a saber nada de él», cuenta Brahim El Amine desde esta ciudad argelina por videollamada.

Es el padre de Timcite Mohammed El Amine, un joven de 28 años que como tantos otros en su país embarcó en una patera en la costa argelina con destino a Balears, primera parada de una ruta migratoria que por lo general termina en la península, Francia o Bélgica. En este caso, Timcite embarcó en este incierto viaje con la esperanza de operarse de una enfermedad grave en un centro privado de Málaga.

«Se sometió a una operación quirúrgica en Argelia que no salió bien y para tratarse tenía que salir al extranjero. Por lo que sabemos hizo una reserva de dinero en un centro de Málaga y en uno de París. Suponemos que la idea era desembarcar en Mallorca y desde allí continuar el viaje hacia Málaga o Francia», relata El Amine, que lamenta que su hijo no tuviera más opción que embarcarse en una patera porque «pidió un visado para entrar en España por razones humanitarias y se le denegó».

Timcite Mohammed El Amine.

Timcite Mohammed El Amine. / DM

El rastro de Timcite se perdió hace casi cinco meses, pero su padre no pierde la esperanza de encontrarlo o, al menos, saber lo que le ha ocurrido. Tampoco se sabe nada de los otros catorce jóvenes que embarcaron con él aquella madrugada y que desde entonces no han contactado con sus familias.

Les ayuda Yassine Labiad, un abogado con despacho en Inca que lamenta el «desinterés» de la Policía Nacional y de la administración autonómica y estatal por el fenómeno de las desapariciones en la ruta migratoria argelina. «Cinco meses después las familias desconocen si están vivos, muertos o en la cárcel. Es muy extraño que no hayan dado noticias porque antes de salir se memorizan los teléfonos de sus familias y su número de pasaporte», subraya Labiad.

«Fui a la jefatura de la Policía Nacional en Palma, hablé con el responsable de Extranjería y me aseguró que no les constaba la llegada de pateras a Balears los días siguientes al 5 de octubre», señala este abogado.

Geográficamente Orán está más cerca de Málaga que de Balears, por lo que lo normal es que los migrantes hubieran recorrido el camino más corto. Sin embargo, un informe presentado hace dos semanas en Palma por la activista por los derechos humanos Helena Maleno destacaba que «están asumiendo más riesgos» optando por rutas más largas, pero menos vigiladas.

Entre 19 y 25 años

Labiad considera que habiendo pasado tanto tiempo sin noticias de los argelinos —se sabe que en la embarcación viajaban catorce hombres y una mujer— las esperanzas de encontrarlos con vida son escasas, pero seguirá buscando hasta tener alguna confirmación. «Les pedí fotos recientes y qué ropa llevaban al embarcar. Me interesa mucho saber qué les ha pasado a estos chicos, sea lo que sea, para poder decírselo a los familiares. Todos tienen entre 19 y 25 años. Uno de ellos, Timcite, tiene una enfermedad incurable en Argelia y se subió a la patera porque si seguía en su país le esperaba una muerte más que probable», señala este profesional especializado en Extranjería y Penal.

«Quiero despejar dudas», subraya Labiad. «Cuando desaparece un español, el Estado pone todos los medios a su disposición para localizarlo. Su obligación es hacer lo propio cuando hay cualquier denuncia, independientemente de donde proceda», expresa este abogado.

La denuncia por la desaparición de Timcite también ha llegado a la Policía Nacional de Murcia, donde la familia tiene un primo. «Queremos saber qué le ha pasado», enfatiza desde Orán su padre, que todavía tiene esperanzas de encontrarle con vida. «Puede que le detuvieran y esté en una cárcel. También nos han llegado rumores de que una ONG intercepta las pateras a mitad de su recorrido y después los chicos desaparecen», manifiesta Brahim El Amine.

Este argelino asegura desconocer si su hijo pagó algún dinero a una mafia para subirse a la patera, y señala que, por lo que pudo averiguar días después, no conocía previamente a los otros jóvenes con los que salió rumbo a Europa.

«Nadie se lanza al mar sin necesidad porque es un viaje a vida o muerte. Estoy cansado de escuchar ciertos discursos. Es mentira que sea una ruta fácil o que vengan aquí con un móvil caro. Tienen una gran necesidad, lo preparan durante mucho tiempo y el primero que sube se va después de pagar miles de euros», lamenta Labiad. «Pero en general a la gente de aquí le da igual. Sí les importaría si los desaparecidos fueran italianos o alemanes pese a que Marruecos y Argelia están mucho más cerca», sentencia este jurista.

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Un informe presentado en Palma recientemente por la activista por los derechos humanos <strong>Helena Maleno </strong>pone de manifiesto que la desaparición de migrantes que emprenden la ruta entre Argelia y Balears no es un fenómeno excepcional. 

«Cuando las familias piden ayuda a las organizaciones sociales no siempre se activan servicios de búsqueda, sobre todo en Balears. Se dan muchas alertas pero las administraciones públicas no responden con las búsquedas necesarias. Al menos doce embarcaciones con destino a las islas han desaparecido desde finales de 2021 hasta ahora por no haber activado los servicios de rescate», denunció Maleno, doctora honoris causa por la UIB, durante la presentación de ‘Un mur d’indiferència. La ruta algeriana de la Mediterrània occidental’. 

El caso de Timcite Mohammed El Amine y de los otros catorce jóvenes a los que se les ha perdido el rastro después de salir de Orán en una patera el pasado octubre es ilustrativo. «Hemos hablado con muchas familias en Argelia y nos constan muchas más desapariciones en la ruta a Balears de las que tenemos capacidad de contar». Asimismo, Maleno subrayó que las familias «están muy organizadas» para buscar a los muertos y desaparecidos. «Denuncian en Argelia y vienen también a Baleares para denunciar ante la policía la desaparición de sus familiares», indicó la activista.

Durante el año pasado unas 2.600 personas llegaron a Balears utilizando esta ruta migratoria.

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