Así se trabaja en el hospital psiquiátrico de Palma en donde los sanitarios denuncian pésimas condiciones por las obras

Sanitarios de la Unidad de Salud Mental del hospital Psiquiátrico que atienden ambulatoriamente a unos 200 usuarios diarios se quejan por tener que trabajar en pésimas condiciones en una instalación en obras - Dos trabajadoras, de baja por accidentes en el interior del recinto

La Unidad de Salud Mental atiende a 200 personas diarias.

La Unidad de Salud Mental atiende a 200 personas diarias. / DM

I. Olaizola

I. Olaizola

Los sanitarios que trabajan en la Unidad de Salud Mental (USM) ubicada dentro del recinto del hospital Psiquiátrico actualmente en obras definen a las claras cuál es su situación: «Estamos puteados desde hace meses».

Esta unidad, por la que pasan cada día alrededor de doscientos pacientes con algún tipo de trastorno mental, unos 20 de ellos en primeras visitas, tiene que compaginar su actividad asistencial con el incordio que siempre supone tener que trabajar con unas obras al lado. Son siete psiquiatras, cinco psicólogos, dos enfermeras, un trabajador social y dos administrativos.

Bueno, ahora algunos menos porque dos trabajadoras se encuentran de baja a causa del motivo de su denuncia. Una de ellas se cayó en una de las zanjas que jalonan el recinto del Psiquiátrico y se dañó el hombro, quedando inhabilitada para el trabajo.

La segunda sufrió un accidente de bicicleta por tener que usar ese vehículo para acudir a su puesto de trabajo tras prohibirse el acceso a coches privados al centro por obras en el aparcamiento.

Una restricción de la que se informó a los trabajadores un jueves a mediodía de que sería efectiva el lunes siguiente, jornada en la que ya se encontrarían con los accesos para la entrada de vehículos particulares cortados y solo hábiles para los coches de suministro y los de personas con movilidad reducida, se quejan los sanitarios.

Algunos de los pacientes tienen problemas de movilidad. | DM

Algunos de los pacientes tienen problemas de movilidad. | DM / I. Olaizola

Quejas que son extensibles a los pacientes. A comienzos de esta misma semana, varios de ellos presentaron una reclamación al caerse tras una consulta a consecuencia de la mala visibilidad en la zona por falta de iluminación.

«Los pacientes tienen frío porque hemos sufrido cortes de calefacción en estas semanas de bajas temperaturas. La falta de agua nos impide ir al servicio para satisfacer nuestras necesidades fisiológicas más básicas, la conexión a internet se pierde constantemente y llevamos más de tres meses sin teléfono fijo en la consulta, por lo que tengo que llamar a mis pacientes con mi móvil particular usando un número oculto al que deciden no contestar ralentizando toda nuestra actividad», se queja uno de los psiquiatras corroborando con sus compañeros que en realidad son cinco o seis consultas las que carecen de un teléfono fijo en estos momentos y deben por tanto recurrir a sus móviles particulares.

Estos trabajadores subrayan que tratan de forma ambulatoria a cerca de doscientos pacientes cada día y que en torno a un diez por ciento de ellos son primeras consultas, esto es, acuden por primera vez a un Psiquiátrico en obras donde los caminos y accesos son un auténtico laberinto no exento de peligros.

«El otro día le di un premio a un paciente psicótico por haber sabido llegar sin problemas hasta mi consulta», explica uno de los profesionales para subrayar lo difícil que resulta realizar una actividad asistencial normal con personas afectas por trastornos mentales en un entorno de obras, zanjas y barro.

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