Elecciones en Baleares

Francina Armengol, una presidenta que se acuerda de Isabel Díaz Ayuso y José Ramón Bauzá

La socialista sitúa a la líder del PP de la Comunidad de Madrid y al exdirigente balear como sus antagonistas

Francina Armengol, ayer en el Parlament.

Francina Armengol, ayer en el Parlament. / CAIB

Guillem Porcel

Guillem Porcel

El proyecto de Francina Armengol no se construye únicamente con las decisiones tomadas en estas dos legislaturas, sino también con la elección de antagonistas concretos que se sitúan en las antípodas y sirven para movilizar al electorado a través del conflicto. Este es el caso de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, y el expresidente del Ejecutivo autonómico y actual eurodiputado de Cs, José Ramón Bauzá.

Los desencuentros entre la líder ‘popular’ y la dirigente socialista han sido una constante, sobre todo desde la pandemia. Mientras Madrid era la región que aplicaba menores restricciones y tenía la mayor incidencia, Baleares contaba con las restricciones más importantes y una de las incidencias más bajas. Dos modelos totalmente contrapuestos que suscitaron críticas a uno y otro lado. Desde aquel momento las alusiones a la mandataria madrileña se han ido sucediendo en los plenos del Parlament balear. La sesión de control de ayer fue un ejemplo claro de esta construcción por antagonismo.

Cuando la líder de Cs, Patricia Guasp, afirmó que tanto el PP como el PSOE son «culpables» de los problemas sanitarios que acucian a España y criticó que la socialista «saque pecho» de sus políticas, Armengol replicó con contundencia: «No le permitiré que diga que somos lo mismo. El último Govern de derechas —presidido por Bauzá— despidió profesionales sanitarios, cerró hospitales públicos, clausuró los centros de salud por la tarde, hizo pagar 10 euros por la tarjeta sanitaria y excluyó a los inmigrantes de la prestación sanitaria pública. Nosotros hemos hecho la facultad de Medicina, más plazas de enfermería, más formación que nunca de MIR, hemos contratado 5.000 profesionales y tenemos un plan de choque que ha disminuido las listas de espera drásticamente en Atención Primaria».

Guasp replicó que la situación sanitaria en Baleares es «dramática, no porque lo diga yo, sino porque lo están denunciando todos los colegios de médicos, de enfermería, de técnicos ligados a enfermería y también los sindicatos».  

Armengol recordó que en las islas sí llegaron a un acuerdo con los sindicatos y apostilló que «donde gobierna la derecha esto no pasa porque ni tan solo reciben a los profesionales sanitarios», en referencia a las dificultades que está teniendo el gobierno de Ayuso para conseguir un acuerdo. Hay que recordar que el presidente del Sindicato Médico (Simebal), Miguel Lázaro, calificó el convenio con el Govern de «histórico» señalando a continuación que «nos ha tocado el Gordo de la lotería sanitaria».

En las dos últimas semanas la presidenta balear ha hecho varias referencias a las manifestaciones multitudinarias —alrededor de 250.000 personas en la última ocasión— contra la gestión sanitaria del gobierno de la capital del Estado: «Las calles de Madrid se llenan de gente defendiendo el derecho a una sanidad pública y de calidad. Esto solo pasa allá donde gobierna la derecha». Madrid no es Balears.

Además, aprovechando la pregunta del portavoz parlamentario del PP, Toni Costa, volvió a citar tanto al expresidente del Govern como el reciente convenio de hostelería, firmado con patronales y sindicatos: «En 2014 usted estaba en el Govern y yo en la oposición. Le pedí a Bauzá que mediase para que el convenio de hostelería de aquel año fuera potente y se repartiera la riqueza que generaba en el mundo turístico y los empresarios pagaran más a los trabajadores. Me dijo textualmente que un Govern no se puede inmiscuir en una negociación colectiva. Desde que nosotros gobernamos los acuerdos son tripartitos». Y añadió: «El Govern actual no se pone de perfil porque con ustedes subían entorno al 1,1 por ciento los salarios, con nosotros un 25,5%».

Sobre el acceso a la vivienda, el gran problema para las aspiraciones de la izquierda y que la oposición está situando en el centro de la campaña al hablar de «fracaso», Costa denunció que en ocho años el precio del alquiler ha aumentado un 60 % y el de la compra un 85 por ciento. La socialista se acordó, una vez más, de la legislatura de Bauzá: «Hemos hecho 1.300 viviendas públicas, un 72 por ciento más, mientras el PP no hizo ninguna».

Suscríbete para seguir leyendo