Ucranianos en Mallorca un año después: "Todavía recibimos las alarmas antiaéreas para refugiarnos en el búnker"

Irina y Valerii Sokil huyeron de su hogar en Dnipro en marzo de 2022: "Nos ha sorprendido la ola de solidaridad en toda Europa" | Las asociaciones ucranianas de la isla se concentran hoy a las 18:00 en la plaza de España para pedir paz

VÍDEO | Ucranianos en Mallorca un año después: "la gente todavía se acerca para expresarnos su apoyo cuando nos oye hablar ucraniano"

Pere Joan Oliver

Irene R. Aguado

Irene R. Aguado

Iryna y Valerii Sokil aún reciben en sus móviles los avisos de alarmas antiaéreas que envían las autoridades locales para refugiarse en el búnker más cercano cada vez que hay un bombardeo en Dnipro, su ciudad natal en el centro-este de Ucrania, vecina de la región del Donbás.

Hace casi un año que huyeron del país eslavo, pero todavía recuerdan claramente el sonido de la guerra: bombardeos, explosiones y el silencio atronador después del silbido de un misil. El matrimonio de los Sokil, al igual que miles de personas, se vio obligado a escapar de su país poco después de estallar la invasión rusa, a mediados de marzo del año 2022: "Tuvimos que irnos tan rápido que apenas pudimos coger nuestras cosas", relatan.

La familia logró sortear los controles militares y emprendió con lo puesto un viaje que pasó por países como Rumanía, Belgrado, Alemania o Francia: "Nos sorprendió la ola de solidaridad en prácticamente toda Europa. Por el camino nos ayudaron muchas personas, nos dieron comida y un refugio para descansar, e incluso nos ofrecieron viviendas para quedarnos", cuentan. Al viaje se sumó la madre de Iryna, una mujer de 90 años con graves problemas de movilidad.

Después de siete larguísimos días, los tres llegaron a su destino final, Mallorca, donde les esperaba su hija: "En realidad, huimos de Ucrania porque ella nos lo pidió e insistió mucho. Nosotros no lo teníamos tan claro", aseguran.

Durante las tres primeras semanas en la isla se alojaron en una vivienda en Santa Maria gracias a la ayuda de su hija, que ejerce desde hace años como abogada en Palma. Más tarde, se trasladaron a un centro de acogida, y después, al hotel Palma Bay en el Arenal de Palma, donde la Cruz Roja aloja a gran parte de las personas que tiene en acogida.

Desde el pasado mes de octubre, gracias a la organización, Iryna y Valerii han encontrado la estabilidad en una vivienda en la calle Manacor, en Palma: "No podemos estar más agradecidos. Los mallorquines nos han arropado mucho". "A día de hoy, cuando vamos por la calle, la gente todavía se acerca para expresarnos su apoyo cuando nos oye hablar ucraniano", cuenta el matrimonio, emocionado.

Valerii, que con 64 años ya estaba jubilado en Ucrania, en Mallorca ha tenido que reiniciar su vida laboral: a partir de abril trabajará en un restaurante como friegaplatos. Su mujer, Iryna, de 59 años, cuida de su madre con problemas de salud.

Mientras la guerra en Ucrania arrasa vidas y ciudades, Iryna y Valerii han emprendido a su edad una valiente lucha por retomar sus vidas a más de 3.500 kilómetros de su hogar. El idioma, explican, ha sido uno de los principales retos: "Estamos haciendo un curso intensivo de español mañana y tarde". De hecho, Iryna ya balbucea algunas palabras; entre ellas, el nombre de la trabajadora social de la Cruz Roja que les ha ayudado, Maria Antònia, se le ha quedado marcado.

En tanto que aprenden a defenderse con el idioma, Nataliya Shevchenko, traductora voluntaria en la Cruz Roja, pone la voz del testimonio para esta entrevista en las oficinas de la Cruz Roja en Palma: «Ayudar me llena el corazón. Y esta historia me emociona especialmente», destaca. Entre una confesión y otra, Shevchenko admite que está sorprendida por la «naturalidad» con la que el matrimonio cuenta situaciones estremecedoras: «Cada día rezamos para pedirle a Dios que pare esta maldad», suplica Iryna, que no pierde la sonrisa aún con los ojos llorosos.

Afortunadamente, en Mallorca ya se sienten como en casa: «Tenemos aquí a nuestra hija y nietos. Estamos construyendo una nueva vida en la isla. A estas alturas, ya no sabríamos si volver a Ucrania». Al menos, por voluntad propia. Solo un escenario haría que volvieran sin más elección: que se agote su permiso de residencia, que en en principio caduca en 2024, pero que confían en prorrogar.

Y es que Iryna y Valerii, que después de esta entrevista acudirán a la manifestación en la plaza de España en apoyo a la comunidad ucraniana, no pueden estar más agradecidos con la acogida en su nuevo hogar. Incluso con el presidente: «Pedro Sánchez es valiente. Agradecemos que visite Ucrania y que apoye a nuestro país», comentan. Sobre Volodimir Zelenski, les asombra su capacidad para mantenerse firme ante la adversidad: «Es un héroe. Se le nota cansado, pero no se rinde y no pierde el ánimo». Aunque tratan de mantenerse al día, con el tiempo han tenido que dosificar la cantidad de noticias por la ansiedad que les generaba: «Tuvimos que venir medicados con tranquilizantes y tomando valerianas. Ahora emocionalmente estamos mejor, un año después empezamos a asumir todo lo que ha pasado».

Cruz Roja ha atendido a más de 1.500 ucranianos en Baleares

El programa de acogida de la Cruz Roja que atiende a Iryna y Valerii Sokil ha ayudado a 1.556 ucranianos refugiados en Baleares hasta ahora. De ellos, solo 100 continúan en el programa. 82 están en una fase de autonomía, 56 han regresado al país eslavo y 24 han sido derivados a otros centros de acogida en la península.

Cruz Roja tiene centros de acogida en el Palma Bay, el hospital Sant Joan de Déu, La Salle, s’Arraval en Menorca y Sa Casilla en Ibiza, que han dado alojamiento a 315 personas.

Un total de 57 voluntarios atienden a estos refugiados con labores como la traducción, como Nataliya Shevchenko, el apoyo psicológico, acompañamiento o cursos de castellano y catalán.

Concentración en la plaza de España para pedir la paz

Iryna y Valerii acudirán esta tarde a la concentración convocada por el primer aniversario de la invasión rusa a las 18:00 horas en la plaza de España para apoyar al pueblo ucraniano y reivindicar la paz.

La Asociación Familia Ucraniana, la Asociación de Ayuda a Ucrania y AMAR Ucraïna han hecho un llamamiento a los ciudadanos para pedir el  fin de la guerra en Ucrania bajo el lema ‘No al genocidio por parte del agresor ruso’. La movilización arrancará a las 18:00 y terminará a las 20:00 horas.

Sonará el himno de Ucrania, realizarán un minuto de silencio por las víctimas y sus familias y leerán un manifiesto en español y en ucraniano.

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