Fue en plena pandemia, cuando no quedaba otra que estar encerrados por el confinamiento cuasimundial que provocó la propagación de la covid-19 cuando Matthieu Zeilas puso en marcha su empresa en Mallorca. Empezó en Palmanova, en agosto de 2020, atrayendo «a un nuevo tipo de cliente». Se refiere a los nómadas digitales, trabajadores a distancia que lo único que necesitan es buena conexión a Internet y se caracterizan por su «alto nivel económico».
Seis meses después, Zeilas (París, 1991) trasladó su negocio a la capital mallorquina. A través de Palma Coliving explota un edificio de 800 metros cuadrados con once habitaciones, terrazas privadas, 9 baños y un jardín con piscina en Son Armadans, en una propiedad que ha alquilado a una familia mallorquina.
«Tenemos una lista de espera de gente que quiere venir a Mallorca y 2.500 seguidores en las redes sociales», afirma. En los dos años y medio que lleva en marcha su negocio suma 250 clientes de «más de 25 países de Europa, América y Asia». «Se quedan un mes como mínimo y hasta dos o tres meses». El precio medio que pagan ronda entre 1.300 y 1.500 euros.
En su web presenta Villa Armadans como «uno de los mejores lugares para vivir del mundo, en las Islas Baleares».
El joven emprendedor quiere hacer crecer su negocio, este viernes presentó su proyecto en Habturalia, el foro del alquiler vacacional organizado por Habtur en Inca. Despierta mucho interés entre los empresarios del sector atraer a clientes de largas estancias a la isla.
«Desde la covid hay muchísimas empresas —todavía «no en Mallorca— que se dedican a esto». Se refiere a atraer a «emprendedores, autónomos o empleados con un trabajo flexible que les permita trabajar desde cualquier ciudad» y «Palma y Mallorca son muy atractivas, por el mar y porque hay muchos eventos».
Matthieu Zeilas quiere seguir emprendiendo a lo grande: «Estamos buscando edificios de diez a 25 habitaciones en más de diez ciudades en 24 meses». Lo que persigue son «inversores que compren edificios disponibles a la venta o propiedades para alquilar» y lo que promete es «un retorno mínimo del 8 % en la inversión».
«Nuestros clientes son profesionales, no turistas que vienen a beber, tienen un alto poder adquisitivo»
Palma Coliving también estuvo ofreciendo estadías en Tenerife y en Valencia, señala Zeilas, lugares en los que busca alojamientos porque le interesan «ciudades cerca del mar» y los próximos destinos a los que quiere llegar son Málaga, Barcelona o Sevilla. «Lo bueno de nuestro modelo es que los clientes viajan a Mallorca y dos meses después se mueven a nuevas ciudades».
Vida en comunidad
El emprendedor francés se explaya describiendo las comunidades de nómadas digitales que hay detrás de este fenómeno en el que Canarias tomó la delantera a nivel nacional. «Compartimos comida, cena, sesiones de meditación eventos de networking y talleres». En Villa Armandans hay espacios comunes para trabajar, con café y frutas.
El fundador de Palma Coliving subraya que sus huéspedes «son profesionales, no turistas que vienen a beber. Tienen un alto nivel adquisitivo, respetan la vida de la ciudad y los productos locales. Con cada cliente hacemos una videoconferencia de 20 minutos antes de validad su viaje. Tenemos vecinos a un metro y hay reglas, no hacemos ruido después de las doce de la noche».