SANIDAD

Un trasplante hepático de 10

Profesionales del hospital de Son Espases volaron a otro centro sanitario de la península para recoger un hígado que unas horas después fue trasplantado en Palma a un paciente mallorquín con cirrosis que lo precisaba con urgencia

Una imagen de grupo del equipo de cirujanos generales, hepatólogos, anestesistas, intensivistas y enfermeras que participaron en el trasplante hepático.

Una imagen de grupo del equipo de cirujanos generales, hepatólogos, anestesistas, intensivistas y enfermeras que participaron en el trasplante hepático. / HUSE

I. Olaizola

I. Olaizola

El programa de trasplante hepático de Son Espases acaba de conseguir un hito por dos motivos: haber completado con éxito su décimo trasplante de hígado desde que comenzó su actividad hace ahora poco más de un año y, para ello, haber tenido que desplazar a un equipo de cirujanos a otro hospital de la península para recoger un órgano compatible con un paciente mallorquín, traerlo de vuelta y trasplantárselo a un ciudadano de la isla que en estos momentos se recupera con normalidad. 

El doctor Xavier González-Argenté, jefe del servicio de Cirugía Digestiva del hospital de referencia y uno de los principales responsables de que Son Espases esté realizando en estos momentos trasplantes hepáticos, no se conforma con las diez intervenciones realizadas hasta el momento: «Empezamos en un mal momento», señala aludiendo a que en noviembre de 2021, fecha del primero que se llevó a cabo, la covid-19 limitaba mucho la actividad en los hospitales de agudos.

Pero asimismo se congratula de esta última intervención porque al mismo tiempo que consolida la implantación de este programa en la cartera de servicios del hospital de referencia de esta comunidad autónoma, «con ella hemos dado un paso más y nos hemos convertido de un hospital que exportaba hígados para pacientes de otros puntos de la península en uno que ahora también importa hígados de otros centros para nuestros enfermos», subraya.

La Organización Nacional de Trasplantes (ONT), organismo de ámbito estatal que coordina todos estos procesos, tiene establecidas unas normas muy claras, comienza el doctor González. «Por regla general, cada comunidad autónoma se queda con sus propios donantes siempre y cuando disponga de candidatos receptores para esos órganos. La excepción a esta norma es que exista algún paciente en otro punto del país que precise un hígado de manera urgente por alguna hepatitis fulminante u otro trasplante fallido», pone como ejemplo resaltando que en estas casuísticas el órgano sale en busca de ese receptor apremiado en menos de veinticuatro horas.

En Son Espases, único hospital de esta comunidad acreditado para realizar este tipo de intervenciones muy complejas en las que participan equipos médicos y de enfermería multidisciplinares, a diferencia de en Barcelona o Madrid, capitales que cuentan, respectivamente, con 3 y 5 hospitales con capacidad para realizar estos trasplantes hepáticos, no se pueden realizar ruedas internas para decidir qué paciente es el primero que entra en el quirófano.

«Aquí nos quedamos con todo», diferencia el jefe de Digestivo revelando que Son Espases también maneja una lista de espera con personas aguardando la donación de un hígado compatible que, confiesa, «aún es corta por falta de mentalidad. La gente aún ignora que los podemos hacer aquí evitándoles largas estancias en Barcelona para ellos y sus familias. Nos puede faltar algún receptor», admite.

Sobre los prolegómenos de lo que finalmente resultó el primer desplazamiento de un equipo sanitario de Son Espases hasta otro hospital fuera de esta comunidad autónoma para recoger un hígado compatible para un paciente balear, el doctor González revela que antes del finalmente realizado recibieron dos ofertas anteriores procedentes de Canarias.

«Las desechamos porque los órganos no eran muy buenos y tendrían que haber pasado muchas horas en las neveras por la distancia que nos separa de Canarias», señala el cirujano recordando el deterioro acelerado que sufren los órganos con el paso del tiempo pese a ser transportados en una nevera con hielo aunque nunca en contacto directo con él.

«Luego nos llegó otra oferta de Galicia instándonos a decidirnos con rapidez bajo la amenaza de que si no lo hacíamos así, se lo llevaría Andalucía», continúa.

Un equipo formado por tres cirujanos y dos enfermeras partía rumbo a tierras gallegas en un avión ambulancia privado fletado por la ONT.

En el centro sanitario gallego se encontraron con una situación que en otras circunstancias diferentes a los de estas donaciones altruistas podría resultar hasta truculenta: junto al equipo balear esperaban otros equipos de cirujanos venidos de diversos puntos del país para llevarse para otros potenciales receptores el resto de órganos utilizables del donante: los riñones, el corazón, los pulmones...

«¿Truculenta? Nada de eso», niega el cirujano jefe, «la familia de esa persona tiene que estar muy orgullosa de que con su acción haya regalado cinco vidas», diferencia González confirmando que la extracción de los órganos debe hacerse de forma coordinada, todos al mismo tiempo antes de que deje de circular la sangre por las venas del donante.

Tras ser extraído el hígado y limpiado con una solución de preservación, el equipo partió con el órgano en una nevera a cuatro grados de temperatura.

Llegó a las 4 de la madrugada a Palma y en Son Espases un equipo de anestesistas, hepatólogos y enfermeras ya tenían preparado y dormido al receptor, un mallorquín con problemas de cirrosis. 

El hígado vuelve a ser preparado en Palma en una intervención que se denomina ‘cirugía de banco’ y ya se pasa directamente al quirófano. «La intervención se prolongó durante unas ocho horas (acabó el sábado a mediodía) y en ella participaron hepatólogos, anestesistas, enfermeras de anestesia y de cirugía así como cuatro cirujanos para extraer el hígado enfermo y otros cuatro para trasplantar el nuevo con el objeto de que todo el personal esté fresco en una operación tan larga y delicada», justifica González la presencia de hasta 12 personas en el quirófano.

Tras la intervención, el paciente quedó a cargo de un equipo de intensivistas en la UCI. En la actualidad evoluciona bien y se encuentra en el proceso de ajuste de su inmunosupresión para evitar que sus defensas rechacen el nuevo órgano antes de recibir el alta hospitalaria.

El doctor González concluye recordando que a esta persona se le han regalado varios años de vida evitándole además un largo y desesperante desplazamiento a otra comunidad para esperar la aparición de un órgano compatible, como tenían que hacer antes de haberse montando el programa aquí, en Son Espases. Un programa que ya empieza a crecer y con el que su máximo responsable confía acabar este año con otro 15 y 20 trasplantes más.

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